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miércoles, 8 de marzo de 2017

EL NÚMERO EN MATEMÁTICAS Y EN POESÍA

Continuamos, para la sección, Poesía y matemáticas, del blog Ancile, con una nueva aproximación a sus relaciones y diferencias, esta vez bajo el título: El número en matemáticas y en poesía.

El número en matemáticas y en poesía. Francisco Acuyo


EL NÚMERO EN MATEMÁTICAS Y EN  POESÍA





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El constructo lógico formal de las matemáticas es harto singular. De él participan no solo las matemáticas (y las ciencias de la naturaleza), también otras disciplinas que atañen al entendimiento y comprensión del mundo y de nosotros mismos como la filosofía o la configuración de la escritura y del propia lenguaje, cuyos principios lógicos tienen grande relación con los matemáticos[1] y, desde luego, como ya hemos ido viendo en anteriores entradas, con la poesía misma. Sobre todo se contempla que su vinculación no es solo lógica, sobre todo numérica. Los patrones numéricos demuestran en muchos casos en su desarrollo una manifestación especial de belleza, no solo en las maravillosas proporciones de simetría (por ejemplo, de la naturaleza),  incluso en las apariciones aparentemente más irregulares, pues acaban por mostrar un orden fascinantemente peculiar en el caos[2] de sus proporciones, véanse, como ejemplo,  los fractales;[3] así las cosas la invención humana del número,[4] desde la aparición del número 1 y sus consecutivos (números naturales) hasta la ampliación del sistema numérico con la introducción de las fracciones, números negativos y el cero (números racionales), o números como la raíz cuadrada de 2 (irracionales) que según tuviesen parte decimal infinita (reales) o no, o aquellos números que multiplicados por sí mismos dan -1 y que pueden ser equiparado a una raíz cuadrada (para Euler son imaginarios, i) y que convendrían en llamarse complejos.

                Sucede con el número (como concepto) algo muy parecido a lo que ocurre cuando tratamos de expresar conceptos como el de tiempo, recuérdese que todos sabemos lo qué es el tiempo hasta que tratamos de definirlo (Agustín de Hipona). La cuestión es que el número es una realidad abstracta (insistimos en esto, porque hay una tendencia neopositivista en rechazar como real todo aquello que no es susceptible de ser contrastado empírica y sensoriamente) y que Frege describió en, Los fundamentos de la aritmética y, posteriormente sus Leyes básicas de la aritmética, también en esto abundamos en ocasiones anteriores[5] por lo que no redundaremos en ello ahora, aunque sícorrespondencia entre estas abstracciones y la realidad empírica de aquella correspondencia. Esta correspondencia nos llevaría al entendimiento del símbolo matemático numérico que distingue el número como tal de su designación  por un nombre más o menos arbitrario y, que finalmente, tendría que relacionarse con el concepto de número y sobre todo con el de conjunto infinito.

El número en matemáticas y en poesía. Francisco Acuyo
                Pero nosotros indagaremos sobre el número como concepto capital para cualquier constructo cuantificable (aritmética y algebraicamente), incluido el elemento material del que se configura la poesía como fenómeno lingüístico y literario. No es solo esto una relación métrica (cuantificable en las sílabas o pies métricos del verso), ya que su lógica dinámica afecta necesariamente al lenguaje (en general, y particularmente al literario y muy especialmente al poético).

                En el ámbito de las matemáticas que estudian los números binarios –notaciones alternativas cuyo sistema se basa en dos dígitos 0 y 1 (tan importantes para la matemática y ciencia computacional), curiosamente, se reconoce, históricamente, en la poesía, así rodando los años 500 a. C. y 199 a. C. en el Chanda-hsastra[6], libro dedicado al estudio del verso, Pingala se acercaba a las clases de rimas en virtud de que fuesen combinadas con sílabas largas o breves, y las mezcalaba a tenor de una combinación escrita en una tabla en la que la sílaba breve se le podría adjudicar el 0 y para la larga el 1, así: 00 = breve-breve; 01 =breve-larga; 10 = larga- breve y 11 = larga-larga. Estas singulares combinaciones binarias, se insiste por parte de algunos historiadores de las matemáticos, no tiene incidencia aritmética alguna[7], los que conocemos el mundo de la construcción métrica del verso, desde luego no lo vemos tan claro, sobre todo si atendemos a la relación en que la poesía mantiene con la música, en la que el número es fundamento ineludible para su construcción; y seguiremos incidiendo sobre esto más adelante, en posteriores entradas de este blog.



Francisco Acuyo




[1] Acuyo, F.: blog Ancile, por ejemplo: Formalismo y estructuralismo matemático (lingüístico, literario  ¿y poético?) y siguientes: http://franciscoacuyo.blogspot.com.es/2017/01/formalismo-y-estructuralismo-matematico.html  
[2] La rama de las matemáticas que estudia los sistemas complejos y dinámicos con gran sensibilidad a las diferentes variaciones de las condiciones iniciales.
[3] Los fractales son objetos matemáticos de conformación irregular que se reiteran geométricamente.
[4] ¿Acaso también de las matemáticas? Piénsese que el lenguaje universal de las matemáticas puede interpretarse en cualquier parte del universo.
[5] Acuyo, F.: blog Ancile, por ejemplo: Cuando palabras son números y los números palabras: http://franciscoacuyo.blogspot.com.es/2017/01/poesia-cuando-las-palabras-son-numeros.html
[6] Esta obra contiene, además de la enumeración del sistema binario en la realción que mencionamos, las ideas fundamentales de la sucesión de Fibonacci, Matra-meru, y del Triángulo de Pascal, meru-prastara.
[7] Stewart, I.: Números increíbles, Crítica, Barcelona, 2016, p. 39.


El número en matemáticas y en poesía. Francisco Acuyo

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