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martes, 10 de mayo de 2022

LA MATERIA DE LO SUEÑOS: LA CONCIENCIA

 Realidad, materia y conciencia, proseguimos con temática tan fascinante para la sección de Ciencia del blog Ancile, y todo ello bajo el título: La materia de los sueños: la conciencia.



LA MATERIA DE LO SUEÑOS:

 LA CONCIENCIA

 

 

La materia de los sueños: la conciencia. Francisco Acuyo


LOS últimos paseos llevados a cabo en las anteriores entradas por los dominios de la materia, la energía y el vacío (la nada), nos sirven de camino de enfrentamiento con la estructura de la realidad. Todos reconocemos que la susceptibilidad de medición de la materia, de la energía, e incluso del vacío, son objetos de estudio de la ciencia, cuyo método nos garantiza un acercamiento cuando menos en muchos aspectos verificable, con todas las incertidumbres ya descritas. Pero, ¿qué decir de aquellos fenómenos que son invisibles y acaso no cuantificables y que forman parte también incuestionable de la realidad y que se relacionan estrechamente con el desconcertante prodigio de la conciencia?

                El sufrimiento, el amor, la belleza, el miedo, la intuición de lo trascendente…. No pueden medirse, ni siquiera a tenor de los descubrimientos de la neurociencia que, acaso pueden darnos una noción del impacto de algunos de estos fenómenos en el soporte fisio-biológico donde se dice que tiene su cuna la conciencia, nos referimos al cerebro. Así, puede verse actividad en determinadas zonas de la corteza cerebral de aquellas emociones, sensaciones, intuiciones, a través de escáneres y tecnologías como la tomografía por emisión de positrones. Mas, ¿dejan acaso de ser menos reales el sufrimiento, el amor, la belleza… que la estructura de un sólido muro de piedra?

               Estas reflexiones son verdaderamente razonables, aunque nos cueste entender dicho parangón, sobre todo porque la piedra del muro puede ser sopesada, medida, cuantificada, mientras que aquellos aspectos no menos sustanciales que interesan a la conciencia acaso no pueden serlo.

La materia de los sueños: la conciencia. Francisco Acuyo
                Permítaseme hacer un inciso para incluir un aspecto más (teórico) en el que la realidad, desde sus más básicos fundamentos, pretende ser descrita con no menos audacia, por ejemplo, por la teoría de cuerdas.[1] Una de las consecuencias más curiosas es que la realidad íntima de la materia bien no tuviese que ser unidimensional, puesto que existen objetos multidimensionales[2] (según esta teoría de cuerdas y supercuerdas) que desempeñarían un papel fundamental en lo que sea la estructura de la realidad. Su fundamento radicaría en una serie de membranas (branas) que la constituyen proporcionando la realidad constitutiva de diversas dimensiones. Surge en este instante una pregunta que, a todas luces, y dada la complejidad teórico matemática de esta teoría puede parecer ingenua, sin embargo, consideramos que es muy necesaria, a saber: ¿estas dimensiones son espacio-temporales? Las partículas y energías son iguales o diferentes en las diferentes regiones que se deducirían de esta concepción multidimensional de la realidad de lo infinitamente pequeño. Pero, ¿en qué modo afecta a la realidad ordinaria de nuestro espacio tiempo esta sugerente hipótesis de realidad de lo infinitamente pequeño? Parece que de manera inevitable conllevaría al dominio del sugerente concepto de multiverso[3].

                Hay muchas incógnitas abiertas para esta teoría a la hora de explicar fundamentos de la realidad como es la vida. Y desde luego la conciencia. Esto sería así aún acogiéndonos al principio antrópico, que establece una circunscripción selectiva que tuviera como condición inexcusable a alguien que pudiera observar aquellas condiciones que, deberían estar condicionadas por nuestra misma existencia.

                Una de las manifestaciones más impresionantes que pueden derivarse de este principio, sería, nada menos que la predicción del valor de la energía del vacío. Si nos inclinamos por el principio antrópico (fuerte), tendríamos obligatoriamente que considerar la conciencia como un factor determinante de la misma estructura de la realidad.

                En próxima entrada indagaremos en esta proposición teórica que excede incluso a la misma mecánica cuántica en la consideración de la conciencia en la configuración de lo más minúsculo de la materia, y de sus derivaciones al resto de la realidad de dimensión normal para nuestras percepciones.

 


Francisco Acuyo



[1] Véase la entrada anterior al respecto.

[2] Joseph Polchinski sería el pionero en adelantar una hipótesis tan audaz como extravagante.

[3] Este concepto es terminología que pretende definir una realidad de múltiples universos existentes junto al nuestro propio desde el que hacemos toda suerte de variadas conjeturas. Según esta teoría, el fundamento de la materia no sería un punto localizado, sin estructura interna y de dimensión cero, sino una infinitamente pequeña cuerda o lazo que vibra en una constante espacio temporal de más de cuatro dimensiones.



La materia de los sueños: la conciencia. Francisco Acuyo


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