sábado, 29 de enero de 2011

DIOSES DE LA CIENCIA

ENTRE LOS DIOSES DE LA CIENCIA


Dios, ciencia, Francisco Acuyo
Detalle de la Capilla Sixtina de Miguel Ángel


Dios, ciencia, Francisco Acuyo
Nebulosa planetaria Helix, conocida como El ojo de Dios
Vengo a inaugurar, con flamante y acaso adversa y disímil inscripción, una nueva entrada de este blog, sin duda más vuestro que mío, pues a tenor de vuestras demandas, recomendaciones y lecturas del mismo vengo a pergeñar esta o aquella iniciativa como la que ahora me ocupa. De esta singular antología deducida del título aparentemente asaz paradójico, me parece que no se hace sino dar cuenta del signo en el la peculiar controversia Dios versus Ciencia se ha instalado no sólo en el corazón mismo de la visión teológica y científica del mundo, también en el corazón mismo de la cultura que informa cualquier iniciativa de conocimiento, sobre todo en virtud del nacimiento y asentamiento del positivismo lógico, el cual echó vigorosas y profundas raíces en el discurso gnoseológico y epistemólogico.

Dispuesto ya en esta antífrasis, ruego no infieran sarcasmo e ironía en sus intenciones, si bien, tal vez, sea muy recomendable (e inconscientemente inevitable, dado mi carácter poco proclive a las exageraciones y extremismos), un cierto grado de sana bizarría y mordaz atiscismo con el que quitar algún "hierro" a tan ardorosa cuando no intransigente defensa en favor o en contra de tan frontal (y veremos si razonablemente) contrapuestas posiciones. Muy bien pudieran no estar tan enfrentadas, sobre todo si miramos atentamente la naturaleza de tan larga y beligerante controversia.

Anuncio ya, que en la próxima entrada, en realidad será la primera que entre ya con garantías de interés en la materia, confrontaremos a dos gigantes del pensamiento y de la ciencia, aun (no puedo dar certidumbre de esto) de no haberse conocido, a saber: Stephen Hawking versus Jean Guitton. Hasta entonces, que creo no será mucho tiempo, "hagan boca" para tan fascinante (dialéctico) enfrentamiento.




                                                                                                      Francisco Acuyo





Dios, ciencia, Francisco Acuyo


No hay comentarios:

Publicar un comentario