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jueves, 19 de mayo de 2016

BREVE APUNTE SOBRE “BALADA EN TRES TIEMPOS”, DE RAFAEL GUILLÉN, POR GUILLERMO DE JORGE

Traemos para la sección, Extractos críticos, el trabajo del poeta Guillermo de Jorge, dedicado al último libro de Rafael Guillén, lleva por título Breve apunte sobre Balada en tres tiempos, y que creo viene muy a propósito después de los ciclos dedicados en Diputación de Granada a su autor.



Rafael Guillén, Balada en tres tiempos, por Guillermo de Jorge




BREVE APUNTE SOBRE 

BALADA EN TRES TIEMPOS”, DE RAFAEL GUILLÉN




Rafael Guillén, Balada en tres tiempos, por Guillermo de Jorge




Balada en tres tiempos,
para saxofón y frases coloquiales,
de Rafael Guillén.
 Editorial Visor Libros, 2015.



            Rafael Guillén, Granada, 1933. Es Premio Nacional de Literatura y Premio de la Crítica Andaluza. Fue uno de los jóvenes poetas que vivieron bajo el peso y la ausencia de Federico García Lorca, contribuyendo a la recuperación de la cultura poética en Andalucía tras la devastación de la Guerra Civil. Su lucha literaria siempre ha estado marcada por el compromiso y la honestidad. Un carácter que ha forjado cada uno de sus versos y que ha guiado, junto con Antonio Carvajal y Luis García Montero, los nuevos movimientos literarios andaluces y, por ende, de la Literatura en Castellano.

Balada en tres tiempos para saxofón y frases coloquiales es su último libro publicado en Visor Libros y supone para el autor la antesala, según Mauriac, de la materialización de su contrato con la realidad. Un compromiso que establece el escritor granadino convidando en su discurso poético a ir más allá de los fundamentos de los poetas de los siglos anteriores, dándole al amor un significado más cercano y más consciente de los tiempos que vivimos. Y esculpiendo su inteligencia emocional, a pesar del tiempo, a pesar del deterioro progresivo del cuerpo, a pesar de los pesares.

Si bien es verdad que el poeta avanza en sus versos la preocupación por el tiempo, abordando el pasado, el presente y el futuro, sabe que existe algo más capaz de mover imperios, capaz de remover las vísceras del mundo. El poeta lo sabe. Es testigo de ello. Y es consciente que su universo cabe en el hueco que queda entre dos cuerpos juntos.

Rafael Guillén, Balada en tres tiempos, por Guillermo de JorgeAhonda en su preocupación por la imagen distorsionada que la memoria puede dar del pasado y del entorno y aboga por la necesidad del presente como la única y verdadera realidad incontestable y constatada. Como la única referencia del cuerpo con respecto a la materia. Todo lo demás, no vale. Es un arduo y tordo espejismo que sólo busca el dolor de los hombres y de sus obstinadas y amargas ganas de recordar los fracasos. Y así pues, el poeta sostiene que la nostalgia y el desamparo del hombre provienen de su constante huida. De su decidida e irremediable costumbre de permanecer en el pasado, de no moverse: de no avanzar. El ser humano no está concebido para ello. Y sólo la ternura es quien salva a los hombres en su destrucción final. En ese proceso que es la vida y que sólo aquellos que siguen manteniendo vivas las estancias del cuerpo pueden llegar a salvar. “Quizás, quien viva en el instante viva la eternidad; quien, al contrario, viva en sucesión de los instantes viva en el tiempo. Al menos, así ocurre en el amor”.

Balada en tres tiempos es un viaje por las galerías del ser humano, donde se nos invita a explorar los pasadizos del alma. Una ventana hacia el interior que busca la voz del lector. Una onda arrebatada por el viento, que rebote en las paredes del espíritu y que estalle como un haz de luz entre la sombra. Así es como Rafael Guillén teje los poemas de este libro. Un poeta incansable que lucha por sobrevivir en el mundo. Un lugar donde en cualquier momento podemos recibir una llamada, unas notas musicales, un estruendo ciego, una silenciosa voz que nos invite a encontrarnos con nosotros mismos o que por el contrario nos devuelva a la vida, aunque el poeta sabe que ya no es posible.

Es cierto que el ser humano concibe el acto de vivir como una batalla o como un combate que apenas cabe en la palma de una mano. En esa pugna interior del individuo, a veces, nos preguntamos cómo es posible hallar algo diferente, algo más humano ante tanta decadencia. El poeta lo sabe. Indaga en el milagro absoluto de la vida. Sondea las notas y la musicalidad que, quizás hoy sí, en este preciso momento, interpretamos y que sólo ustedes y él pueden oír.

Una de las dudas que subyace en el autor y que poco a poco va desvelando según avanza el libro es si el amor es, no sólo correspondido, sino si también es igual que la misma intensidad y que la misma concesión que existe entre los dos cuerpos. Sobre todo desde la segunda voz poética, desde ese tú inexplorable que a pesar de sus muestras, dudamos por la sencilla razón que es otro el que existe y que ni siquiera nosotros tenemos la certeza de nuestra existencia.

Rafael Guillén, Balada en tres tiempos, por Guillermo de JorgeBalada en tres tiempos contiene, sin duda alguna, parte del nutrido y enriquecedor universo poético de Rafael Guillén, donde sus páginas van descubriendo en este libro, en este brindis a la vida, nuevos conceptos simbólicos donde una vez más el poeta entrelaza un nuevo orden conceptual. Si bien es verdad que Todorov aseveraba la existencia de la dicotomía entre significación y simbolización, Rafael Guillén es capaz de persuadir con sus versos de tal manera que el lector descifra sus mecanismos cognitivos y se adentra en su universo alegórico, seducido, embriagado de los sortilegios ofrecidos por el poeta. Así, el saxofón transforma la idea manriqueña de la despedida o del fin último del hombre como un instrumento de la vida destinado a emitir unas notas, unas ondas, una musicalidad que sólo aquellos que están vivos pueden interpretar. Dentro de la inquebrantable voluntad del ser humano de combatirla o, más bien, de escucharla, de sentirla, pues es la única manera que tiene de afirmar que está vivo. Y mientras que la conciencia de la trivialidad del hombre y de la vida exista, el ser humano existe. Aunque a veces parezca que la existencia declina su huida. Así, el ser humano se enfrenta a su “breves sunt dies hominis”. Esclarecedora, a veces; temida, otras; esperada, en muchas más ocasiones de las que realmente sabemos o quisimos entender.



Rafael Guillén tiene el don de llegar siempre en el momento preciso. Y Balada en tres tiempos logra el efecto. Y quizás, entre otras, es una de las premisas que debe primar en un texto poético. Tener la capacidad pragmática de poder reflectarse en el otro ser, en el lector: en el destinatario último del poema y crear una dependencia de supervivencia. Crearle al lector la necesidad de seguir leyendo sus poemas, de existir en ellos, aunque sólo sea por una vez.

Quizás, una de las razones de las que deriva la competencia moral y vital que sustenta el autor en su discurso poético es que Balada en tres tiempos supone una presentación de intenciones donde el ser humano establece un diálogo profundo e insondable entre las estribaciones del tiempo y la condición innata del ser. Una búsqueda del individuo que le llevará a indagar más allá del alma. Presentando sobre el poema, un hombre honesto y humilde que afronta el torrente vital con una capacidad de reflexión que sólo es capaz de dar la experiencia de vivir: nada se escribe en vano. El poeta es consciente y actúa en consecuencia.

Balada en tres tiempos” es un canto épico donde la vida es el mayor acto heroico al que puede aspirar un ser humano. Tierno, doliente e incluso mustio, quizás, en ocasiones, donde el hombre lucha contra lo cotidiano, lucha contra el doloroso día a día, más que nunca, con más determinación que nadie, para salvarse.  Dejando a un lado los dogmas, apartado de los misticismos, para enfrentar al hombre solo. En un acto que no termine en defraudarse a sí mismo. Con la convicción de no perder aquellos principios y valores que siempre se han sustentado sobre sus dominios.

Rafael Guillén, un hombre bueno, como cualquier otro hombre, humanizado, desterrado de las banalidades y las futilidades, dispuesto a dejarse la piel en cada verso, como un soldado de la palabra que realiza su juramento más íntimo ante la patria más próxima, ante la única bandera que ondea en su pecho: el amor.

Balada en tres tiempos presenta a uno de los poetas de la Generación del 50, inquebrantable e indestructible, a pesar del deterioro progresivo del ser humano, en un discurso poético y misericordioso que necesitamos leer, donde el autor aboga por su salvación y la del hombre.




Guillermo de Jorge




Rafael Guillén, Balada en tres tiempos, por Guillermo de Jorge













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