miércoles, 1 de noviembre de 2017

CARTAGO Y LA "DEVOTIO HISPANA"

Para la sección histórica de España, Historia de un Diario, del blog Ancile traemos el post titulado, Cartago y la Devotio Hispana.




Cartago y la Devotio Hispana.Francisco Acuyo



CARTAGO Y  LA DEVOTIO HISPANA


Cartago y la Devotio Hispana.Francisco Acuyo


Tras su partida de Gadir, el gran Amílcar (Barca) tenía firmemente aherrojado en su feroz y ambicioso espíritu controlar la Turdetania.[…] Hubo de desafiar con audacia tras la fundación de imponente factoría en Akra Leuka a griegos y romanos, llevando a los suyos a la conquista de Hélike[1] y a la fundación de Kart Hadash[2]t o Ciudad Nueva. Fue, inevitablemente, la fragmentación, división desmembramiento característicamente hispano –proverbial, dirá yo-, lo que llevo a Amílcar a conquistar buena parte de España. ¡Ah! Qué inefable emoción rememorar en estos instantes, por  voz de Eneas (amante de la reina de Cartago, Dido) aquel promisor “Tu regere imperio populos, Romae, memento”[3]. (Sic)
                  Cerraba así uno de los fragmentos más intensos de estos primeros capítulos de su historia nuestro compilador –omnisciente- testigo de aquellas decidas y enérgicas campañas. Más adelante, rescatar pudimos de entre unos trozos manchados y muy maltrechos otras consideraciones muy dignas de reseñar de aquel enigmático diario:
                  Una vez asesinado el pacífico conquistador Asdrúbal , sería el muy joven, de gentil talle y apostura, célebre por su aguerrido talante y conocido como excelente estratega, Aníbal, quien tomara la jefatura militar en la Iberia de Cartago, dejando a propios y extraños admirados de su demanda, y quien haría inmortal a la granazón la resistencia heroica, para mayor gloria de los habitantes de aquel pueblo, de Sagunto, decimos (mediante la poliorcética),[4] tras su expugnación y total aniquilización, y en cuya hecatombe colectiva, tras destruir todo lo servible en la ciudad, hizo para la historia una de las más memorables e increíbles páginas de unidad, entereza y sacrificio colectivo; diera cuenta de todo ello el gran Tito Livio, cuyas descripciones han quedado como
Cartago y la Devotio Hispana.Francisco Acuyo
muestra y dechado excepcional de valor, notoriedad y renombre del que muy bien pudiera vanagloriarse cualquier nación del mundo si,  tal episodio inaudito y admirable repetirse pudiera. (Sic)
                  Esto contaba nuestro historiador, justo antes de acometer el relato de la llegada de Roma a nuestra península, donde habrá de acontecer la segunda guerra púnica, que tantos lances dignos de recuerdo habrán de ofrecer para nuestra historia. Tras vencer a olades, adentrarse en los valles del Duero y del Tajo, hubo de tomar Helmántica y Arbucala[5], aunque su ambición más profunda era acabar con la preponderancia de la potencia antagonista de su patria Cartago, Roma.
                  Publio Cornelio Escipión, en Hispania desde el año 217, llegó para reforzar las tropas romanas regidas por su hermano Cneo. Reconociendo rasgos proverbiales de individualismo de los pueblos de la Iberia, consiguió sembrar la disensión, la discordia y el conflicto en las hordas Cartago-ibéricas, llevando a sufrir el gran Aníbal la derrota, cerca de Tortosa, que habría a la sazón, de impedir en principio su ansiado avance hacia Roma. No obstante, habría de costarle al Escipión la vida en su avance por el valle del Betis, cerca de Cástulo, todo lo cual iba a provocar que la guerra púnica se decidiera definitivamente en Hispania. [Sic]
                  Proseguía en primera persona su relato contando como el segundo Escipión, hijo y sobrino de los Escipiones muertos en la campañas de la Hispania, habría, en nueva expedición, de conquistar Cartago Nova y que refería puntualmente de esta manera:
                  Liberados los rehenes hispanos, feroz y cruelmente retenidos por Cartago, hubo de enviarlos Escipión, como agentes de la misma Roma, a sus diferentes lugares de origen. Muy consciente de que la suerte de Roma estaba en juego en territorio de la Hispania, emprendió brava y audazmente viaje hacia la cuenca del Betis para su conquista, así fue que, en Ilipa, el pueblo, más fenicio que cartaginés, suscribieron con el romano inteligente alianza. La cruel actitud de Aníbal con los residentes de diversos lugares (como Iliturgi) no ayudo tampoco a encontrar alianzas contra Roma. Finalmente, no valorando estratégicamente Aníbal la guerra que se estaba decidiendo en Hispania, decidió regresar a África, donde acabaría por encontrar la derrota definitiva en Zama (202 a.C.)
                  De esta manera concluía otro párrafo crucial de nuestra historia y del diario personal de nuestro extravagante narrador en esta fragmentada biblioteca de nuestro acontecer histórico. No será desde luego el último relato de nuestro extravagante compendio histórico recogido, como tampoco será la postrer aparición de nuestro anónimo historiador en estas páginas que entretienen a quien tuviera a bien deleitarse o sufrir en ellas. Así proseguirá en próxima entrega su crónica y reseña.


Francisco Acuyo




[1] Elche
[2] Cartagena.
[3] Acuérdate, romano, que tu fin es dominar a los pueblos con tu poder. Virgilio en su Eneida.
[4] Técnicas de asedio puestas en práctica en las guerras del Peloponeso y Sicilia.
[5] Salamanca y Toro.


Cartago y la Devotio Hispana.Francisco Acuyo

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