martes, 4 de diciembre de 2018

CONCIENCIA E INFORMACIÓN: ¿EVOLUCION DE LA NADA?


Con el titulo de: Conciencia e información: ¿evolución de la nada?, proseguimos para la sección, Ciencia, del blog Ancile, sobre la temática fascinante de la nada o el vacío en ciencia. 


Conciencia e información: ¿evolución de la nada?, Francisco Acuyo



CONCIENCIA E INFORMACIÓN: 

¿EVOLUCION DE LA NADA?







La mente crea información, en realidad inunda el mundo con ese material singular y extraordinario. Las reglas mediante las que la información se propaga manipulan símbolos (como el lenguaje, la matemática…) y dichas gramáticas pueden considerarse como lenguaje (o algoritmos que afirman sobre afirmaciones  en tanto que evolucionan y son dinámicas y complejas en sus resoluciones. Estas metaafirmaciones son las que han producido al ser humano y han caracterizado, por supuesto, al fenómeno de  la conciencia.

Todo parece indicar que la elaborada actividad mental ya detectada en los hombres primitivos no puede ser producto de una simple adaptación evolutiva.[1] La comprensión de este hecho puede explicarse si nos acercamos a una teoría del lenguaje que trascienda sus apariencias de palabra hablada (esto lo sabemos muy bien los poetas), donde lo que se puede decir es de mayor interés que lo que en realidad dice,[2] y esto adquiere particular carta de naturaleza cuando el uso desviado de la lengua y de sus códigos hace aún más amplia su interpretación. La ambigüedad esencial de la poesía es acaso el instrumento más poderoso que posee para comunicar trasformando al receptor mismo de
Conciencia e información: ¿evolución de la nada?, Francisco Acuyo
su mensaje.

Resulta realmente fascinante que el conocimiento adquirido –mediante los diferentes tipos de información- que llegan al intérprete consciente, sean posible no solo los adquiridos mediante la experiencia del mundo, ya lo advertía Kant, sino que hay una facultad -¿mental,  de la consciencia?- que aporta información más allá –o más acá- de la experiencia. Estas codificaciones de la información a través de las reglas de la gramática o de las matemáticas –algoritmos-  que se encuentran fuera  de la percepción empírica de lo que acontece, tengan un sustrato no experimental y que contenga rasgos universales y necesarios, y que diríase apartarlos de la necesidad material local y accidental.  Mas, ¿dónde radica esa realidad mental o de consciencia? Si tenemos claro que cualquiera cosa percibida experimentalmente  esta un sustrato material, temporal y espacial ¿Dónde ha de situarse este entendimiento universal? ¿En la mente? ¿En la consciencia? Este lugar es tan indefinido que muy bien pudiéramos situarlo en un vacío o nada de la que habría de surgir para entendimiento de lo que percibimos experimentalmente y lo pensamos, deducimos, imaginamos en nuestra interioridad.

Es claro que este ser mental o consciente, para el materialismo más recalcitrante es, o mejor, tiene su origen en la materia. En este caso en el cerebro. Es así que toda alternativa de acceso a cualquier conocimiento y por lo tanto de información, debe provenir de la materia, por lo que todos estos fenómenos de entendimiento a priori, son epifenómenos de la misma materia. No obstante, hay quien insiste en que estos lenguajes que nos permiten comunicar y acceder no solo a mundos experimentales sino a universos imaginarios,  son espejos de la mente.[3]

Conciencia e información: ¿evolución de la nada?, Francisco AcuyoQueremos reseñar la importancia de que las reglas o leyes que contienen los códigos del lenguaje (esto es especialmente visible en el lenguaje poético) no son tanto leyes lógicas sino psicológicas. La universalidad (no experimental) del lenguaje es lo que hace que este sean en verdad universalmente accesible y por qué son posibles otras gramáticas (las poéticas, o las musicales) para una búsqueda más amplia de información y por tanto de conocimiento. De donde provengan estas maneras de entendimiento no experimental es motivo de no poca controversia, aunque la ciencia   Estas estructuras no experimentales nos hablan de la configuración, de la armadura de la mente. Mas, insistimos, ¿está sustentada dicha estructura de manera exclusiva en el soporte físico, biológico, material del cerebro?

La interrogante anteriormente planteada acaso pueda provocar estupor en el científico convencido de que no puede ser de otra manera, en tanto que la materia es lo único de lo que podemos hablar con criterio medible, experimental y por tanto metodológicamente demostrable. En cualquier caso, lo que está claro es que sin aquellas reglas (no experimentales)  que dan forma y sentido a su universo,  no habría nada.[4] Pero la nada última de esta frase es la que sigue cautivándonos en tanto que está referida directa o indirectamente a la conciencia. Seguiremos insistiendo sobre este asunto en posteriores entradas de este blog.





Francisco Acuyo



[1] Campel. J: Op. Cit. p.220.
[2] Chomsky, N.: Syntactic Structures, Mounton and Co, La haya, 1957.
[3] Chomsky, N.: Relection on Languaje, PAntheon Books, Nueva York, 1975, p. 4.
[4] Lakoof, R.:Languaje, Crítica de libros, 1978, p.386.




Conciencia e información: ¿evolución de la nada?, Francisco Acuyo

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