martes, 23 de junio de 2020

IDEÓLOGOS Y FALSOS DIOSES DE LA INTENCIÓN ÚLTIMA DEL CORAZÓN DE LOS HOMBRES


Siguiendo anteriores reflexiones sobre lo más hondo que habita en nuestros corazones, y cómo se manipula exteriormente, traemos un nuevos post para la sección, Pensamiento, del blog Ancile; esta vez bajo el título: Ideólogos y falsos dioses de la intención última.




Ideólogos y falsos dioses de la intención última. Francisco Acuyo





IDEÓLOGOS Y FALSOS DIOSES DE LA INTENCIÓN

ÚLTIMA DEL CORAZÓN DE LOS HOMBRES





Cuando digo que tratan de robar aquella fuente más profunda de vida en el corazón de los hombres, me refiero a que los intereses generados por los más perversos ideólogos, de manera consciente o inconsciente, hurtan la capacidad, predilección y tendencia a la búsqueda interior de la verdad perenne a la que aspiran los espíritus inquietos. Quieren impedir, como falsos dioses de los cielos, que se levanten las voces de aquellos que habían penetrado más allá de la conciencia misma de los dioses en pos de entender el vacío que es fuente de toda vida y de toda conciencia verdadera.

                Se pone un especial énfasis, ya digo, consciente o inconsciente, en impedir el regreso de los que, habiendo reconocido el poso de verdad que habita muy dentro de nosotros mismos como vía de comprensión de la vida para renovar el mundo, con el fin de dominar a través de la ignorancia de lo más valioso que en cada cual habita. La enajenación ideológica encarece el yo, haciéndonos creer que somos en virtud de las ideas que alimentan (o mejor envenenan) nuestro espíritu, ser partícipes en algo más grande que nosotros mismos, lo cual nos hará prevalecer sobre el que no sea sustentado por sus, en realidad,  falsedades.
Ideólogos y falsos dioses de la intención última. Francisco Acuyo

                Las ideas políticas (qué lejanas de aquella aspiración justa aristotélica, de servicio a los demás) se centran en la consecución del poder (paternal) del Estado. Acaso sea esta ilusa huida de la profunda verdad que subyace en lo más hondo de nosotros, provocada por el humo y artificio de lo ideológico-político, una incompetente evasión de la llamada más honda del corazón y  espíritu humanos.

                Se diría que, sin haber navegado en la inmensidad de nuestros ser, pretendiesen los embotados por la idea política hacernos creer que ellos son la verdad que nos asistirá en las necesidades y catástrofes, como si en verdad pudiesen venir y rescatarlo de cualquiera de sus tribulaciones, haciéndolos en realidad en sus prisioneros.

                El mítico o trascendente intento de unir lo divino y lo humano expuestos en el mito y en el símbolo, tratan de ofuscarlos manteniendo una frontera insuperable, cuando en realidad son la misma cosas. El ideólogo es el oportunista que pretende mantener siempre abiertas las distancias para beneficio propio, invistiéndose como el principio necesario para el progreso y para el cambio, cuando en realidad es la negación de la virtud y la muestra más patente de la degeneración humana: el político.

                El don que deviene de las profundidades de cada cual se pervierte y se racionaliza para su anulación y tratar de vender la necesidad del héroe (político) que será quien renueve el mundo. Mas aquellos que denuncian tal tropelía y engaño, serán relegados al ostracismo, cuando no al intento decidido de exterminio. Por eso, hemos de saber, quiénes estamos convencidos de la fatua invención, que estamos sometidos tanto al encuentro como a la separación: encuentro decidido con nosotros mismos, separación de los que quieren hacer imposible dicho encuentro.

                Seguiremos indagando sobre esta y otras cuestiones análogos en posteriores entradas del blog Ancile.


Francisco Acuyo




Ideólogos y falsos dioses de la intención última. Francisco Acuyo


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