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miércoles, 26 de septiembre de 2012

ESCRITURA ANDROGINA EN “PERTO DO CORAÇAO SELVAGEM” DE CLARICE LISPECTOR , POR GABRIELA SANTA ARCINIEGAS


Presentamos para la  sección de pensamiento de nuestro blog Ancile un interesantísimo  trabajo de Gabriela Santa Arciniegas, colaboradora de este espacio y amiga nuestra, sobre la escritora brasileña Clarice Lispector, concretamente sobre su novela Perto do coraçao selvagem, y las reminiscências andróginas en su escritura. Entrada pues muy recomendable que aconsejamos para su lectura atenta y detenida reflexión.


Escritura andrógina en "Perto do coraçao salvagem", de Clarice Lispector, Gabriela Santa Arcinegas
Gabriella Santa Arciniegas



ESCRITURA ANDROGINA EN
“PERTO DO CORAÇAO SELVAGEM”
DE CLARICE LISPECTOR

Escritura andrógina en "Perto do coraçao salvagem", de Clarice Lispector, Gabriela Santa Arcinegas
Clarice Lispector



Hace ya casi un siglo desde que Virginia Woolf propuso el concepto de escritura andrógina en su obra Una habitación propia, y han sido ya varios sus seguidores así como sus detractores. Ha habido incluso quienes han propuesto el tema de la escritura gay. Clarice Lispector está dentro de las mencionadas para este último concepto. En este trabajo nos proponemos traer a colación algunos de los autores más importantes que han trabajado la androginia desde el sicoanálisis y la sicología, así como desde la literatura, para ir cerrando el objetivo de nuestra cámara hasta lograr enfocar el panorama particular de la autora brasilera y su novela Perto do coraçao selvagem.  
Escritura andrógina en "Perto do coraçao salvagem", de Clarice Lispector, Gabriela Santa Arcinegas
Virgina Woolf
Comenzando por hacer una breve mención biográfica y literaria, hay que recalcar que en Brasil no hubo un movimiento modernista, sino tres, que se subsiguieron desde comienzos del siglo XX casi hasta hoy. Cada uno de estos movimientos conllevaron experimentos, juegos, cambios, rupturas, en materia de la creación literaria. Clarice Lispector hace parte de la tercera fase del modernismo brasilero. Lo importante de su obra Perto do coração selvagem es que, en contraste con la estudiada durante el curso Literatura y Género, que es su última novela, Perto… es su primera, publicada a los 17 años. Y aún siendo esta edad bastante temprana, ya la autora tiene un estilo definido, osado, íntimo, del cual ella misma dice que es un "no-estilo". A ella el acto de narrar nunca le preocupó. Ella decía que mientras “unos cosen para afuera, yo coso para adentro”. Muchas veces fue comparada con V. Woolf y con James Joyce con el fluir de conciencia y el monólogo interior, sin embargo, ella misma confesaba no haber leído nunca a estos dos autores. No le interesaba seguir a nadie. Le interesaba únicamente escribir. Escribir, romper, develar, decir lo verdadero. Llegar hasta los linderos del lenguaje, mirar hacia el vacío en que la palabra ya no es posible, y estando ahí, escribir ese abismo. Por toda esta osadía, la autora fue y sigue siendo, catalogada como escritora femenina, feminista, intimista, psicológica.

Escritura andrógina en "Perto do coraçao salvagem", de Clarice Lispector, Gabriela Santa Arcinegas
En esta novela, la vida de una mujer llamada Joana es contada desde la infancia hasta la edad adulta, por medio de una fusión temporal entre el presente y el pasado. La infancia junto al padre, la mudanza para la casa de la tía después de la muerte de éste, la ida para el internado a causa de la falta de empatía con su tía, el descubrimiento de la pubertad, el primer amor que fue su profesor, el matrimonio con Otavio. Todos estos hechos van pasando por la narrativa, pero lo que queda en primer plano siempre, es la geografía interior de Joana. Inquieta, se pregunta siempre, a cada instante, y se entrega a aquello que no comprende, sin recelo de romper con todo lo que aprendió, para inaugurarse en una nueva vida. Ella vive en una eterna pregunta, y nunca, al igual que el personaje de Macabea en A hora da estrela, de la misma autora, encuentra la respuesta. Quizá porque lo que precisa no es saber, pues de alguna manera ya lo sabe todo, cuando se refugia al fondo de sí misma: lo que le preocupa es que no puede decirlo. Y esta capacidad de vivir en el no-lugar y el no-tiempo del sí misma, donde tampoco hay lenguaje posible, la aleja de tener una vida como la de cualquier mujer, por eso su esposo termina en brazos de otra, y ella termina en un ir y venir con un personaje a quien ella llama simplemente “el Hombre”, a quien le dice: "No quiero nada de tu vida pasada, ni tu nombre, ni tus sueños, ni escuchar tus sufrimientos, el misterio aclara más que cualquier revelación...". Joana atraviesa las protagonistas, no solamente de las novelas posteriores de la autora, sino que influye en los reflexivos, cuestionadores personajes femeninos que pueblan la ficción actual.
Ahora, pasando al tema concreto que nos ocupa, la escritura andrógina, vamos a señalar como punto de partida, El Banquete, en los diálogos de Platón, en el cual, Aristófanes habla de un mito en que eran tres los géneros de los hombres: masculino y femenino, y otro, cuyo nombre era el andrógino. Era toda una especie de seres redondos, cuyas espaldas y costados formaban un círculo; tenían cuatro brazos, cuatro piernas, dos rostros sobre un cuello circular, y sobre estos dos rostros una sola cabeza; tenían cuatro orejas, dos órganos sexuales y todo el resto duplicado también. Caminaban erectos igual que hombres y mujeres, pero podían ir hacia delante o hacia atrás, según lo desearan. Se propone entonces que los andróginos fueron castigados por los dioses y condenados a estar separados como hombres y mujeres, buscando siempre, en el opuesto, su completud. Esta figura es tomada por el sicoanálisis cuando Freud plantea la posibilidad de que en el interior síquico de cada ser humano coexistan los dos sexos. Lo que le da a cada hombre o mujer su característica genérica, tiene que ver, como se ha estudiado por sicólogos, sicoanalistas, sociólogos y antropólogos, involucra, como dice Rómulo Lander[1], cinco elementos básicos de la organización sexual humana:
1.    Lo real sexual: el cuerpo (lo biológico), lo que se refiere a los órganos sexuales internos y externos.
2.    La identidad sexual (sexo de asignación): Varón, hembra, y estados intersexuales. Refiere al sexo asignado por los padres, al significante que atraviesa al sujeto. Esta identidad sexual es precoz, aprendida e irreversible.
3.            El género sexual cultural (arbitrario): se refiere a los atributos masculinos y femeninos asignados por una cultura determinada en un momento histórico dado.
4.            La escogencia del objeto del deseo sexual: tiene que ver co las preferencias sexuales del individuo: heterosexual, homosexual o bisexual.
5.                  La esencia inconsciente del género sexual: la estructura de género sexual inconsciente. Refiere a la esencia de la masculinidad y feminidad.

El género sexual cultural está relacionado con la adquisición de un conjunto de valores culturales adscritos a cada uno de los sexos. Esto incluye conductas, profesiones, gestos, actitudes, ideales, prejuicios, considerados por una sociedad dada, como apropiadas para cada sexo. Funcionan como organizadores sociales de la vida futura del sujeto[2].
La teoría freudiana nos sirve para sustentar algunos comportamientos y pensamientos del personaje de Joana, quien dice estar hecha para el mal y presenta algunos comportamientos masoquistas hacia su esposo, en el sentido de la pasividad y de un efecto boomerang en que la pulsión, de tanto esperar a ser llenada en vez de buscar llenarse, termina devolviéndose al sujeto del deseo, en este caso, Joana. Sin embargo, el mismo personaje logra liberarse de esa relacion masoquista y alcanzar otro tipo de vinculo en que ella si es capaz de llenar sus pulsiones de una forma que ella misma plantea.
Jacques Lacan se devuelve al mito del andrógino de El Banquete de Platón, atrás mencionado en este trabajo, y hace la sabia observación sobre éste, diciendo que es verdaderamente un desafío al tiempo, que nadie ha intentado descifrar; completa con cierta comicidad: “Yo lo voy a intentar”. Lacan cuenta su versión del mito así:

Desde siempre, en cada nacimiento ha ocurrido, y ocurre cada vez, que se escapa algo así como una sustancia inmaterial que se desliza al exterior, que se pierde en esa rotura primordial, y que se expande por la atmósfera. De esa primera rotura surge aquella sustancia, a la que en principio se la podría llamar Hommelette (que condensa al Hombre en sentido genérico y al omelette), y luego hablando más propiamente ‘laminilla’, como aquella sustancia que se ha perdido en el inicio, y que en el intento de recuperarla nos empuja a las acciones y los actos, al amor, a la sublimación. (…) Ni bien surge en cada nacimiento, los sujetos luchan contra esta sustancia, le ponen trampas, intentan dominarla o educarla, sin conseguirlo jamás, porque la laminilla no es dominable, y es inmortal. (…) esta sustancia es muy escurridiza, que puede deslizarse por los dedos, y alojarse quien sabe donde...”[3].

Escritura andrógina en "Perto do coraçao selvagem", de Clarice Lispector, Gabriela Santa Arcinegas
Lacan llama a esta interpretación, el mito de la laminilla. Y la diferencia respecto de Aristófanes y de los autores post-freudianos que han hablado del concepto de la libido, es que no se la plantea como un campo de fuerzas, sino como un órgano. La sexualidad se ve como órgano del cuerpo que participa de la pulsión y del significante. Un órgano es “algo que actúa como un todo (…) un todo que se ajusta a una acción determinada”[4].
Hablar de la libido en estos términos conduce a la idea de un sujeto definido por sus actos, que se presentan como un todo. “La libido es esa laminilla que desliza el ser del organismo hasta su verdadero limite, que va más allá que el del cuerpo –y completa más adelante—: “El territorio del cuerpo es mucho mas que su superficie biológica”[5].

Citemos las palabras de Virginia Woolf, quien medita sobre el tema de la escritura andrógina en su ensayo Una habitación propia:

“Quizá Coleridge se refería a esto cuando dijo que las grandes mentes son andróginas. Cuando se efectúa esta fusión es cuando la mente queda fertilizada por completo y utiliza todas sus facultades. Quizás una mente puramente masculina no pueda crear, pensé, ni tampoco una mente puramente femenina. Pero convenía averiguar qué entendía uno por «hombre con algo de mujer» y por «mujer con algo de hombre» hojeando un par de libros.(...) Coleridge quiso decir quizá que la mente andrógina es sonora y porosa; que transmite la emoción sin obstáculos; que es creadora por naturaleza, incandescente e indivisa”[6].

Woolf, como dice Francisco Fuster G.:

“No pretende fomentar la dualidad hombre-mujer, sino redefinir la feminidad proclamando a la vez que una mente de altura debe ser andrógina”[7].

Esto será tomado por Simone de Beauvoir, quien, en su extenso ensayo El segundo sexo, recalca en la escritura andrógina al decirnos que el hombre no es masculino y la mujer no es femenina. Nos preguntamos, despues de estas reflexiones, que es la mujer? Que es el hombre?  Sobre las polaridades, tanto se nos ha dicho, y se nos sigue diciendo, sobre lo masculino y lo femenino, que hasta lo hemos universalizado. Pero de Beauvoir nos hace pensar que es una costumbre maniquea esta de los occidentales el estigmatizar a los seres humanos como una cosa u otra. Cada vez que ponemos un adjetivo al lado de un sustantivo, estamos tergiversando las cosas, pues como dicen, "la verdad está en los ojos de quien la mira". Ahora que se ha logrado construir una etnografia para casi todas las ciencias humanas, nos damos cuenta que el concepto hombre y el concepto mujer, cambian de acuerdo a las diferentes culturas del mundo. Un habitante de la isla de Papua, un tucano del Vaupes, un esquimal, un angolano, cada uno nos define de forma diferente lo que significa pertenecer a uno u otro genero. Lo que importa no es el adjetivo, lo que tiene sustancia es el sustantivo. Pero no el sustantivo que divide: "mujer", "hombre". El sustantivo que une: humanidad. Precisamente un ejemplo de union, de fusion, de totalidad, es el sustantivo androgino. Para entrar en materia, en la literatura de Lispector, esta característica de la mente andrógina es la que corresponde con el sustantivo naufragio, como lo dice Elena Bisso en el siguiente fragmento: “Seguir la prosa de Lispector es una experiencia de cierto naufragio. El lector va con la narradora, y se deja llevar en una expedición sin mapas, con la brújula de la búsqueda que ella hace (…) Aunque dicen que se anticipó al monólogo interior joyceano, su escritura no está desmembrada. Ella ha dicho que era una escritura en pura libertad”[8]. Naufragio y libertad son cifras (tomando el término de Borges) de la androginia. Y para conseguir estos dos conceptos, el mayor trabajo esta en el lenguaje.
En la novela Perto do Coraçao Selvagem la androginia se da particularmente en el lenguaje, en la percepcion, en la absorción del entorno o como dice Bisso, “la absorción creciente del tu por el yo”.Gracias al uso libre, náufrago, poroso, que Clarice hace del lenguaje, esta novela encarna en un personaje femenino los cuestionamientos acerca de la cultura, de las leyes y creencias existentes, a través de la única ley a la que Joana responde --y aquí agregamos otro concepto--: el deseo. Queremos reproducir un diálogo en que la Joana niña es interpelada por los conceptos de mal y bien:

- Bueno es vivir… --balbució ella--. Malo es…
- …?
- Malo es no vivir…
- Morir? – preguntó él.
- No, no –gimió ella
- Qué es, entonces? Dime.
- Malo es no vivir, solo eso. Morir es otra cosa. Morir es diferente de lo bueno y lo malo. (pg. 48).

Escritura andrógina en "Perto do coraçao selvagem", de Clarice Lispector, Gabriela Santa Arcinegas
A traves de esa porosidad de pensamiento y esta libertad de lenguaje, los valores morales del mundo adulto son cuestionados para ser transgredidos. Hay una parte de la novela en que Joana sin dudar decide robarse un libro en un almacén, ante la presencia de la tía, solo porque se le ha dado la gana. Así, ante los ojos adultos de su tía, Joana está encarnando el mal, la víbora, como la llama la propia tía. Pero para Joana es solamente una manifestacion del deseo, por una parte, y por otra, una de las formas de cuestionar elo establecido a traves de las acciones.

Ni el padre ni los tíos ni la profesora ni la mayoría de los personajes que interactúan con Joana en la novela, logran abarcar la hondura de su psiquis. Esto es porque ella se relaciona y percibe los conceptos de una manera totalmente inusual para el común de los miembros de su sociedad. Como cuando le pregunta a la profesora: “Quería saber: después de ser feliz qué pasa? Qué viene después?“. Tampoco percibe los objetos como le han dicho que los perciba. La relación que establece con éstos es mucho más natural, más despojada de leyes:

“Entre ella y los objetos había alguna cosa, pero cuando agarraba esa cosa en la mano, como a una mosca, y después observaba –aun con cuidado para que nada escapase– sólo encontraba su propia mano, rosada y decepcionada. Sí, yo sé, ¡el aire, el aire! Pero no había caso. No se explicaba”. (pg. 6)

La mayoría de los personajes de la novela se identifican con su concepto cultural y social de género. Joana en cambio no le teme a explorarse a sí misma enfrentándose a todos sus “defectos”, sus temores, sus deseos. En cuanto al cuerpo, el cuerpo no es tomado como el contenedor del alma quizá, ni es tomado por lo que se ve, sino que es tomado de una forma que resulta ser incluso más que metafísica:

“No puedo creer que tengo límites, que soy recortada y definida. Me siento esparcida en el aire, pensando dentro de las criaturas, viviendo en las cosas más allá de mí misma. Cuando me sorprendo en el espejo no me asusto porque me encuentre fea o bonita. Es que me descubro de otra forma. Después de no verme durante mucho tiempo, me olvido de que soy humana...”  (pg. 49).

Y así como el cuerpo no es la verdad de ella, y así como ella vive tan al fondo de sí misma como para olvidar su realidad corpórea, así el lenguaje le es ajeno, a veces inconciliable con la verdad que la posee y le da la certeza sobre lo que son las cosas en su más honda esencia: “Nada puedo decir aún dentro de la forma. Todo lo que poseo está muy profundo dentro de mí”.  (pg. 50). Entonces, lejana a su humanidad, a su cuerpo, a los otros, es también lejana a su feminidad, y su pensamiento divaga por lo más abstracto, libre, libre de toda atadura, con su mente andrógina: “Es posible ser más allá de lo que se es – mientras tanto yo me sobrepaso aun sin delirio, soy más que yo casi siempre” (pg. 11). Realmente el pensamiento está más adentro de todo: “Sobre todo en eso de pensar, todo era imposible”. (pg. 26) Y así como su pensamiento –El pensamiento— es andrógino, el amor también lo es, en cuanto dualidad, contradicción: “Piedad es mi forma de amor. De odio y de comunicación. Es lo que me sostiene al mundo”. (pg. 12)

Para ver al andrógino en la novela de Lispector, entonces, hay que verlo, no como la unión de opuestos, sino como la ausencia de todo. El andrógino aparece como el habitante de las fronteras, que no pertenecen a nadie, ni a nada, ni tienen nombre, ni edad, ni sexo. Materia indivisible, verdadera, esencial, divina, como el dios del que habla Joseph Campbell antes de la división y diferenciación de los elementos y de los sexos: la materia primordial. A ella quiere llegar Lispector en todo sentido. Entonces, miremos estos cuatro puntos fundamentales de la novela:

Escritura andrógina en "Perto do coraçao selvagem", de Clarice Lispector, Gabriela Santa Arcinegas
1.     La androginia en la mente que no es lo mismo que la androginia del cuerpo, sino que se refiere a la porosidad psíquica que permite a la autora percibir el mundo y percibirse a sí misma desde el ser, no desde el constructo que ya existe cuando venimos al mundo y que se confunde con realidad. Esta porosidad se parece un ejercicio de dibujo, que consiste en pintar con la mano con que no se escribe, viendo únicamente el objeto a pintar, sin mirar el papel y sin separar el lápiz del papel. Este ejercicio aparta al dibujante de las leyes de la geometría, la armonía, la perspectiva, y le da la verdadera dimensión de las cosas, re-adaptando su cerebro, y sus ojos, a ver. Así, la androginia a la que se refiere Woolf convierte la mente en un receptor absoluto, totalmente pasivo, vaciado de pre-conceptos, y lo posibilita para percibir las cosas como realmente son. Implica un ritual casi zen que vacía la mente de imágenes, de creencias, de constructos, y deja al cuerpo totalmente pendiente de sí, de lo que es, de lo que sus sentidos perciben.
2.    El andrógino, no como una mezcla en uno u otro grado de lo femenino con lo masculino, sino como un tercer género que re-inaugura la humanidad desde la evaporacion de los con-ceptos y pre-ceptos culturales y sociales. Aquí lo que hay es multitud y al mismo tiempo ausencia. Por eso es que Joana siempre se mantiene al margen de todo, incomprendida por todos, susceptible de perder el interes por la vida establecida. Joana no es como los personajes de Beauvoir, que a pesar de su inconformidad no son capaces de salir del cubículo en que los han metido. Joana funda su propia realidad y funda la que su deseo le dicta.
3.    El andrógino como resultado de la ruptura de todos los preceptos. El andrógino como mundo perfecto e incomunicable. La desaparición del mundo construido y la fusión de todos los opuestos en una materia indisoluble que se encuentra al fondo del pensamiento.
4.    El lenguaje andrógino en que se disuelven las palabras mismas, y en que es posible saberlo todo sin poder comunicar nada. Esa laminilla que menciona Lacan, que se desprende del sujeto y de los objetos, y se vuelve inaprensible por el lenguaje establecido.

En conclusión, Joana al llegar a su adolescencia toma una decisión totalmente consciente y racional: enamorarse y buscar un hombre para compartir su vida. Sin embargo, se aburre de esa relación tan inconciliable y tiene que buscar un destino que se le acople como ser complejo, asexuado pero sexual, en encuentros casuales con “el hombre”, sin nombre, sin pasado, sin presente, sin sueños, sin futuro, sin compromiso, sin nada que pertenezca al mundo equívoco en que vive su cuerpo, tan ajeno a ella, a su ser.
  



                                                                                    Gabriela Santa Arciniegas




BIBLIOGRAFÍA

Lispector, Clarice; Perto do coração selvagem (en http://www.filestube.com/5735c281069a1f5203ea,g/Clarice-Lispector-Perto-Do-Cora-o-Selvagem.html visitada el 9 de septiembre de 2009).
Lispector, Clarice; Sobre el arte de escribir en http://nuestrohammam.blogspot.com/2008/03/clarice-lispector.html
Mousinho Magalhaes, Antonio; La extraña lengua de Clarice Lispector, Revista Ámsterdam Sur en http://www.desk.nl/~sur/surnuto01.html visitada el 9 de septiembre de 2009.
Near to the Wild Heart (Perto do coraçao Selvagem)  en The Free Library, en http://www.thefreelibrary.com/Near+to+the+Wild+Heart+(Perto+do+Coracao+Selvagem).-a010412375 visitado el 28 de noviembre de 2009
Lander, Rómulo, Del andrógino al más allá del género, publicado el 02-02-2009 en http://www.elsigma.com/site/detalle.asp?IdContenido=11870 visitado el 28 de noviembre de 2009
Jung Buenos Aires, Glosario, publicado en http://www.jungba.com.ar/glosario/glosario_02.htm, visitado el 28 de noviembre de 2009.
Fridman, Pablo, La verdad del mito, Los mitos del amor, publicado el 2 de julio de 2007, disponible en: http://www.elpsitio.com.ar/Noticias/NoticiaMuestra.asp?Id=1742
Woolf, Virginia, “Una habitación propia” España: Editorial Seix Barral, colección Biblioteca Formentor, 2008, pg. 65
Fuster García, Francisco, “Cerrando la puerta”. Sobre la vigencia de Una habitación propia y el feminismo woolfiano en la revista A Parte Rei No. 48. noviembre de 2006, publicado en http://serbal.pntic.mec.es/AParteRei/fuster48.pdf visitado el 28 de noviembre de 2009
Bisso, Elena, Clarice Lispector y la palabra sensitiva, publicado en la revista Leedor el 20 de agosto de 20008, en http://www.leedor.com/notas/2660---clarice_lispector.html, visitado el 26 de noviembre de 2009
Barreto, Ivana, Clarice Lispector: bem perto do coração selvagem da vida en

Notas.-



[1]                    [1]Lander, Rómulo, Del andrógino al más allá del género publicado el 02-02-2009 en http://www.elsigma.com/site/detalle.asp?IdContenido=11870, visitado el 28 de noviembre de 2009
[2]                    [2] Ídem.
[3]                    [3] Citado en Pablo Fridman, La verdad del mitoLos mitos del amor, publicado el 2 de julio de 2007 en: http://www.elpsitio.com.ar/Noticias/NoticiaMuestra.asp?Id=1742
[4]                    [4] Ídem.
[5]                    [5] Ídem.
[6]                    [6] Woolf, V, Una habitación propia, Barcelona: Editorial Seix Barral, colección Biblioteca Formentor, 2008, pg. 65.
[7]               [7] Fuster García, Francisco, “Cerrando la puerta”. Sobre la vigencia de Una habitación propia y el feminismo woolfiano en la revista A Parte Rei No. 48, de Noviembre de 2006, en http://serbal.pntic.mec.es/AParteRei/fuster48.pdf, visitado el 28 de noviembre de 2009.
[8]                    [8] Bisso, Elena, Clarice Lispector y la palabra sensitiva, en la revista Leedor, publicado el 20 de agosto de 2008 en http://www.leedor.com/notas/2660---clarice_lispector.html, visitado el 26 de noviembre de 2009.




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