Para la sección Poema semanal traemos el poema Suite, del libro primero y claramente iniciático intitulado La transfiguración de la lira, en el que se refleja de una manera muy particular el entendimiento del fenómeno de expresión poética en ya en el lejano y, no obstante, próximo e íntimo año 1984.
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SUITE
«Eres dios de lo hermoso conseguido
conciencia mía de lo hermoso»
J.R.J.
DANZA CONTEMPLATIVA
LÁGRIMAS era en ruegos infinita
la tristeza, de pétalos dulzura
que golfanes aspira y necesita:
Cuando una y otra pura
(de pereza magnética y frescura)
MANO se hundió, brocal cuyo reflejo,
del agua escucha el pecho diluido,
murmullo tibio y transparente espejo;
luz, es sombra a mi nido
de melifluas abejas el sonido.
ESCISIÓN DEL VACÍO
EN vidrios dividida, el vidrio grana,
sesgó las venas miserablemente,
secuencia y arancel de la mañana
de cuantas era fuente,
por las rosas al río de su frente.
EL APARECIDO
EN su reflejo póstumo animada,
supuesta vibra de la orilla en vano
la efigie, y señas muestra coronada
temor de cada mano
y el agua, temblorosa de su hermano.
Y sosiego el cendal cual cisne blando
fue del cuerpo entre plumas esparcido,
y de la espuma el vuelo levantando,
pulsada despedido
aquel arcángel hecho de sonido.
MAS las prendas, la fuente, bilocadas,
no acabar incitó de verse ajena,
cuando el rostro describe mal logradas:
Paloma fue la arena,
y voz la mano, entonces, de la pena.
EL ÁRBOL DE LA CIENCIA
«O seda fuese, o grana vespertina,
infancia, cuando espuma, cuando arena
de luz no dilucidas si ilumina,
desde la luz la pena,
pena que el alma desde el malva llena».
HEREDAD
«CAVERNAS onerosas los senderos,
la noticia inefable referida
y la paz, sensación de los regueros,
una vive, otra anida»
–hablaba de entre pájaros la vida–
Y propia, al movimiento, no desvela
la perla presurosa la sibila:
Manifiesta, la música revela,
la lágrima destila
del arroyo o mejilla en la pupila.
MAS el espejo de los labios bebe,
y larva su reflejo coronaba
que parece el jazmín entre la nieve,
la grama resbalaba
y el agua del silencio transformaba.
COMO rocío cristalino estaba
que, fuera ha ido de su envés pendiendo
y el color, la corola deshojaba
los ramos ya volviendo,
de su rostro silentes despidiendo.
Francisco Acuyo, de La transfiguración de La lira (1984)
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La belleza y elegancia de tus versos, querido amigo, es una fiesta para el alma.
ResponderEliminarMuchas gracias por el poema semanal.
Un fuerte abrazo.
Jeniffer Moore