martes, 23 de julio de 2019

LA IRREALIDAD DEL MUNDO REAL


Para la sección, Pensamiento, del blog Ancile, traemos una nueva entrada que lleva por título: La irrealidad del mundo real.

La irrealidad del mundo real.Francisco Acuyo


LA IRREALIDAD DEL MUNDO REAL





 Cuando Niels  Bohr afirmaba que: todo lo que llamamos real está hecho de cosas que no podemos considerar reales, ponía en cuestión no solo la convención clásica de la materialidad del mundo, también los fundamentos mismos de la materia, la cual, en sus cimientos mismos (corpusculares) iba a fiar toda su estructura no tanto a la experimentación directa -de los componentes ínfimos de la materia- como en la deducción matemática, no en vano está configurada la realidad cuántica en virtud de sus cálculos e inferencias probabilísticas.

                Que el mundo de lo material -que interesa a la física- esté integrado en las matemáticas y que esto sea un hecho, nos hace parecer  normal la reflexión sobre lo que entendemos por realidad, sobre todo si estimamos que la manera primordial de reconocer el mundo está en la percepción y en la experimentación derivada de ella. La filosofía de Platón alcanza en nuestros días una increíble revitalización, habida cuenta de que las estructuras básicas de la realidad material, es decir la partículas que la componen, no son objetos físicos en el sentido usual del término; son formas, ideas que pueden expresarse  sin ambigüedad  solamente en el lenguaje matemático[1] (Heisenberg), y que acaso harán replantearnos nuestra misma concepción de lo que la realidad sea.
               
La irrealidad del mundo real.Francisco Acuyo
La cuestión se reviste de mayor complejidad (y perplejidad) cuando hay que reconocer que para el progreso en la ciencia es imprescindible preservar la incertidumbre como parte fundamental de nuestra naturaleza íntima (R. Feynman). El determinismo clásico de la ciencia sufre un auténtico cataclismo tras los descubrimientos de Heisenberg, Borh, Schrödinger, Einstein,… Una muestra de lo que hablamos es la paradoja sobre la naturaleza de la luz: ¿es onda o es partícula? La idea misma de que tengamos que desechar que el electrón está localizado en un lugar concreto mientras no sea observado, da una idea (de la estupefacción y) de la extrañeza del lugar y tiempo en donde de manera habitual configuramos nuestras convenciones para vivir en el mundo.Véase, en fin, que es un hecho que el aspecto ondulante de la luz no es algo físico, sino una función matemática de la que podemos colegir información.

                Para aprehender algo de la realidad de nuestro mundo todo parece indicar que nuestro conocimiento va a  depender de la observación del mismo y de nuestra capacidad de medición, aunque sabemos que no podemos medir sino probabilísticamente, es decir, conocer la realidad matemáticamente, entonces, nos parece pertinente la siguiente interrogante: ¿Podemos conocer algo más de lo que podemos medir?[2]

                Si la estructura de la realidad está basada en las interacciones del universo cuántico, y si este universo llama a la perplejidad, e incluso a la incomprensión (véase Feyneman) ¿qué podemos saber de esa supuesta realidad a la que aspiramos a conocer? Veremos en próximas entradas algunas cuestiones en relación a este asunto.





Francisco Acuyo



[1] Véase como ejemplo la teoría matemática de la simetría como fundamento y explicación para la comprensión del orden de las partículas en física, y que dan lugar formas triangulares y hexagonales.
[2] Du Sautoy, M.: Lo que no podemos saber: Acantilado, Barcelona, 2018, p. 198.




La irrealidad del mundo real.Francisco Acuyo

No hay comentarios:

Publicar un comentario