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jueves, 9 de octubre de 2014

POESÍA Y LA DIRECCIÓN ASCENDENTE DE LA VIDA

La poesía y su directa relación con los procesos vitales de la existencia, es uno de los aspectos que ofrecemos bajo el título Poesía y la dirección ascendente de la vida, para la sección de Pensamiento del blog Ancile, perteneciente al conjunto titulado Arquelogía de un instante.

Poesía y la dirección ascendente de la vida, Francisco Acuyo, Ancile




POESÍA Y LA DIRECCIÓN ASCENDENTE DE LA VIDA








DECIR QUE LA poesía participa de la dirección ascendente 23  que es propia de la renovación continua de la vida, es afirmar sin ambages que es parte de un todo integral que participa de aquella dinámica evolutiva característica de los organismos vivos superiores y cuyo rumbo (ascendente) es propio de la evolución de la razón, 24  mas de una razón poética que la envía más allá del carácter eminentemente práctico que pensamos es acreedora fundamental, y es que participa también de aquella (razón) que la hace esencialmente social, especulativa,25 por la que vendría a ser la causa primera del origen y desarrollo de la misma civilización humana. Y es que para nosotros la poesía promueve y fomenta el arte de la vida.

Desde luego a nadie se le ocurre dudar a estas alturas que aquella razón humana (y claramente la razón poética) se despreocupa(n) de la conservación y el mero bienestar, para adentrarse, sin embargo, en los entresijos que puedan explicar el mundo y el papel del ser humano en este, mas sin proponer la que puede considerarse en su ámbito grave limitación, cual es la de una sistemática o de un método, pues a lo que aspira indudablemente es trascender cualquiera intento de axiomatización.
Poesía y la dirección ascendente de la vida, Francisco Acuyo, Ancile No obstante de todo lo dicho es, si prestamos atención, detectable una suerte de lógica (poética) que, no obstante, trasciende cualquier esquema lógico convencional, no siempre acorde con la experiencia, cuyas nociones categoriales van más allá de un sistema hipotético-deductivo establecido. Mas, es dueña también de una historia propia que, al igual que la historia de la razón práctica y especulativa, coincide (aún más íntimamente) con la historia (e intrahistoria)  de la civilización humana.

Si, a todas luces, parece que la razón especulativa y la razón práctica han entrado en contacto, podría afirmarse que estamos en los albores de una nueva era en la que, acaso, veremos florecer la unión de aquellas con la razón poética, sin duda igualmente inmersa e inexorablemente implicada en la naturaleza viva que se implica con la conciencia de los hombres, pues esta razón poética está, como decíamos, necesariamente fundida (implicada) con la vida, siendo partícipe de una sabiduría inclusiva, omnicomprensiva, que propende a garantizar una visión de la totalidad. 

La poesía se ofrece como la forma de percepción y conocimiento que mejor integra mente y naturaleza, mas no en pos de establecer un nuevo dualismo, sino al contrario, en una dinámica unificadora capaz de integrar los elementos de la experiencia humana con la realidad fenomenológica o física, pues en ella, en la poesía digo, será donde hallemos la atalaya ideal desde donde otear y
hacer posible una formulación distinguida con la que conectar de manera definitiva los principios físicos y metafísicos esenciales del universo que inciden y son permeables al espíritu humano, se podrá, en fin, albergar la posibilidad de su aprehensión gracias a que posibilita la intuición feliz aquella que reclama la necesidad de su expresión y comunicación manifiesta en el uso de la metáfora, la cual apela a una perspectiva distinta para una clarividencia diferente, pues reclama un salto, un impulso, un estímulo preeminente de la imaginación y la inteligencia para su apercibimiento.

¿Será, por tanto, el lenguaje poético capaz de brindar fórmulas de expresión adecuadas para reinterpretar y expresar incluso los primeros principios metafísicos?

Si recurrimos a las palabras del filósofo cuando dice:26  La filosofía es análoga a la poesía, pues ambas intentan expresar ese buen sentido último que llamamos civilización. Entendemos que en cada una hay una referencia a la forma (expresa) que va más allá de los significados directos de las palabras; no es irracional entrever las consecuencias sociales ínsitas en la misma naturaleza de la poesía en tanto que, desde ella (desde la poesía) y para ella (para la sociedad), se está habilitando, conformando, para la comprensión última.

Es, en fin, esta lógica poética una (in)habitual disposición para el conocimiento, pues en realidad no encadena el pensamiento, da libertad, y desde luego, audacia para la aprehensión del mundo y la realización en él de la sociedad humana, pues así viene a demostrar que la moralidad sobre la que pretende sustentarse no es en modo alguno sustantiva ni tampoco estática, sino que está en proceso vivo y dinámico a la búsqueda siempre de un ideal de armonía que acaso lo emparenta con el que instintivamente aprehendemos (en la observación) de la naturaleza; todo lo cual muestra, en definitiva, la poesía a su vez como el proceso inaudito de continuo cambio y renovación constante, espejo donde mirar cuán lejos se sitúa de cualquier conservadurismo  como nefando pecado contra natura.


                    

                                                                                               Francisco Acuyo



Notas .-


23  Whitehead, A.N.: La función de la razón, Tecnos, Madrid, 1985.24 
 25 Whitehead, A.N.: Modos de Pensamiento, Ediciones Jb, Madrid, 1973.
 26 Ibidem





Poesía y la dirección ascendente de la vida, Francisco Acuyo, Ancile

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