jueves, 6 de agosto de 2020

DE LO HUMANO Y LO DIVINO: LA DUALIDAD UNÍVOCA


Con el título: De lo humano y lo divino: La dualidad unívoca, traemos un nuevo post para la sección De juicios, paradojas y apotegmas.


De lo humano y lo divino: La dualidad unívoca, Francisco Acuyo



DE LO  HUMANO Y LO DIVINO: 

LA DUALIDAD UNÍVOCA




Acaso ahora como nunca se ha tratado de separar lo externo de lo interno, lo objetivo de los subjetivo, la ciencia de lo no científico, lo humano y material de lo espiritual y no menos humano. Esta dualidad (cartesiana) no acaba de verse superada. Si acaso, retrotrayendo todo lo mental al orbe de lo descriptible por la neurociencia, donde, en fin, todo proceso de conciencia no es más que un epifenómeno del órgano cerebral y de la extensión y ramificación a su sistema nervioso.

                Acaso ahora como nunca, tengamos la necesidad perentoria de reconocer, así nos lo indica el mito[1] y la simbología más profunda que ambos ámbitos son en realidad uno solo. ¿no será que la intuición mítica y simbólica de lo trascendente traída de los más profundo de nuestro ser acaba trivializándose en su raciocinio? ¿Cómo podemos dar testimonio de lo inefable, de lo paradójico, de lo inaprensible por los sentidos (y no menos real, por cierto, que lo que informa nuestra mente mediante aquellos? ¿Podemos aceptar con nuestra inquisitorial mente racionalizadora y positiva que podemos aprehender lo inasible? ¿Será cierto aquello de: saber no  es  saber, no saber es saber?[2]

                Acaso ahora como nunca, sea necesario reconocer que el abandonarse (más que a renunciar) es algo fundamental para no caer en los cantos de sirenas ideológicos, positivos, religiosos o de cualquiera índole que apremian a la esclavitud del espíritu, cuya liberación sólo será posible en ese abandono: nada espera, nada aspira, nada quiere pues al fin se reconoce en ese estado último de presencia anónima.[3] El abandono que sin nosotros, sin nuestro yo, pone en evidencia que lo humano y lo divino en verdad son la misma cosa, porque en realidad el Yo es el mismo para siempre.[4]


Francisco Acuyo



[1] Campbell, J.: Opus. cit. pág. 200.
[2] Upanishad: 2, 3.
[3] Campbell, J. : opus cit. p.217.
[4] Upanishad: opus. cit. 3:19.






De lo humano y lo divino: La dualidad unívoca, Francisco Acuyo

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