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La poeta Trinidad Gan ocupa hoy la entrada última del blog de La noche en blanco de Granada, en su sección de poesía dedica a este evento con una muestra de su producción poética para la ocasión y una breve semblanza biobibliográfica.
LOS VERSOS DE TRINIDAD GAN
PARA LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA
Trinidad Gan es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Granada, ciudad en la que reside.
Junto a la escritura de poemas y relatos, ha estado siempre vinculada al mundo del Teatro, formando parte de diversas compañías granadinas, como Aula 6 o Liorna Teatro.
Colabora en el consejo de redacción de la revista de Literatura de la Facultad de Filosofía y Letras “Letra Clara” durante los años 1997 y 1998, participando en recitales poéticos del grupo.
En 1999 publica “Las señas del pirata”, poemario-plaquette editado en la colección de poesía de la editorial Cuadernos del Vigía.
Ha publicado también poemas en revistas ( Revista Litoral: La poesía de mar,2001 y Escribir la luz,2010-Revista EntreRíos y La Revista Áurea, ambas en 2012 , Rivista Letteraria Sagarana en 2013) y obtenido accésit en los Premios del Tren en al año 2009 con el poema titulado “El fugitivo”.
Los años, a dentelladas unas veces
y otras veces con un lento bocado,
verso a verso, tenaces,
te quitaron la piel
que te prestaba Alicia.
Al dorso de fotografías antiguas
dejaron las voces y los rostros,
las palabras más crueles del amor,
como escamas de niebla.
Y es solo la luz fría de la luna
la que invade las viejas bibliotecas
y te sorprende hoy, mujer,
riendo a carcajadas
desde el lado prohibido
de todos los espejos.
Del libro “Caja de fotos”
TERRITORIOS
Quien carga con su duda
carga también su infierno.
—¿Cómo, cobarde, en esto te detienes?—
Muérdela sin cuidado,
muerde la luz incierta
con que se estrena el día.
Haz un mapa de heridas,
señala nervios, bordes
donde la sangre abierta
ha de dejar su huella.
Dibuja la imprecisa anatomía
del dolor, la esperanza.
Muérdela sin cuidado
y en la herida aún desnuda
coloca tu deseo.
Muerde este territorio cruel
que en música y ruido tiene límites.
Aunque por vuelta tengas
monedas sin contar,
rotos versos, olvidos,
solitarios países
y la rosa improbable de los cuerpos.
Del libro “Fin de fuga”
CONTRAFUGA
Ninguna fuerza tengo
para alzarte sobre tantos infiernos.
Tampoco puedo dar las coordenadas
que desde la oscura trastienda
a que aboca la noche,
escapado del fuego,
han de ponerte a salvo.
Laberintos te ofrezco.
Laberintos que habrás de transitar
sin guía, sin padrinos,
desnudo, desarmado.
Laberintos tan solo
donde habita esa música
y de ronda se cuela
esa inquilina ingrata y descarada:
la poesía.
Del libro “Fin de fuga”
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