viernes, 1 de junio de 2018

MÁS ALLÁ DE LA RETÓRICA: EL DISCURSO POÉTICO


Para la sección, Pensamiento, del blog Ancile ofrecemos el post que lleva por título: Más allá de la retórica: el discurso poético.


Más allá de la retórica: el discurso poético. Francisco Acuyo






MÁS ALLÁ DE LA RETÓRICA: 

EL DISCURSO POÉTICO








Es claro que nosotros, cuando hablamos de retórica, nos situamos más allá de una sistemática escolar tradicional, y ni siquiera nos sirve el concepto de retórica en sentido más amplio[1] que Lausberg explicita en su taxonomía y definiciones de figuras y tropos. El arte de hablar que persigue el rétor es trascendido en poesía, y por lo tanto se separa del concepto mismo de discurso general. Esto es de gran importancia, habida cuenta de que el recurso retórico se integra dinámicamente en el discurso poético, el cual ya ofrece una dispositio altamente singular (estetizante), cuyo ordo artificialis ofrece sucesiones que no tiene por qué seguir con el orden natural, temporal del decurso de la oración o frase que lo conforma, y cuyo factor supuestamente alienador (del constructo estándar del lenguaje) hace de la poesía un discurso especialmente dinámico, trascendente y vivo.

Es pues la elocución retórica en poesía la que excede la noción sintética o taxonómica para relacionarse con el proceso vivo del discurso del lenguaje. Lejos de las nociones mecánicas extraídas de los Corpus Doctrinales, el poeta (y el lector avezado de poesía) trasciende(n) el ideal de perfección del código del idioma para su conocimiento y dominio, para ponerlo en tela de juicio. Las virtudes retóricas tradicionales (claridad, ornato y decoro) son puestas en duda en pos de ofrecer una mayor expresividad, aun cuando pueda parecer que cae en el vicio de la anfibología y la oscuridad: lo que se busca es la expresión de realidades metalingüísticas. Por eso creo que la retórica, gracias a la
Más allá de la retórica: el discurso poético. Francisco Acuyo
poesía, no debe de desvincularse de la misma filosofía donde en un principio tuvo su origen. Las clasificaciones sirven para orientarnos en su exposición mecánica de los diferentes recursos retóricos, pero en modo alguno para entender su funcionamiento en el discurso poético.

Lección de gran importancia la dada por Nieztsche que, manteniendo el pulso filosófico del lenguaje metafórico, habría de dar mucha más importancia a aquella (a la metáfora) que al mismo concepto. El lenguaje conceptual, al fin y al cabo, sólo da opciones a que el mundo y nosotros mismos, como representaciones, acabaríamos siendo no más que imágenes indescifrables. Esta puesta en duda del concepto es totalmente natural en poesía, por lo que los medios de expresión retórica (metafóricos) son mucho más que meros tropos encasillados en diversas taxonomías, es una vía de atención y entendimiento vivo, superador del ornato, por lo que dicho lenguaje tiene inevitablemente el rango de filosófico –poético-. El constructo retórico metafórico deconstruye la palabra pobre para expresar las profunda intuiciones y los sentimientos más hondos.

A juicio de quien suscribe estas reflexiones, será el discurso vivo poético metafórico el que nos abra las puertas a un conocimiento imposible sin estos elementos retóricos. Al mundo no sólo de los conceptos y juicios conscientes y racionales, también, o sobre todo, al universo de los instintos, de lo inconsciente, de lo abiertamente irracional, así las cosas la percepción corporal y la elaboración mental abstracta no están estrictamente escindidas, la conexión es íntima en virtud de la metáfora (ejemplo muy ilustrativo lo veremos en los recursos sinestésico-metafóricos[2]).

Las formas son, en definitiva las que señorearán en poesía, pues su vinculación material y perceptiva son básicos para entender más allá del impulso abstracto simplificador y enseñarnos a que el cuerpo comunica inconscientemente, y desde donde, finalmente, entendamos también los procesos conceptuales. Se puede inferir de todo esto el valor epistemológico de los elementos retórico-poéticos, en conjunción plena con el resto de elementos estructuradores de su discurso que, al fin, se descubren como vía de apercibimiento de otros mundos vivos con potencial acaso nunca imaginado, si es que es en realidad una potencia creativa.

Es en verdad el ejercicio poético creativo una vía de contemplación por la que se hace posible una vía de comprensión particular, según la cual, el caer en la cuenta de (previa a cualquier emisión de juicio), nos posibilita aprehender hechos psicológicos (emocionales) conscientes y, sobre todo, inconscientes que de toda manera sería difícil extraer a la realidad de nuestra conciencia.




Francisco Acuyo




[1] Lausberg, Elementos de retórica literaria, Gredos, 1983, p.13.
[2] Acuyo, F.: Fisiología de un espejismo.




Más allá de la retórica: el discurso poético. Francisco Acuyo


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