lunes, 27 de agosto de 2018

TIEMPO, ESPACIO Y CONCIENCIA EN LAS ARTES PLÁSTICAS


Para la sección: Ciencia, del blog Ancile, traemos nueva entrada bajo el título: Tiempo, espacio y conciencia en las artes plásticas.



Tiempo, espacio y conciencia en las artes plásticas. Francisco Acuyo



TIEMPO, ESPACIO Y CONCIENCIA

 EN LAS ARTES PLÁSTICAS







Los mazzochio o toros de Leonardo da Vinci son otra muestra más que evidente de perspectivas inventadas a través de la matemática, las cuales son capaces de generar realidades que la pintura hace existir singularmente y que, no obstante, participan de una realidad nueva a través de la conciencia del artista, conformando su obra en cada parte del todo (real) y el todo en cada parte de aquella, constituyendo una suerte de holograma que interpreta e integra la realidad material y la psicológica. No es extraño advertir que el pintor necesita no solo contar con el espacio narrativo (y poético-creativo), también precisa plasmar pictóricamente el tiempo en pleno Renacimiento,[1] aunque sería más claro y sorprendente su integración en el caso de El Greco y su genial manejo de esta cuarta dimensión, siendo un glorioso ejemplo de esto que hablamos, El bautismo de Cristo; en el desarrollo de las dos diferentes perspectivas que componen el cuadro, y en la integración de las mismas, donde se sitúa el Espíritu Santo, en una dimensión nueva temporal o extratemporal-mística.

Tiempo, espacio y conciencia en las artes plásticas. Francisco Acuyo                El tiempo y la conciencia son conceptos que van íntimamente integrados: Antonio Machado no concebía la realidad y la vida aprehendidas por la conciencia sino como tiempo (bebiendo de las fuentes filosóficas de Bergson): otras artes, como es el caso de la pintura también escancian de esta conciencia urdida al tiempo. Son rasgos particularmente significativos de esto las manifestaciones en diversas anamorfosis en artistas como Francisco Zurbarán (Defensa de Cádiz ante los ingleses), Hans Holbein, el joven (Los embajadores) o el concepto de espacio abstracto de Pablillos de Valladolid) de Velázquez.  La conciencia que el artista tiene del devenir es la realidad partícipe y perceptible por los sentidos, mas, también aquella idea platónica de lo inmutable ideal a la que solo se llega a través del pensamiento profundo y la inteligencia verdadera. Así, la conciencia del pintor se entiende entre el ser inmutable y el devenir perecedero que aporta el espacio, pudiendo representar objetos reales para ser retratados, y otros que no existen, pues son imaginados. Son las primeras manifestaciones de abstracción con consecuencias pictórico expresivas muy de su tiempo: bajo la concepción cartesiano-newtoniana del tiempo y del espacio), y que abrirán, no obstante, posibilidades de figuración y expresión de un tiempo (moderno) que pondrá en cuestión el grado absoluto del tiempo y el espacio (bajo los auspicios de la relatividad einsteniana y de la mecánica cuántica).

                La conciencia artístico plástica, en fin, ha bebido de las mismas fuentes de inspiración que cualquiera otra arte y modo de entendimiento y representación del mundo en su época, con mayor o menor grado de clarividencia y adelanto a su tiempo, y donde la explicación de dicha conciencia no es posible, en cualquier caso, a análisis mecánicos, si es que como demuestra la dinámica matemático pictórica del espacio (perspectiva) y del tiempo en estas obras traídas a colación (entre muchas otras que podrían traerse), la ilusión de la concreción de los sentidos es puesta en evidencia por una conciencia superior (científico matemática en muchos casos, y en otros por una intuición de lo trascendente). En realidad las metáforas narrativo temporales de estos cuadros son –a través de esta anamorfosis referidas de los mismos- la señal inequívoca de que todo es isomorfo –y sincrónico temporal- y que por tanto las metáforas motivadas por esta conciencia artística, son tan reales como la realidad misma que se integra en el organismo (o como diría Teilhard  de Chardin, dentro del tejido planetario) de conciencia que en realidad es el mundo.


Francisco Acuyo




[1] Véase el ingenioso mecanismo, ya en pleno Renacimiento, de Sandro Botticelli en las cuatro tablas de su Nastagio degli Onesti.




Tiempo, espacio y conciencia en las artes plásticas. Francisco Acuyo

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