Bajo el título: El sentido de la poesía: retórica del gozo y el sufrimiento, traemos una nueva entrada para la sección, Pensamiento, del blog Ancile.
EL
SENTIDO DE LA POESÍA:
RETÓRICA DEL GOZO Y EL SUFRIMIENTO
Los elementos retóricos en el discurso poético ponen en evidencia
como acaso ninguna otra forma de expresión lingüística y literaria (no solo
referido al discurso creativo artístico literario, también al científico), la
neurosis noógena[1]
que viene sufriendo el ser humano de cualquiera momento histórico de la
humanidad, fundamentalmente cuando se frustra o inhibe esa necesidad (más o
menos reconocida) de autotrascendencia del individuo (o de grupos sociales) que
aspiran a una visión y entendimiento de la existencia que se eleve sobre sí
mismo, hacia la realización de un sentido que satisfaga esa tendencia profunda
y primaria de la realización de esta voluntad
de sentido.
El ejercicio
poético retórico pone de manifiesto en su funcionamiento creativo la potencia
del lenguaje más allá de sus funciones de uso estándar comunicativo para la
introspección en el que el que la figura creativa (verso, poema) es un todo que
suma mucho más que las partes del mismo. Si observamos una recurso trópico
cualquiera (metáfora, metonimia, sinestesia) en un determinado poema podremos
constatar que, junto a los elementos estructurales sintácticos, fonológicos,
métricos… que constituyen el corpus dinámico, orgánico y complejo de su producto,
este ha de ser tenido en consideración para su correcto entendimiento, como
resultado de una totalidad que ha de proporcionarnos una visión propicia para
el descubrimiento de lo interior soterrado, inconsciente, a la búsqueda de
sentido, pues, pone en evidencia que la conciencia puede también extraviar al
hombre.[2]
Periclitados
sociológica y psicológicamente las inhibiciones sexuales como origen de los
conflictos internos del individuo, en las construcciones poéticas y sus
artificios retóricos se pone en evidencia la ineficacia de la distensión, de la
descarga como vía de satisfacción duradera de los conflictos internos que
obstinadamente se manifiestan no resueltos en el tránsito existencial de tantas
personas. Conflictos que según pueden inferirse de la interpretación poemática
no se atienen a cuestiones de inferioridad sociológica o metasociológica, pues
en su constructo metalógico y metaconceptual nos habla de cuestiones que
trascienden lo meramente orgánico y compulsivo, si es que está poniendo de
manifiesto una neurosis que afecta como el
sufrimiento del alma que no ha encontrado su sentido[3].
Si hacemos un
ejercicio de reflexión sobre la construcción metafórica, por ejemplo (también
en la sinestésica[4]),
podemos constatar que su manera de relacionarse con la realidad exterior al
lenguaje[5],
es altamente singular. Cuando Quintiliano, decíamos anteriormente, hacía
referencia a que todas las realidades son materia de la retórica, no debemos
sino advertir, por un lado, con Roland Barthes, que los principios retóricos
son aplicables a todos los sistemas de significación.[6]
Advertíamos
que esta aplicación de principios podían ser expuestos para la falsificación y
la manipulación–sofista- , pero también para la introspección audaz del que
quiere saber de sí más allá de sí mismo.
Francisco Acuyo
[1] Término utilizado por
las corrientes logoterapéuticas, cuya definición se extiende más que a las
neurosis psicógenas radicadas en complejos y conflictos, sino a la pugna, al
enfrentamiento o colisiones de la conciencia.
[2] Frankl, V.: Ante el vacío existencial, Herder,
Barcelona, 2010, pág. 31.
[3] Jung, C. G.: Arquetipos e inconsciente colectivo,
Paidós, Barcelona, 1981.
[4] Acuyo, F.: Ob. cit.
nota 4.
[5] Ricoeur, P.: Ob. cit.
nota 1.
[6] Acuyo, F: Ob. cit. nota
4.
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