Debido a la demanda de aclaración de algún que otro amable y sorprendido lector de esta bitácora respecto a la publicación Fundamentos de la proporción en lo diverso, hoy publico un decálogo o guía de perplejos sobre dicha obra que, en su día sirvió para la presentación en sociedad interesada y científica de la misma. Es interesante sobre todo para quienes intenten adentrarse en las páginas de la densa compilación de textos que constituyen dicha obra, pues de esta aproximación pueden extraerse claves de lectura y entendimiento creo que servirán no sólo para la mejor comprensión del texto, también para adentrarse en los entresijos y funcionamiento del sorprendente fenómeno poético.
DECÁLOGO PARA FUNDAMENTOS
DE LA PROPORCIÓN EN LO DIVERSO
ESTOS Fundamentos de la proporción en lo diverso se vertebran en la curiosidad por el entendimiento del raro, enigmático impulso de la creación poética, singularmente manifiesto en el verso como unidad que integra definitivamente el poema.
Para este fin hemos partido de una iniciativa metodológica puede que algo heterodoxa en tanto que los instrumentos de estudio traspasan las fronteras de aquellas disciplinas netamente literarias y filológicas (como la fonética, la gramática, la lingüística, la métrica ... ) y que nos son familiares a los interesados habituales en el fenómeno poético; así, estas normativas de estudios se verán invadidas en estas páginas por acepciones, conceptos, instrumentos de análisis ... propios de las ciencias de la naturaleza (física, biología, química y sobre todo las matemáticas).
Quiero explicarles muy breve y genéricamente las razones que impulsaron a este ejercicio singular de interpretación y referencia del verso y del poema. Fundamentalmente por dos motivos, a mi juicio, perfectamente constatables de manera factual de su atenta observación, a saber:
-La extraordinaria complejidad dinámica que nutre el verso.
-La capacidad integradora del poema a nivel epistemológico (como vía conocimiento e interpretación del mundo.)
Partiremos para la compresión de estos puntos esta tarde, de una suerte de decálogo para, en la medida de lo posible, hacer comprensibles en sus razonamientos los puntos anteriores.
1- La realidad de la existencia de diferentes sistemáticas métricas para el estudio rítmico estructural del verso (acentuación rítmica ... )
2 – Estos sistemas (más o menos tradicionales en su principios) de preceptiva cabe entenderlos como aproximaciones o descripciones del verso que son, a su vez, susceptibles de descripción numérica, estadística y (o) de probabilidad.
3- En virtud de estas descripciones podemos plantear la posibilidad de su configuración algorítmica, o, más genéricamente, matemática (tratando, sencillamente, a través de formulaciones o ecuaciones sucintas, de describir las interrelaciones detectables en el verso).
4- Según estas configuraciones matemáticas (algoritmos), comprobamos que, debido a la compleja y altamente dinámica sistemática del funcionamiento del verso primero, del poema después, aquellas métricas al uso (utilizadas para la configuración de estos cálculos algorítmicos) no afinan lo suficiente para explicar aquella compleja dinamicidad anunciada, por ejemplo respecto al funcionamiento de determinados usos del poeta en concretas situaciones que, diríanse violar la preceptiva originaria, son los desvíos de la norma métrica, y todo porque de manera preponderante atienden a parámetros cuantificadores o cuantitativos que se rigen mecánicamente.
5- En razón de estas aproximaciones matemáticas caemos en la cuenta de que, incluso desde una óptica netamente algorítmico matemática, no es posible la computabilidad del denominado número métrico. Así se advierte de los diferentes intentos de generación de versos por ordenador (véanse como ejemplo, los llevados a cabo por el Departamento de Inteligencia Artificial de la Universidad Europea de Madrid, donde se construyeron programas para generar poesía similar a las creadas por autores del Siglo de Oro español). Y esto porque manifiestan una construcción mecánica del verso deducible de un estudio, análisis y entendimiento igualmente mecánicos que no casan con la realidad viva y orgánica del mismo.
6- Precisamente, del reconocimiento de que el algoritmo (o aplicación matemática para su descripción), llamémosle x, lo que en realidad hace es fijar en principio un conjunto finito de instrucciones (pongamos por ejemplo la situación o variedad de acentos en un verso determinado) que responden a operaciones que son más sencillas en su origen que la realidad del movimiento y estructura versal a la que se dirigen, la cual resulta tan compleja en su manifestación dinámica, que en modo alguno puede cerrarse de manera estanca en un programa conformado por algoritmos.
7 - Comprobamos que la dinamicidad y complejidad del verso responde en verdad a secuencias aleatorias (impredecibles) que, vertidas y advertidas métricamente, no pueden ser comprimidas mediante algoritmos computacionales. Veremos pues, que el rasgo métrico del verso siempre podrá ser ampliado de manera prácticamente indefinida y que, en cada nivel de resolución nueva ofrecerá, junto a la fruición estética, creatividad y más complejidad.
8- No obstante, se debe reconocer las regularidades de ciertos esquemas para determinados versos (por ejemplo, determinados acentos, justas cadencias ... ) que serán las que precisarán las diferencias métricas entre unos y otros, pero el poder predictivo que conllevan ha de ser tenido en cuenta como reflejo de la complejidad organizada del verso y del poema, y debe ser valorado de forma utilitaria y aproximativa.
9- Los patrones métricos reconocidos como eufónicos (determinados acentos para versos concretos, por ejemplo) son producto de una singularísima selección rítmico-poética que aspira a la máxima variedad y que, aunque sujetas a cierto tipo de orden, se extrae siempre de un entorno aleatorio -impredecible-, (véanse por ejemplo las condiciones anímicas del poeta). En definitiva, la estructura métrica forma parte de los códigos de optimización del verso, y todo para que la información que aporta sea lo menos arbitraria posible.
10- El verso (y el poema), en su dinamicidad y complejidad deducibles se mueve(n) entre la necesidad y la contingencia: necesidad de un orden preceptual y la contingencia manifiesta en el carácter aleatorio que le anima y que se manifiesta en los que denominamos casos de desvío de la norma o ruptura del orden métrico del verso. En fin, podemos afirmar que el verso (y, por tanto el poema, y la poesía como fenómeno literario) tiene(n) un carácter estocástico (en relación a su aleatoriedad y acercamiento probabilístico) conciliador de la contingencia (esa tendencia a la aleatoriedad enunciada de consuno) y la necesidad de orden (que se hace expreso en la norma eufónica del metro.
En conclusión: precisamente de esta organizada controversia se posibilita la generación de novedades genuinas que garantizan la libertad del verso, del poema y de la poesía como manifestación singular literaria.
Francisco Acuyo
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