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EL SUEÑO ROTO
NO vuela mientras duerme.
De aquella seda inerme
desciende y del silencio figurada
en que paloma estaba muchas veces
transportada.
La luz negada ver
sobre aquel estival
aroma pudo donde dulce luz ya te ofreces.
DEBAJO mismo de la orilla
viera el sol cristalina donde,
aun transparente más que el agua brilla.
Parece de la nieve,
entre el deseo y la esperanza
fluir de luces cuyo
rayo nunca se alcanza.
EL ángel alza el rostro;
y al sol quemado orea
el aire la pupila y cristalino,
cubre la mano sombra del sol siempre
[enemiga
y a las alas alzó de su fatiga.
MAS de la luz segura
estaba y del reflejo aquel abismo
viendo, y en el espejo su hermosura
daba el arcángel y la imagen mismo.
Francisco Acuyo
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