viernes, 8 de marzo de 2019

PALABRAS PARA LA CIUDAD ILUSTRADA


Traemos la entrada que lleva por título, Palabras para la ciudad ilustrada, del profesor y filósofo Tomás Moreno, con motivo de su memorable intervención en los ciclos que organiza Entorno Gráfico Ediciones, y las librerías Picasso,  bajo el nombre de La ciudad Ilustrada; en torno al autor y su obra agradeciendo su siempre grata y avisada presencia.


Palabras para la ciudad ilustrada, Tomás Moreno




 PALABRAS PARA LA CIUDAD  ILUSTRADA



Palabras para la ciudad ilustrada, Tomás Moreno


El acertado título “La Ciudad Ilustrada” que preside este ciclo de presentaciones de nuestros poetas y escritores más representativos, que ha tenido a bien organizar Entorno Gráfico Ediciones bajo la sabia coordinación de Francisco Acuyo, hace justicia a una ciudad, como Granada, que brilla en el panorama cultural español como una de las más atractivas por su  legado histórico, artístico y literario y por su extraordinario potencial de desarrollo futuro.
            Y decimos que el título aludido es certero -bien elegido- porque sólo desde una ilustración anhelada y buscada, una ciudad puede sentirse libre, autónoma y dueña de su propio destino y alcanzar su madurez social, vital y cultural. Precisamente eso fue lo que Emmanuel  Kant quiso revelarnos en su famoso OpúsculoContestación a la pregunta ¿qué es la Ilustración?” de 1784. No me resisto  a leerles su comienzo, el primer párrafo de la misma. En él nos dice Kant lo siguiente.

“La Ilustración es la liberación del hombre de su culpable minoría de edad. La minoría de edad significa la imposibilidad de servirse de su razón sin la guía de otro. Esta minoría de edad es culpable porque su causa no  reside en la falta de razón sino de decisión y valor para servirse por sí mismo de ella sin la tutela de otro. ¡Sapere Aude! ¡Ten el valor de servirte de tu propia razón: he ahí el lema de la Ilustración”.

            Según Kant la pereza y la cobardía son las culpables de esa minoría de edad y de ese sometimiento del individuo, como pupilo, a la tutela de otros, impidiendo así su emancipación e imposibilitando “atreverse a pensar por su propia cuenta” o “a pensar por sí mismo”. Curiosamente este texto kantiano conecta de alguna manera con el primero de los dos micro-ensayos elegidos por el antólogo de  esta colección, como muestra de mi modesta obra ensayística: se trata del titulado “Sobre la Verdad y  la Ficción”. En él, basándonos en la platónica alegoría de la caverna, hacemos un recorrido de la influencia de la misma en algunos hitos o momentos estelares  de la literatura europea y universal
            Es oportuno destacar y recordar, a este respecto,  que cada época ha diseñado su propia alegoría de la caverna . Acerca de ella, han reflexionado recientemente - en el primer tercio del siglo XXI, por no remontarnos a los 24 siglos precedentes- pensadores como el germano Hans Blumenberg, Salidas de caverna (Edit. Antonio Machado Libros, 2004) o el joven italiano Diego Fusaro en su ensayo Idealismo o Barbarie. Por una filosofía de la acción, (Trotta, 2018).
Palabras para la ciudad ilustrada, Tomás Moreno


            Para Hans Blumenberg esta Alegoría es la metáfora absoluta en la que se pueden leer  todas las prestaciones de sentido que contiene la filosofía en general, y la platónica en particular. En efecto, desde este símil o relato se aborda el proceso de ascensión (Anábasis) del prisionero que se libera de las cadenas de su ignorancia hasta alcanzar la contemplación y conocimiento de la verdad iluminada por la luz del Sol y, asimismo, se nos describe la vuelta, el regreso o descenso (Katábasis) del mismo hasta la oscuridad del mundo de la caverna –esto es: hasta la falsedad organizada del mundo de las sombras- con el único objetivo y finalidad de ayudar a los prisioneros de la caverna a liberarse todos juntos de sus cadenas.
            Para Diego Fusaro no existe metáfora alguna que aborde mejor que esta alegoría platónica el Proceso Ilustrado de Emancipación de la Humanidad como objetivo y orientación de la teleología filosófica y  desideratum último del filosofar. En su opinión, en el relato platónico verdad y libertad sintonizan y se exigen mutuamente, para concluir que aquél que ha contemplado la verdad afronta también -por solidaridad y simpatheia con los sometidos a las sombras- el deber moral inexcusable de ayudarlos a alcanzar la luz de la libertad.
            Se trata, en definitiva, de uno de los temas más notables que atraviesan diagonal o transversalmente toda la tradición filosófica occidental -que aparece, incluso, en boca de Jesús, en un conocido texto evangélico del Evangelio de San Juan: “La verdad os hará libres”- y que constituye el eje vertebrador de cualquier Proyecto Ilustrado, que se sintetiza y resume en estas dos apuestas: a) La apuesta por la VERDAD, que implica el desarrollo de una educación  libre, universal, gratuita y crítica para toda la ciudadanía y el libre acceso a la cultura en todas sus formas;  y  b) la apuesta por la LIBERTAD, por el uso libre de la razón, teórico y práctico, como condición de posibilidad de su auténtica emancipación.
            Sólo así nos acercaremos cada vez más al logro o realización del Proyecto ideal o utópico Kantiano de la Ciudad Ilustrada como salida (Ausgang) necesaria  del estado de dependencia y de ignorancia en el que se encuentra, aherrojado, el hombre del siglo XXI, todavía sometido a las cadenas de la ignorancia y de la manipulación, como lo estuvo también  en el pasado. Aunque hoy –inmersos como estamos en la caverna mediática y en el universo virtual del Gran Panóptico electrónico y multinacional- esas cadenas son mucho más insidiosas, persuasivas, ocultas, poderosas e incontrolables. Sin embargo, mientras caminamos en esa dirección, deberemos ser conscientes de que este proyecto nunca se verá definitivamente culminado. La utopía -en nuestro tiempo, ya escarmentado de macroutopías y de ingenierías sociales totalitarias- sólo puede ser una aproximación asintótica hacia el ideal, pues sabemos que “a medida que nos acercamos al objetivo perseguido, él se aleja un poco de nosotros”.

TOMÁS MORENO



Palabras para la ciudad ilustrada, Tomás Moreno


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