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jueves, 9 de julio de 2015

NOCHE, BOSQUE SONORO DE ESTRELLAS, EN ATTICUS EDICIONES

Reproducimos la última entrada del blog Atticus ediciones, en nuestro apartado dedicado a esta iniciativa de diseñoen su sección Ediciones ejemplares, en el que se ofrecen noticias sobre la antología dedicada a Federico García Lorca, intitulada, Noche, Bosque sonoro de estrellas.






En esta ocasión traemos a la sección de Ediciones ejemplares el título, Noche bosque sonoro de estrellas, que porta una selección de poemas de Federico García Lorca sobre la noche. Dicha antología temática (acaso nunca antes llevada a cabo íntegramente sobre el tema de la noche) está prologada y seleccionada por el poeta Francisco Acuyo, aprovechando la ocasión de La Noche en Blanco de Granada del año 2014, que se dedicó al genial poeta de Fuente Vaqueros.El precioso motivo de portada fue creado para la edición por la pintora Mª Teresa Martín Vivaldi. El diseño, montaje y maquetación es de Atticus ediciones, dando lugar a una publicación que merece ser considerada como edición ejemplar. Dicha publicación vio la luz en elegante edición en papel a través de la editorial Entorno Gráfico ediciones. Reproducimos aquí algunos de los bellísimos poemas seleccionados y una fragmento del prólogo que introduce los poemas.




Noche, bosque sonoro de estrellas, Ancile


NOCHE, BOSQUE SONORO DE ESTRELLAS, 
ANTOLOGÍA DE POEMAS DE FEDERICO GARCÍA LORCA



Noche, bosque sonoro de estrellas, Ancile






[...] La tarea de establecer una relación exhaustiva de todos y cada uno de los elementos nocturnos en la obra poética de Federico García Lorca, sería labor tan ímproba como estéril, sobre todo si no la ponemos bajo los antecedentes de los criterios anteriormente expuestos sobre el símbolo y la simbología de la noche, amén de que los criterios de interpretación pueden (y deben) ser tan numerosos como exija el recurso a dicha simbología y, desde luego, bajo la razón y prueba de su recurrencia. Siguiendo la selección de poemas aquí recogidos tendrá el lector ocasión de contactar con la mayor parte de dicha simbología, tanto para comprobar su especial trascendencia en la comprensión de la obra de Lorca, como para la mejor delectación de sus hermosísimos versos. En este sentido ésta no es solo una antología temática, también una particular plataforma o, mejor, una óptica que ofrece una perspectiva, si no precisa, sí muy aproximada sobre elementos fundamentales de la obra del poeta de Fuente Vaqueros, teniendo en cuenta que no por casualidad, buena parte de ellos se encuentran en el ámbito de la simbología nocturna. Podremos constatar que la noche fabricadora de embelecoses, o puede ser, hontanar cristalino y luminoso donde poetas como San Juan de la Cruz, Novalis, Leopardi o escritores como Cadalso o Edwar Young,y por supuesto Federico García Lorca, bebieron de las aguas más propicias del símbolo creativo por excelencia: la noche.[...] 



                                                                                      Francisco Acuyo



Noche, bosque sonoro de estrellas, Ancile



VELETA



Viento del Sur,
moreno, ardiente,
llegas sobre mi carne,
trayéndome semilla
de brillantes
miradas, empapado
de azahares.
Pones roja la luna
y sollozantes
los álamos cautivos, pero vienes
¡demasiado tarde!
¡Ya he enrollado la noche de mi cuento
en el estante!
Sin ningún viento,
¡hazme caso!,
gira, corazón;
gira, corazón.
Aire del Norte,
¡oso blanco del viento!
Llegas sobre mi carne
tembloroso de auroras
boreales,
con tu capa de espectros
capitanes,
y riyéndote a gritos
del Dante.
¡Oh pulidor de estrellas!
Pero vienes
demasiado tarde.
Mi almario está musgoso
y he perdido la llave.
Sin ningún viento,
¡hazme caso!,
gira, corazón;
gira, corazón.
Brisas, gnomos y vientos
de ninguna parte.
Mosquitos de la rosa
de pétalos pirámides.
Alisios destetados
entre los rudos árboles,
flautas en la tormenta,
¡dejadme!
Tiene recias cadenas
mi recuerdo,
y está cautiva el ave
que dibuja con trinos
la tarde.
Las cosas que se van no vuelven nunca,
todo el mundo lo sabe,
y entre el claro gentío de los vientos
es inútil quejarse.
¿Verdad, chopo, maestro de la brisa?
¡Es inútil quejarse!
Sin ningún viento.
¡hazme caso!
gira, corazón;
gira, corazón.



BALADA DE LA PLACETA

1919



El corazón,
que tenía en la escuela
donde estuvo pintada
la cartilla primera,
¿Está en ti,
noche negra?
(Frío, frío,
Como el agua
del río.)
El primer beso
que supo a beso y fue
para mis labios niños
como la lluvia fresca,
¿Está en ti,
noche negra?
(Frío, frío
como el agua
del río.)
Mi primer verso.
La niña de las trenzas
que miraba de frente
¿Está en ti,
noche negra?
(Frío, frío,
como el agua
del río.)

Pero mi corazón
roído de culebras,
el que estuvo colgado
del árbol de la ciencia,
¿Está en ti,
noche negra?
(Caliente, caliente,
como el agua
de la fuente.)
Mi amor errante,
castillo sin firmeza,
de sombras enmohecidas,
¿Está en ti,
noche negra?
(Caliente, caliente,
como el agua
de la fuente.)
¡Oh, gran dolor!
Admites en tu cueva
nada más que la sombra.
¿Es cierto,
noche negra?
(Caliente, caliente,
como el agua
de la fuente.)
¡Oh, corazón perdido!
¡Réquiem aeternam!



Noche, bosque sonoro de estrellas, Ancile


AIRE NOCTURNO

1919

Tengo mucho miedo
de las hojas muertas,
miedo de los prados
llenos de rocío.
Yo voy a dormirme;
si no me despiertas,
dejaré a tu lado
mi corazón frío.
¿Qué es eso que suena
muy lejos?
Amor. El viento en las vidrieras,
¡amor mío!

Te puse collares
con gemas de aurora.
¿Por qué me abandonas
en este camino?
Si te vas muy lejos,
mi pájaro llora
y la verde viña
no dará su vino.
¿Qué es eso que suena
muy lejos?
Amor. El viento en las vidrieras,
¡amor mío!

Tú no sabrás nunca,
esfinge de nieve,
lo mucho que yo
te hubiera querido
esas madrugadas
cuando tanto llueve
y en la rama seca
se deshace el nido.
¿Qué es eso que suena
muy lejos?
Amor. El viento en las vidrieras,
¡amor mío!




CANCIÓN DEL JINETE




Córdoba.
Lejana y sola.
Jaca negra, luna grande,
y aceitunas en mi alforja.
Aunque sepa los caminos
yo nunca llegaré a Córdoba.
Por el llano, por el viento,
jaca negra, luna roja.
La muerte me está mirando
desde las torres de Córdoba.
¡Ay qué camino tan largo!
¡Ay mi jaca valerosa!
¡Ay, que la muerte me espera,
antes de llegar a Córdoba!
Córdoba.
Lejana y sola.



ROMANCE DE LA LUNA, LUNA

a Conchita García Lorca




La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.
Niño déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
Niño déjame, no pises,
mi blancor almidonado.

El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
¡Cómo canta la zumaya,
ay cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con el niño de la mano.
Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
el aire la está velando.



Noche, bosque sonoro de estrellas, Ancile




GACELA DEL RECUERDO DE AMOR




No te lleves tu recuerdo.
Déjalo solo en mi pecho.

Temblor de blanco cerezo
en el martirio de enero.

Me separa de los muertos
un muro de malos sueños.

Doy pena de lirio fresco
para un corazón de yeso.

Toda la noche en el huerto
mis ojos, como dos perros.

Toda la noche, corriendo
los membrillos de veneno.

Algunas veces el viento
es un tulipán de miedo.

Es un tulipán enfermo,
la madrugada de invierno.

Un muro de malos sueños
me separa de los muertos.

La niebla cubre en silencio
el valle gris de tu cuerpo.

Por el arco del encuentro
la cicuta está creciendo.

Pero deja tu recuerdo,
déjalo solo en mi pecho.




                                  Federico García Lorca


Noche, bosque sonoro de estrellas, Ancile




1 comentario:

  1. Impecable edición, amigo mío. Una portada de lujo para un contenido que es Lorca resucitado en sus noches, sus lunas enriquecidas por su talento magno, esa poesía palpitante y sufrida que encarnó. Muchas gracias por el regalo, por los poemas que acá aparecen como aperitivo para el disfrute de todo el libro. Un abrazo.

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