miércoles, 1 de agosto de 2018

LA EDUCACIÓN NO ILUSTRADA DE LA MUJER EN KANT


Bajo el título de: La educación no ilustrada de la mujer en Kant, del filósofo Tomás Moreno, traemos una nueva entrada para la sección, Microensayos, del Blog Ancile.


La educación no ilustrada de la mujer en Kant, Tomás Moreno




 LA EDUCACIÓN NO ILUSTRADA DE LA MUJER EN KANT





La educación no ilustrada de la mujer en Kant, Tomás Moreno


Desde el seno mismo de la Ilustración alemana (die Aufklarüng), Kant (1724-1804) seguirá, aunque con forma más refinada, la misma argumentación que Rousseau. Al igual que para el filósofo ginebrino, también para Kant la educación de las mujeres debía ser diferente, distinta de la del varón. La razón de ello tal vez fuera que la inteligencia femenina era para Kant –como afirmaba en sus Observaciones acerca del sentimiento de lo bello y lo sublime (1764)- una “inteligencia bella” en contraste con la “inteligencia profunda” o “sublime”, propia y característica de la del varón. La diferencia entre ambas es suficientemente clara, como ya vimos. El tipo de conocimientos que las mujeres, en cuanto tales, pueden y deben adquirir con más facilidad es aquel que está relacionado con el ser humano “y, entre los seres humanos”, con el varón.
            Luisa Posada Kubissa ha puesto de manifiesto[1] la contradicción en la que cae Kant al defender, por una parte, los ideales de la Ilustración para todos los seres humanos (hombres y mujeres), cuyo lema es “¡Sapere aude!”, “¡ten valor de servirte de tu propio entendimiento”!, y, por la otra, la prohibición para la mujer de los medios o instrumentos para alcanzarlo, el cultivo del entendimiento a través de la educación y la lectura, impidiendo así su instrucción y cultivo. Pareciera
La educación no ilustrada de la mujer en Kant, Tomás Moreno
como si las mujeres nunca pudieran –al contrario de los hombres- salir de su autoculpable minoría de edad, ni fuesen capaces de “servirse de su propio entendimiento sin la guía del otro”, hasta el punto de parecerle a Kant monstruosa una mujer con dedicación e inquietudes científicas y culturales, una especie de “espíritus masculinos en cuerpos femeninos”.  Estas son sus conocidas palabras al respecto:

Aprender con trabajo o cavilar con esfuerzo, aun cuanto una mujer debiera progresar en ello, hacen desaparecer los primores que son propios de su sexo, y pueden convertirse en objeto de una fría admiración a causa de su rareza, pero debilitan al mismo tiempo los encantos mediante los cuales ejercen ellas su gran poder sobre el otro sexo. Una mujer que tenga la cabeza llena de griego, como la Sra. Dacier, o que mantenga discusiones profundas sobre mecánica como la Marquesa de Chatelet, únicamente puede en todo caso tener además barba; pues éste sería tal vez el semblante para expresar más ostensiblemente el pensamiento profundo, para el que ellas se promocionan (OBS, 229-230).

            En la obra de Kant puede descubrirse además –sostiene Posada Kubissa- una especie de subtexto de género que estaría en el punto de unión o bisagra entre la sensibilidad (pasiva, femenina) y el entendimiento (activo, masculino). En efecto, la imaginación aparece en la primera edición de la Crítica de la razón pura como capaz de unir esa diversidad, representada por la sensibilidad y el entendimiento, porque participa de ambas (o tiene cualidades de ambas): la pasividad de la sensibilidad y la actividad del entendimiento. En la segunda edición, será el entendimiento, puesto que Kant trataría de eliminar de su gnoseología una instancia como la imaginación habitualmente asociada en su época con lo irracional y lo ilusorio. Esto es: con lo femenino[2]. (Cont.)

TOMÁS MORENO






[1] Luisa Posada Kubissa, “Cuando la razón práctica no es tan pura. (Aportaciones e implicaciones de la hermenéutica feminista alemana actual: a propósito de Kant)”; Isegoría, 6, 1992, pp. 17–73). Véase también su libro Razón y conocimiento en Kant. Sobre los sentidos de lo inteligible y lo sensible, Biblioteca Nueva, Madrid, 2008.  
[2] Luisa Posada Kubissa, “Cuando la razón práctica no es tan pura. (Aportaciones e implicaciones de la hermenéutica feminista alemana actual: a propósito de Kant)”, op. cit.





La educación no ilustrada de la mujer en Kant, Tomás Moreno

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