sábado, 26 de octubre de 2013

LA POESÍA DE AGUSTÍN BENELLI PARA LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA

Recogemos de la última entrada del blog de La noche en blanco de Granada al poeta Chileno (de Concepción) Agustín Benelli.

Enlace al blog de La noche en blanco de Granada




Traemos a nuestra sección de Poesía para la noche en blanco de Granada del blog del mismo nombre al poeta chileno, de Concepción, Agustín Benelli, de quien ofrecemos algunos poemas y una breve semblanza personal autobiográfica. 




LOS VERSOS DE AGUSTÍN BENELLI
PARA LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA





Agustín Benelli (Concepción, Chile) Artista visual, poeta y comunicador, con estudios en la Universidad de Concepción. Ha realizado docencia universitaria en la cátedra de Fotografía periodística en varias universidades de la ciudad de Concepción. Actualmente conduce y produce el programa de conversación en torno a la literatura y el arte Flashback, en radio Universidad de Concepción, Chile.





DOS DÍAS SIN LUNA




Amanece y los pescadores
regresan desde las altas cumbres del mar
con su alimento de estrellas
Y junto a la arena en el aventurado pasar de los días
tu mano inventa un agua que tiembla
un azul semejante al océano
aquel que nunca deja de dar
su oxígeno en forma de peces
En cambio dos días sin luna
bastan para llenar de oscuridad la urbe
Los árboles troncos envejecidos
de parir en un suelo inmisericorde
se han vuelto amarillos
como sus fósiles ramas
Y bajo el pálido follaje
transita una pálida
muchedumbre
y sobre pálidas hojas
decenas de aves vomitan
un fuego de espanto
Dos días sin luna dos días bastan
para llenar de oscuridad la urbe.






AY SI TÚ ME DIJERAS




Las ovejas aman
aman a sabiendas
que su oficio está en extinción
a pesar de esa dócil mirada
a pesar de su lana suave y tibia
nacida en la urdimbre de soles
Yo admiro ese insólito rebaño
y he procurado amar
como ellas aman
Aunque ésta
mi cornamenta
también es la sombra
del macho cabrío
que la luz
de la lámpara
va dibujando en las paredes
una crónica de abruptos
acantilados en la niebla
¿Acaso no es verdadero
este deseo de amarte
lamer tus heridas
y despojarte de la soledad?
Heme aquí en la pupila de la noche
empujado por el deseo
a resistir la mano y su báculo
en este redil con mis hermanas borregas
que observan con amargura
a los pequeños
que intentan
amar a sus madres
que se acicalan lejanas
ensimismadas
en el laborioso
horizonte
de la metrópoli
Beber de tu leche
beber balaban
los cabritos
Cuáles son
las señales de peligro
necio mamífero
en alabanza y tributo a la lujuria
ariete enrojecido como un sol
en su pulso avasallador
O tan sólo soy
una bestia empeñada
en lamer tu cuerpo
y cobijar en mi guarida
en el ubérrimo peñasco
de mis designios
tu pan y tu leche
Tú que vas por los collados
ilusionada y transfigurada
en feroz estrella sobre el monte
Y yo aquí en este corral
me desangro por lamer tu lomo
Ay si tú me dijeras
bestia ven a mí.




EL TIEMPO LENTO DE LOS ADOQUINES



Vino a mí su voz 
acres de trigo 
listos para la siembra
como un manojo de yerba
en el yermo espacio 
Qué es el pan sino espigas 
en un campo de agua 
la voz del bronce 
la trompeta
que anuncia
su llegada
El tiempo
no es oxígeno
a la deriva 
es el intervalo de cada nota 
es la música eterna del cosmos
Sale y camina por aquel sendero 
donde logres dejar tu huella tranquila y sin egoísmo
tú que abandonas las autopistas 
que descarrilan el alma 
Recuerda que la piedra 
es más negra por su canto urbano
más noche que la sombra
de todos los bosques
Deja tu nerviosismo
y toca mis pies
de madrugada
Deja que tu sangre altiva
se amontone en un charco 
Que el ojo vea tu denuncia
o te quedarás muda bajo los viejos tilos de la plaza 
esa ventana tallada por la luz del otoño
que no alcanza a ver
el amarillo ocre
de los trigales 
asoleadas gavetas
de la imaginación 
que no se abrirán en el desván
donde nunca llega el sol
donde no hay mieses
para cosechar
Aunque tú lo sabes
cada generación es un campo un trigal
y reconoces en mis ojos mi dedo en la llaga
porque frenas tu sangre al llegar a mi puerta
Quédate un momento 
que ya existes en mi mente
tú que hablas la lengua 
de los soñadores
que articulas la Ñ 
sumergida en una transparente ola 
la ola eterna que acompaña a la poesía
en el bravo contorno 
de mil espejos 
Qué más doméstico 
hay en la imaginación 
que un pedazo de pan
que más nostálgico 
que anhelar el tiempo 
lento de los adoquines 
del viejo Concepción 
del cual ya no queda memoria
a no ser por aquellos árboles
al final de Barros Arana
pequeñas montañas en la urbe
que me ayudan a caminar
ciudad adentro.

Agustín Benelli (Chile)

Poemas iditos






















1 comentario:

  1. Preciosa obra del poeta Agustín Benelli. Gracias por compartirla.

    Un cordial saludo,

    Jeniffer Moore

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