SIGNO Y UMBRAL, POEMA DE LA SEMANA

Ofrecemos el poema titulado signo y umbral, del libro Cuadernos del ángelus (1992), en la misma línea de los anteriores pertenecientes a este título, para la sección del blog Ancile, Poema semanal.


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SIGNO Y UMBRAL

(EL MAR: DETRÁS, LA CIUDAD)

NO os sirva el beso sobre aquel sabor
de labios, todavía su potencia abrasando,
si nos exprime palma anónima o amargura.
Tan tímido tal vez se expone
para el astro,
sin embargo,
la memoria
no sostuvo
en las ondas aquel rostro
lo bastante encubierto,
y de su herida se abre un cuerpo
cuyos miembros son de hombre
con corazón escarnecidos.
Aún latente en la boca les palpita.

CUANDO un hueco en la sombra
así abra cada
piedra, cada inasible canto que alcanza
[vuestra
intacta piel, como costilla sobre el oro
que la arena,
de azul fresa metal
acaso primigenio.

CUANDO se arrulla contra el coro agreste
todo el rostro, la sangre,
o el gesto desde el ávido rumor
de la mar,
casi al eco
en la roca
resuena conjurando
cada arista en un pozo profundísimo.

MAS la brisa que advierte tras su empuje
                                                   [invadir,
desgarra todo un mundo.
Entre el sórdido palio de la sombra que brama
                                               [como arcángel,
el filo de la espuma donde suenan las guijas,
os traspasa estallándoos
con su perfil de luz en el abismo.



Francisco Acuyo