jueves, 22 de julio de 2010

POEMAS DE ANTONIO CARVAJAL Y FRANCISCO ACUYO PARA OBRAS DE Mª TERESA MARTÍN VIVALDI

Ofrecemos, de la misma colección Jizo de Literatura y Artes Plásticas, En Campos de Zafiro, nº 5, en primera edición, y nº 11 en su reedición, con motivo de la exposición en la Galería Euroarte, de Lisboa, una selección de poemas de estos cuadernos así como de la obra pictórica ofrecida para la ocasión.





Poemas de Antonio Carvajal y Francisco Acuyo para obras de Mª Teresa Martín Vivaldi, Francisco Acuyo





Poemas de Antonio Carvajal y Francisco Acuyo para obras de Mª Teresa Martín Vivaldi, Francisco Acuyo







POEMAS DE ANTONIO CARVAJAL Y FRANCISCO ACUYO

 PARA OBRAS DE Mª TERESA MARTÍN VIVALDI










Poemas de Antonio Carvajal y Francisco Acuyo para obras de Mª Teresa Martín Vivaldi, Francisco Acuyo






GLOSA A 

GANIMEDES








Ved el águila extensa, cuyas alas cubren en toda su amplitud las puertas del día: Ha fijado con su ojos el sol en el cenit, sobre el ombligo mismo de la tierra. Sola luz, de sus plumas emana una brisa celeste, la canción de la vida. Pero también la sombra, la negación del mundo más allá de su trueno, sus heridas y su esplendor.
Ved ahora los hombres, atareados en la ofrenda de las uvas. El Padre del Día sonríe con la benignidad de los soles de septiembre. Va demorando sus rayos, inclinando su tersa cabellera con voluntad de caricia, acercando los lindes de la vigilia y del sueño, para que las uvas oscuras y las uvas blancas compongan en su cielo un armonioso oleaje de perfumes, de sabores, de colores. Un rumor de mirlos, un estrépito de gorriones, los trémolos de jilgueros y verderoles se acompasan a la prolongada letanía humana, toda ella esperanza de ebriedades y gratitud de dulzuras.
Y entre las viñas surge este mozo de gracia, sustancia de los hombres condensada en admiración y deseo. A zaga de su huella, las jóvenes acuden al camino, los labios entreabiertos, los pulsos irregulares, los tobillos alados. Recoge el mozo en copa transparente, luz ella misma, la luz del primer mosto. Y la acerca al pico del águila, que la bebe y la bebe, sin dejar una gota, sin perdonar el vaso, hasta picar los dedos del mancebo.
Sangra el mancebo, y la tarde recoge su sangre y la expande por las nubes y el mismo sol se tiñe de su espesa materia. Replegadas las alas, el águila se sume en la noche, y el silencio sideral expande en los corazones.




Antonio Carvajal









SAGITARIO



LÍNEA en cuyo escorzo constelada
jazmín entre tu boca se figura,
y la luz de su cáliz deseada
aroma en la celeste cuadratura.

Desde una a otra estrella dibujada
tengo como manzana su frescura,
y el trazo ardiente que en la noche cada
mejilla enciende célica criatura.

Entre tus muslos muerde la sibila
mi beso sombra que se esboza agreste
y persigue la luz de tu pupila.

Entre tus labios duerme flor fragante
mi sueño, porque pétalo celeste
la eternidad despierte a este instante.






Francisco Acuyo







Poemas de Antonio Carvajal y Francisco Acuyo para obras de Mª Teresa Martín Vivaldi, Francisco Acuyo


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