Para la sección de De juicios, paradoja y apotegmas, del blog Ancile, la segunda entrega de Sueños de la materia y realidades del espíritu.
SUEÑOS
DE LA MATERIA Y REALIDADES DEL ESPÍRITU
III
CUANDO se dice que
el alma, el espíritu (la mente) han de estar vacíos de sí mismos para que la
creación –originaria, prístina, genuina- sea posible, se pone en evidencia un
singular nihilismo (moral, intelectual) que, por cierto, muy bien no tiene que
estar emparentado con el nihilismo metafísico de la modernidad. El segundo
puede conectarse con el lenguaje del misticismo (y tiene un carácter
espiritual); el primero, netamente materialista, hizo caso omiso a esta opima
tradición y vertiente espiritual que, no obstante, lo haría realidad como
alternativa, primero filosófica, después como posibilidad científico positiva
que, al fin, decantaría en el pensamiento materialista positivo y como
manifestación intelectual y de pensamiento. El ser (platónico aristotélico) se
ofrece enfrentado a la nada (echkariana o, en oriente, mahayana). La nada en
occidente se identifica con el horror
vacui, olvidando totalmente que en ella se encuentra el principio de toda
realidad.
La visión materialista (¿acaso
burda aceptación de la ontología aristotélico platónica?) no cae en la cuenta
de que es necesaria la liberación de lo conocido pues, cualquier proceso
creativo necesita de la mors (mystica)
como vía de generación genuina y que, por ejemplo, en poesía, como modelo
singular de creación mediante el lenguaje, se manifiesta con la ruptura, la
violencia, el desvío de la norma común para someter las palabras y su dimensión
conceptual y racional en pos de superar
los significados de la convención lógica, o lo que es lo mismo: para dar el
salto a la liberación del espíritu de cualquier ajuste, acuerdo o norma para la
verdadera realización creativa.
Francisco
Acuyo
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