miércoles, 25 de marzo de 2020

CUENTECILLO PALABRERO PARA DORMIR A LA ABUELA TERESITA, DE ANTONIO CARVAJAL

Traemos para la sección Amistad y poesía, del blog Ancile, una nueva y deliciosa y festiva entrada, de la mano magistral del poeta Antonio Carvajal, que lleva por título: Cuentecillo palabrero para dormir a la abuela Teresita.




CUENTECILLO PALABRERO PARA 

DORMIR A LA ABUELA TERESITA, 



COMO REGALO POR SU ONOMÁSTICA DE 2014, 

PERO QUE SIRVE PARA MUCHÍSIMAS ABUELAS:



Estaba la monja Sorprendida en llamas de amor divino viendo cómo la mejor cocinera del convento se convertía en la mejor pintora de la obra del señor, aunque todas la llamaran Sorolla, cuando (escapada de comisaría) Sorpresa llegó contando que la habían detenido injustamente por manifestarse en pro de los probes; Sorteo, que tenía sus rasgos de azar entremezclados con la teología, animada por la medio bruja Sortilegio (nacida en Sort, pero con mala suert) le pidió a la casquivana Sorbete (tan fresca que todas la echaban de su lado porque no aguantaban su alzado rabo y menos cuando seseaba como una Sorra) que consolara a Sorpresa. Rauda, fue a su celda y, para no sesear, se puso a leer un poema, anunciando que era "Margarita la tornera" de Sorrilla. La novicia japonesa Sorfeo, de voz cantarina pero incapaz de pronunciar la ele, leyó otro de Erena Martín Vivardi, pero la escolástica Sorites, tan dada a las figuras del silogismo, las reprendió por mundanas. A esto llegó la madre Teresa de Jesús y les dijo: Sores, alimentad vuestras almas con coplillas como esta:








SOBRE AQUELLAS PALABRAS
DILECTUS MEUS MIHI



Ya toda me entregué y di,
y de tal suerte he trocado,
que es mi Amado para mí,
y yo soy para mi Amado.
Cuando el dulce Cazador
me tiró y dejó rendida,
en los brazos del amor
mi alma quedó caída,
y cobrando nueva vida
de tal manera he trocado
que es mi Amado para mí
y yo soy para mi Amado.
Hiriome con una flecha
enherbolada de amor
y mi alma quedó hecha
una con su Criador;
ya yo no quiero otro amor,
pues a mi Dios me he entregado
y mi Amado es para mí
y yo soy para mi amado.


Todas convinieron en que las coplas de la madre eran verdaderas joyas, pero que contenían algo que se les escapaba, como un teSoro oculto.

Y, colorín colorado,
este cuento inacabado
es, abuela, para ti
y, pues escrito en Motril,
es un cuento motrilado
que me ha dictado el demonio

Antonio.



Juan Ramón Torregrosa escribió:

Y no solo convinieron las Sores aludidas. Muchas otras, como la almeriense Sorbas, la castellana Soriana o la valenciana Sorche, alabaron las coplillas de la madre Teresa. En cambio, Sordomuda no se enteró de nada y le preguntaba a Sordina de qué iba todo aquello.
Intervino entonces Sorna y con ironía dijo que todas eran unas Sortijas y que aquellas coplillas no iban con ella, pues ella na le pide ni na le debe a su amado, ni es como Sorda o Sórdida, que son unas derrochonas, etc, etc.

Adición el 22 de marzo del 2020: Sorvilán sigue triscando por la Contraviesa con la cabeza llena de vilanicos.


Un abrazo virtual.

Carvajal





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