Traemos la segunda entrada sobre Karl Marx del profesor Tomás Moreno para la sección, Microensayos, y que llevaba por título: Aproximación a la vida y al pensamiento de Karl Marx. En el segundo centenario de su nacimiento (II).
APROXIMACIÓN
A LA VIDA Y AL PENSAMIENTO
DE KARL MARX.
EN EL SEGUNDO CENTENARIO DE SU NACIMIENTO (II)
La
etapa de Bruselas transcurre entre enero de 1845 y agosto de 1849. Es su fase de “praxis
revolucionaria”, de activista, y comportará su adscripción definitiva al comunismo. Allí escribirá dos obras que
se consideran de transición: La ideología alemana (editada en
1932), contra sus antiguos compañeros hegelianos de izquierda Feuerbach,
Stirner, Bauer, porque con sus análisis teóricos, en vez de transformar el
mundo, no hacen otra cosa que analizarlo abstractamente dejándolo tal y como
estaba. Aparece el concepto de “ideología” como reflejo de las relaciones
sociales de dominación, y, aunque no sea consciente de ello, la obra representa
su abandono del post-hegelianismo de izquierdas. Podría decirse que es ya un
bosquejo del materialismo histórico:
en ella se analizan las condiciones
materiales en las que los individuos humanos producen y reproducen sus vidas en
íntima relación con la forma de las relaciones sociales y el desarrollo de las
fuerzas productivas. También aparece el tema de la división del trabajo
material e intelectual, de la que procede la aparición de las clases sociales
antagónicas y el contraste entre la ciudad y el campo.
En
ese mismo año (1845), redacta la segunda, la conocida como “Tesis
sobre Feuerbach” (publicada también póstumamente por F. Engels, en
1888, como apéndice de una obra suya, sobre el mismo filósofo, titulada “Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía
clásica alemana”), en la que se abandona la antropología de Feuerbach, sustituyendo su noción de
“esencia humana” (como algo inmanente a un individuo abstracto) por la de
“conjunto de las relaciones sociales”. Se opone a él, porque, a pesar de ser
materialista, el hegeliano de izquierdas no atina a ver que la explicación del
idealismo se halla en las mismas bases materiales de la vida social.
En
1847 publica en francés su obra “La miseria de la filosofía”, que es
una respuesta a la “Filosofía de la
miseria” de Proudhon y en ella
señala explícitamente la adopción de la teoría del “trabajo-valor” y reconoce
su procedencia del “sistema científico” económico de David Ricardo. No admite
del anarquista francés la existencia de valores
eternos o naturales, sostiene que
la “propiedad privada” no es un constitutivo del ser humano, y señala asimismo
que lo único que hace Proudhon es extraer de ella una “interpretación utópica”
e insiste en el hecho de que la oposición de clase trabajo-capital se desarrolla a través de una determinada “lucha de
clases”.
En
1848 ingresa, en compañía de Friedrich
Engels, en la “Liga Comunista de los
Justos” (organización creada por W.
Weitling, seguidor de un “comunismo romántico”
y “moralizante”, heredero de Babeuf. La Liga
será el germen del Partido Comunista.
En 1848 se le solicita para que
redacte, junto a Engels, el manifiesto fundacional del nuevo partido. Surge así
el “Manifiesto
Comunista”, que se edita en Londres. Consta de cuatro capítulos en los
que exponen su concepción de la lucha de clases, del socialismo científico,
además de sus críticas del socialismo pre-marxista y la posición en común de
los distintos socialismos. El Manifiesto
se inicia con estas famosas palabras: “Un fantasma recorre Europa, el fantasma
del comunismo…”, y termina con esta admonición profética: “Las clases
dominantes pueden temblar ante una Revolución comunista. Los proletarios sólo
pueden perder sus cadenas y tienen mucho que ganar. ¡Proletarios de todos los
países Uníos!”. El tema que predomina en el Manifiesto es el de la “lucha de
clases”, que enfrenta a burgueses y proletarios. Mediante ella la clase obrera
se constituye en “clase por sí misma”, se unifica y organiza convirtiéndose así
en sujeto político. Para Marx y
Engels la lucha de clases es el “motor de la historia de la humanidad”.
A
través de ella ambos prevén una transformación de la sociedad que, posibilitada
por las condiciones materiales creadas bajo el dominio de la burguesía, deberá
pasar a desembocar en la toma del poder por parte de la clase obrera, con
vistas a una gradual “extinción del Estado” (en tanto que órgano “separado” de
la sociedad al servicio de los intereses de la clase burguesa dominante): “En
el lugar de la vieja sociedad burguesa con sus clases y sus antagonismos de
clase aparecerá una asociación en la que el libre desarrollo de cada uno es la
condición para el desarrollo libre de todos”. En el Manifiesto Marx y Engels
califican a los distintos socialismos y comunismos según su efectiva posición
de clase –con respecto a la aristocracia feudal, la burguesía, la pequeña
burguesía y el proletariado- así como su carácter regresivo, conservador o
progresista, distinguiendo entre los elementos críticos y revolucionarios que
albergan y los elementos de proyección sistemático-experimental o utópicos.
En
abril de 1848, Marx y Engels vuelven a Alemania y fundan en Colonia el
periódico “Neue Rheinische Zeitung”
(junio de 1848- marzo de 1849), propulsor de un frente democrático.
Comprobarán, sin embargo, a través del fracaso del movimiento revolucionario a
escala europea, la inviabilidad, en Alemania, de una alianza del proletariado
con la burguesía liberal. Expulsado de Alemania, ya por segunda vez, y
posteriormente de Francia, tras el fracaso de la revolución burguesa de la
Segunda República, que había destronado a Luis Felipe de Orleans, y la
restauración del Segundo imperio (de Napoleón III), Marx se trasladará a
Londres, en agosto de 1849. (Cont.)
TOMÁS
MORENO
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