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lunes, 5 de noviembre de 2018

LA NADA Y SU POTENCIA CREATIVA: LA ENTROPÍA O EL CAOS, PADRES DE TODA CREACIÓN


Proseguimos con la temática de la información y el concepto de la nada, con un nuevo post para la sección, Ciencia, del blog Ancile, y que lleva por título: La nada y su potencia creativa: La entropía o el caos, padres de toda creación.


La nada y su potencia creativa: La entropía o el caos, padres de toda creación. Francisco Acuyo




LA NADA Y SU POTENCIA CREATIVA:

LA ENTROPÍA O EL CAOS, PADRES DE TODA CREACIÓN







Cerrábamos el post  anterior de esta sección reflexionando sobre el concepto y supuesta sustancialidad de la nada. Recordamos que exponíamos sobre la cuestión de si esta es susceptible de  aportar alguna forma de información, sobre todo si esta era referida a algo que en un momento determinado existía materialmente y que al desaparecer (recuerden nuestras referencias a los agujeros negros y la información que se supone que no perdían incluso después de su disolución),[1]  y viene a sugerirnos el concepto (enigmático) de lo que no es, o lo que es lo mismo, de la nada, en relación al concepto y realidad material de la información. La idea de información viene de nuevo a redundar en la búsqueda de una definición científica y supuestamente incontrovertible de esta. La información como agente activo que integra el mundo material es una idea relativamente reciente (años cuarenta a cincuenta del pasado siglo XX) y que integra los elementos y fenómenos materiales y energéticos. Sería pues con la llegada de los grandes descubrimientos de la electrónica  (que conllevaría después a la revolución informática) que la información adquiere carta de naturaleza propia, tal como la física o la química en su momento hicieran, deduciéndose de ella un carácter universal.

La nada y su potencia creativa: La entropía o el caos, padres de toda creación. Francisco Acuyo                Su relación con la cuestión de la nada, vendría sugerida por la ya vieja pregunta de ¿por qué existe algo en lugar de nada? –Leibniz, ya lo decíamos anteriormente, se hacía idéntica interrogante a la que respondía de manera muy sugerente, y que remitos a anteriores entradas-[2], y que Claude Shannon acabará por probar, a través de la teoría de la información, de manera muy el algo que supone la información puede persistir así mismo como algo en medio de la nada (entendida esta como desorden, azar, caos y ruido) y que tenía un estrecho vínculo con la entropía, en tanto que esta será el nudo que enlaza la información y la energía, infiriéndose que esa extraordinaria ¿ máquina? receptora e intérprete del mundo, el cerebro sea, además, un decodificador ideal de esa información asociada a la energía.

                Una relación no menos fascinante entre la información y la nada puede inferirse (reconozco que no sin un grado de imaginación considerable) entre el significado y la simbología de algunos signos  que la representan. Véase el caso extraordinario de el cero, como la nada matemática (en la india, en Grecia existía una repulsión natural a los conceptos de nada o de vacío, recordamos). El cero –sunya hindú-  o la nada –o el vacío- se entiende como potencial creativo de que cualquier cosa podía producirse. De hecho se deriva de él nociones varias y sustanciales como espacio y no-ser, de los cuales pueden colegirse asociaciones creativas variadísimas que no tendrían necesariamente que guardar la correspondencia lógico-formal exigible en primera instancia, poniendo de relieve un grado de libertad total para la elaboración de dichas asociaciones. Una de las deducciones más fascinantes de esta visión oriental de la nada, es que sitúa el no-ser en el mismo grado de igualdad que el ser.

                En este punto de nuestras exposiciones, creo que no estaría nada mal comenzar a emparentar analógicamente la universalidad de la información con el sistema (universal sin duda) del recuento matemático, en tanto que es así mismo un reconocido lenguaje no menos universal). No en vano el número (o números) que lo conforma(n) será mediante el que compilamos información; no en vano el mismo DIrac[3] percibiría que: Un lugar no es nada: ni siquiera espacio, a menos que en su corazón haya una cifra,  y el despliegue simbólico que esta conlleva. De estas cifras el cero será que la sin duda, simbólicamente, diríase tomar directrices propias ajenas a cualquier ley lógica formal, y desde luego la que acabará ofreciendo una peliaguda y no poco controvertida polémica relación con la noción de infinito, si es que los ceros son sustancialmente o físicamente manifiestos, de hecho
La nada y su potencia creativa: La entropía o el caos, padres de toda creación. Francisco Acuyo
buena parte de los científicos no lo creen, pero puede que la teoría de la información nos dé una perspectiva bien diferente, de hecho en física (cosmológica) no parece del todo claro que no pueda existir un infinito físico.

                La nada y el hecho creativo mantienen también un vínculo nada desdeñable, si reconocemos que crear lo nuevo a través de lo viejo no puede ser, sobre todo en un mundo como el nuestro, en el que todo es necesario y nada es incierto.[4] De hecho el mismo Norbert  Wiener (padre de la cibernética, y otro pilar fundamental de la teoría de la información, creía que de ningún modo podríamos tener conocimiento  cierto de lo que acontece  en ningún  lugar del mundo, mientras lo observa. Se pone en duda, pues  cualquier clase de determinismo abriéndose  a la incertidumbre y a las potencialidades del cero, de la nada o del vacío, que son las que abren la puerta a lo verdaderamente creativo.

                Todo lo anteriormente expuesto nos lleva a una consideración hipotética del todo legitima que emparenta la nada potencial y su entropía como algo que no podemos estimar definitivamente, y por tanto como algo objetivo, es decir sustancial o físicamente real por sí sola. En la teoría de la información se infiere que esta, la información, es ambas cosas: incluso como eje vertebrador de la mente y la materia[5]. Dicho esto, volvemos a nuestra anterior y ya vieja interrogante: ¿La nada puede contener información?  O, ¿si la contiene, deja la nada de ser nada, para ser algo? Trataremos de responder a estas y otras interrogantes en nuevas entradas del blog Ancile.




Francisco Acuyo



[2] Ibidem
[3] Dirac, P.: Ingeniero, físico y matemático que ocupó la Cátedra Lucasiana de matemáticas en Cambridge y uno de los exponentes más relevantes en el ámbito de la física atómica y la mecánica y electrodinámica cuántica.
[4] Campbell, J.: Op. Cit. p.31
[5] Costa de Beauregard, en Campbell, J.:   Op. Cit. p. 39.



La nada y su potencia creativa: La entropía o el caos, padres de toda creación. Francisco Acuyo


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