Para la sección, Pensamiento, del blog Ancile, Traemos un nuevo post que lleva por título: De la realidad lógica al disparate neopositivista del mundo.
DE LA REALIDAD LÓGICA AL DISPARATE
NEOPOSITIVISTA DEL MUNDO
¿Puede resumir o remitirse el sentimiento y pensamiento religiosos a una relegación
(inhibitoria) de las estructuras cognitivas actuales y que la participation mystique1 como una
función mental propia de la sociedades inferiores o prelógicas, que, como decíamos
anteriormente, explicaban y accedían al mundo mediante esta vía mítica preracional?
Esta interrogante es esencial para tratar de considerar la gran contradicción de las
neurociencias, que niegan la existencia de un mundo independiente del cerebro, y por lo tanto
de la realidad de un mundo trascendente que no dependa directamente de aquél. Este
presupuesto es fundamental para esta ciencia positiva para negar su existencia verídica.
Curiosa posición cuando la verdadera nueva ciencia (mecánica cuántica) expone que no es
posible el reconocimiento de un mundo material sin la incidencia fundamental del observador
portador necesario de una conciencia. Claro está que para el neurocientífico la misma
conciencia es un producto netamente cerebral. La conciencia es un fenómeno dependiente
del cerebro.
Cuando se dice que el místico en éxtasis está en un estado alterado de conciencia,
todo lo que de él se traduce y se trasluce debe interpretarse como producto de su propio
cerebro, y por tanto carente de toda veracidad o realidad objetiva. Pero, ¿qué es realmente lo
objetivo y ingenuamente reconocible fuera del ámbito de nuestra propia conciencia? ¿Existe
algo a lo que sea posible acceder con plena garantía de su existencia verdadera al margen del
que lo observa?
Nos parece increíble conque fatuidad y petulancia algunas ciencias (dixit) modernas
por novedosas (al menos en sus acepciones) establecen que otras ciencias (se supone que
menos modernas), filosofías y maneras de entendimiento y comprensión del mundo (habría
que incluir sin duda, no sólo a las religiones, también a las disciplinas artístico literarias
(narrativa, poesía…) ya que sus conceptos permanecen anclados en palabras y conceptos
precientíficos.2 De nada nos ha de servir el acervo mítico y simbólico incalculable de verdad
y sabiduría de los textos antiguos (religiosos o no). ¿A qué puede atribuirse disparate tan
notable en estas declaraciones? ¿A la ignorancia de esa realidad opima simbólica de
incalculable valor interpretativo para mejor conocimiento de nuestra propia humanidad? ¿O
a la simple afectación presuntuosa del positivismo decimonónico todavía arraigado con
fuerza en esas potenciales nuevas ciencias que creen tener entre sus teorías la explicación
última del mundo?
Nos parece en verdad inconcebible que estas ciencias nuevas (muchas de ellas dentro
del ámbito de la biología y la propia medicina) sigan ancladas en presupuestos periclitados
por las verdaderas ciencias duras (véase la misma física) en lo que la realidad del mundo y
de nosotros mismos, como seres conscientes, sea, si es que nos cada vez más difícil de separar
(oh casualidad, como el pensamiento primitivo acertaba a relatar y entender).3
Pensamiento que ampara la función poética del lenguaje, es decir del arte poética
particularmente (y del arte en general); desde donde situarse de manera privilegiada entre en
el ámbito de la magia y la religión, en tanto que se atreve a humanizar las leyes naturales
unas veces (religión), y otras a naturalizar las leyes humanas, antropomorfismo de la
naturaleza, o, fisiomorfismo del hombre (teniendo en cuenta que no hay religión sin magia ni
magia sin religión), y que reviste tantas veces a la intencionalidad poética de ese carácter
apodíctico con el que se configuran no pocas manifestaciones de su arte. ¿Debemos pues,
rechazar no solo lo más implacable y duro de la ciencia (física y matemáticas) si no también
todo el arte como vía de conocimiento e integración en el mundo hasta nuestros días por el
hecho de que su configuración esté ¿anclada? en palabras, conceptos y símbolos que en
muchos casos se pierden en la noche de los tiempos? Según estos linces de la ¿epistemología?
actual tratan de consumar sus disparates como verdades inamovibles y clarificadoras por
modernas y netamente materialistas. Ya exponíamos en otra ocasión que esto es inenarrable
cuando, sobre todo, no tenemos nada claro lo que es la misma materia y lo que la diferencia
del vacío de la nada.4
Francisco Acuyo
1 Levy-Brull, L.: Les fonctions mentales dans les sociétés inférieures, Alncan, Paris, 1910.
2 Watson, P.: Not written in Stone, New Scientist, nº 2514, 2005, pps. 42.44.
3 Acuyo, F.: Poesía: pensamiento salvaje, blog Ancile, https://franciscoacuyo.blogspot.com/2013/11/poesiapensamiento-
salvaje.html4 Acuyo, F.: Todo sobre la nada, inédito.
4 Acuyo, F.: Todo sobre la nada, inédito.
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