DEL MULTIVERSO Y EL
FENÓMENO DE LA CONCIENCIA
SE dice, según las últimas
deducciones traídas al caso en la observación del comportamiento cuántico (en el
mundo subatómico), que la totalidad del universo no es unívoca, ya que podría colegirse la existencia del
multiverso. Según esta visión o interpretación de la física cuántica, nuestro
universo no es más que una parte residual o insignificante de una estructura
conformada por muchos universos. Se infiere que cada uno de estos mundos tendrá
sus propias leyes físicas fundamentales, así como diferentes propiedades las cuales
pueden ser muy distintas en uno y otro de estos universos.
Se
me antoja una cuestión harto interesante, en el caso de que pueda ser cierta
esta teoría, porque de igual modo que
las leyes y su propiedades son diversas, en el caso de que la conciencia y la
vida fuese así mismo posible en algunos de ellos, con características muy
distintas a las que conocemos, si las
preguntas fundamentales para aquellos serían las mismas o similares a las que
nos planteamos en este nuestro mundo, y en el que se desenvuelve nuestro
trajinar existencial. ¿Se evaluará de algún modo el sentido y significado de lo
que acontece en estos mundos paralelos? ¿Preguntarse por el dónde venimos y a dónde vamos, tendrá acaso
algún sentido?
Si
las condiciones iniciales para la vida consciente son posibles en otros
universos con
leyes físicas distintas no es ninguna tontería plantearse estas
cuestiones, al margen del nivel científico y tecnológico que hayan sido capaces
de desarrollar. Que la vida sea o no basada en el carbono, y si es capaz de
generar una conciencia escrutadora del mundo y de sí misma, acaso pueden
compartir una serie de patrones (¿no materiales?) que nos hablen de que esta,
la conciencia, digo, sea un fenómeno universal que se realiza en cualquier tipo
de manifestación material de vida compleja, y esto, a su vez, nos haga pensar
que la conciencia pueda ser algo que trascienda la propia materia.
Decía
Alan Guth[1]
que, en un universo eternamente sometido
a la inflación, cualquier cosa que pueda ocurrir acabará ocurriendo; de hecho
ocurrirá un número infinito de veces, de cuya afirmación no nos parece
descabellado pensar que el fenómeno de la conciencia pueda ser posible en algún
otro de estos infinitos universos. Dicho esto, tampoco parece un despropósito
pensar que las preguntas y respuestas a cuestiones que atañen al fundamento de
la conciencia, si derivada de la vida compleja sea cual sea su origen y
naturaleza, acabe por plantearse interrogantes no muy diferentes de las nuestras,
incluso puedan imaginar que la conciencia sea un fenómeno independiente de la
materia. O, cuando menos, si todos estos mundos están sujetos a las leyes de la
mecánica cuántica, necesariamente tendrá que interrogarse sobre el significado
y el sentido de sus paradójicas mediciones. Haremos algunas otras reflexiones
al respecto en esta sección del blog Ancile.
Francisco Acuyo
[1] Alan Harvey
Guth, físico y cosmólogo americano del
MIT que formuló la primera teoría del universo inflaccionario.
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