viernes, 15 de noviembre de 2019

ENTRE LA ABSTRACCIÓN FILOSÓFICA Y LA CONCRECIÓN DE LA VIDA: LA POESÍA


Para la sección, Pensamiento, del blog Ancile, traemos una nueva entrada que lleva por título: Entre la abstracción filosófica y la concreción de la vida: La poesía.




ENTRE LA ABSTRACCIÓN FILOSÓFICA

Y LA CONCRECIÓN DE LA VIDA: LA POESÍA






Entre la abstracción filosófica y la concreción de la vida: La poesía. Francisco Acuyo




La observación atenta del pétalo, tallo, cáliz que componen la rosa dibuja en nuestra mente la realidad concreta de lo que es hermoso sujeta al color, al aroma, a la suavidad de su tacto…, siendo aquellos cualia los que llevarán al poeta a la integración de lo que es material en la subjetividad del alma del poeta que acaba cantando su hermosura como parte de sí mismo y se debate entre la emoción de su contemplación y la verdad efímera de su presencia.

                Puede, a veces, el poeta comunicar la realidad abstracta de su impresión  de belleza con el ser cuantificable y concreta de la flor que, el filósofo, o mejor, el científico, enumera, piensa, interpreta  y cuenta traducido en el número (de pétalos, de rosas, de cálices…) con el que hacer la oportuna taxonomía.

                Es el poeta dueño de la extraña realidad de lo abstracto (traducido en su singular lenguaje) que transporta la realidad de la maravilla concreta con los estados anímicos y no obstante, genuinos de cada espíritu. Es el poeta humano, pero también es cierto que en este extremado ejercicio hay no poco de estímulo o impulso in, sobre, extrahumano.
Entre la abstracción filosófica y la concreción de la vida: La poesía. Francisco Acuyo

                Aquel instinto que indaga sobre los fundamentos últimos (y primeros) de lo que la realidad sea, sabe, como el poeta o el místico, que acaso son del todo inaccesibles a través de la prosa del animal de costumbres a la que la razón obliga. Saben que a través de esta (de la prosa) es del todo incomunicable el fin o fines últimos a los que aspira el que quiere acceder a estos. Será el discurso (o antidiscurso) poético el que, como una terapia de lo inconsciente acude para paliar en ese ansia de plenitud inefable.

                La concreción racional, lógica y científica es cuantificable. Pero esa mesura sofisticada y exacta no sirve para aprehender la abismática soledad del que busca la totalidad, el sosiego de la profunda paz del que entiende que no hay nada que buscar, y por lo tanto de medir y cuantificar. La realidad viva en la que, valga la redundancia,  vive la poesía es inasumible por la razón discreta y analítica, La concreción poética sólo es posible con la satisfacción de la intuición del todo. La rosa ya no es la flor cuyos pétalos se cuentan, huelan, colorean, son parte del espíritu del que la observa como parte integrante a la vez de lo más esencial el mundo. La rosa es símbolo dela  belleza e impulso vehicular de creación, de lo sagrado (en occidente), del corazón que trasgrede y trasciende la razón.

                Lo concreto en poesía es la abstracción que no es solo racional, sino mucho más que el registro cuantificable de lo que creemos saber, es el orbe infinito en el que el alma es con el mundo, sin distinción ni relativismo. El peligro sofista de la palabra diluye su razón en pos del espíritu que quiere algo más que la cuenta (el número) de aquello que con él es en el mundo.

                Seguiremos indagando sobre esta sugerente vitalidad de la poesía como fuente de superación de lo que creímos acabado con la razón y la palabra (logos) que concretamos con el número.



 Francisco Acuyo


Entre la abstracción filosófica y la concreción de la vida: La poesía. Francisco Acuyo


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