Para la sección, Pensamiento, del blog Ancile, traemos la entrada que lleva por título: Lenguaje terapéutico: Metáfora y poesía.
La metáfora cuestiona uno de los fundamentos del lenguaje: su carácter referencial. Lo que sucede es algo extraordinario cuando la metáfora pasa por el tamiz insólito del discurso poético, el signo (lingüístico) no es ya un instrumento para la representación o la referencia de la realidad, él mismo es ya una realidad con vida y dinamismos propios. El sentido y la imagen no son ya diferenciables pues posibilita al ser (metafórico) como un auténtico principio psíquico capaz de incrementar y modificar la conciencia.
LENGUAJE TERAPÉUTICO:
METÁFORA Y POESÍA
La metáfora cuestiona uno de los fundamentos del lenguaje: su carácter referencial. Lo que sucede es algo extraordinario cuando la metáfora pasa por el tamiz insólito del discurso poético, el signo (lingüístico) no es ya un instrumento para la representación o la referencia de la realidad, él mismo es ya una realidad con vida y dinamismos propios. El sentido y la imagen no son ya diferenciables pues posibilita al ser (metafórico) como un auténtico principio psíquico capaz de incrementar y modificar la conciencia.
La metáfora en el discurso poético trasciende los
valores netamente semánticos por otros en verdad creativos (hermenéuticos), de
suerte tal que la metáfora en el poema ya no es un signo, sino un genuino icono
que da materia al lenguaje que lo conforma estableciéndose como el medio
mediante el que la realidad se enfrenta a la otra realidad que denominamos
poema, el sustrato sensible del poema es indiscutible, de esto puede dar
cuenta, por un lado el sustrato fónico (sonido) del poema, y las imágenes que
contiene su discurso a través de sus diversos recursos (metáforas, ritmo, gramática...) lo sensible se hace sustancial
al verso que compone el poema, ejemplo claro de todo esto desde la óptica retórica puede ser la metáfora sinestésica.
Así las cosas, la realidad poética, de mano de la
metáfora, tiene un sustrato innegable
filosófico, y desde luego, también psicológico. Y es que la alegría o la pena en la poesía ya no es una emoción personal de quien la expresa en el poema, es una genuina cualidad del mundo, y es que el lengua (poético), en términos heideggerianos, es una manera de encontrarse entre las cosas[1].
filosófico, y desde luego, también psicológico. Y es que la alegría o la pena en la poesía ya no es una emoción personal de quien la expresa en el poema, es una genuina cualidad del mundo, y es que el lengua (poético), en términos heideggerianos, es una manera de encontrarse entre las cosas[1].
La simbología extraída del lenguaje metafórico-poético es la muestra más palmaria, de que los
sistemas que lo conforman hacen y rehacen el mundo, y es que las emociones
estético poéticas son en verdad cognoscitivas. Decía Paul Ricoeur en su Metáfora viva, que la metáfora es al lenguaje poético lo que el modelo al
lenguaje científico en cuanto a la relación con lo real. [2]
Pero la poesía, a través de la metáfora, no es sólo un rasgo de la lexis, sino
también del mismo mythos.[3]
La poesía, en virtud de sus instrumentos singulares
como la metáfora, se muestra como la potencia de conocimiento singular que no
distingue el sujeto del objeto, lo interior de lo exterior y que pone, al fin,
de manifiesto que la verdad metafórica, la verdad poética cuestiona el sentido
mismo de la verdad, y en la que el impulso creativo es siempre revelador, por
lo que la realidad no es nada sino es creación, y la poiesis como una actitud ante la vida sin la cual la realidad no
tiene ningún sentido. La máxima singularidad de la metáfora y del discurso
poético es sin duda su carácter profundamente paradójico[4],
en tanto que su vigor creativo y expresivo se fundamenta en la disolución del
mismo. En cierto modo ofrece la perspectiva del mundo donde lo personal y lo
universal forman parte de una misma
dinámica y organicidad y que nuestra descripción de su funcionamiento a través de
los elementos que la componen, trópicos, métricos, gramaticales…no son sino la
descripción topográfica del mismo.
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