Traemos la entrada que lleva por título, Palabras para la ciudad ilustrada, del profesor y filósofo Tomás Moreno, con motivo de su memorable intervención en los ciclos que organiza Entorno Gráfico Ediciones, y las librerías Picasso, bajo el nombre de La ciudad Ilustrada; en torno al autor y su obra agradeciendo su siempre grata y avisada presencia.
PALABRAS PARA LA CIUDAD ILUSTRADA
El acertado título “La Ciudad Ilustrada” que
preside este ciclo de presentaciones de nuestros poetas y escritores más
representativos, que ha tenido a bien organizar Entorno Gráfico Ediciones bajo la sabia coordinación de Francisco Acuyo, hace justicia a una
ciudad, como Granada, que brilla en el panorama cultural español como una de
las más atractivas por su legado
histórico, artístico y literario y por su extraordinario potencial de
desarrollo futuro.
Y decimos que el título aludido es certero -bien elegido- porque sólo desde una ilustración anhelada y buscada, una ciudad puede sentirse libre,
autónoma y dueña de su propio destino y alcanzar su madurez social, vital y cultural. Precisamente eso fue lo que Emmanuel
Kant quiso revelarnos en su famoso Opúsculo “Contestación a la pregunta ¿qué es la
Ilustración?” de 1784. No me
resisto a leerles su comienzo, el primer
párrafo de la misma. En él nos dice Kant
lo siguiente.
“La Ilustración
es la liberación del hombre de su culpable minoría de edad. La minoría de edad
significa la imposibilidad de servirse de su razón sin la guía de otro. Esta
minoría de edad es culpable porque su causa no
reside en la falta de razón sino de decisión y valor para servirse por
sí mismo de ella sin la tutela de otro. ¡Sapere Aude! ¡Ten el valor de servirte
de tu propia razón: he ahí el lema de la Ilustración”.
Según Kant la pereza y la cobardía son las culpables de esa
minoría de edad y de ese sometimiento del individuo, como pupilo, a la tutela
de otros, impidiendo así su emancipación e imposibilitando “atreverse a pensar
por su propia cuenta” o “a pensar por sí mismo”. Curiosamente este texto
kantiano conecta de alguna manera con el primero de los dos micro-ensayos elegidos por el antólogo
de esta colección, como muestra de mi
modesta obra ensayística: se trata del titulado “Sobre la Verdad y la Ficción”. En él, basándonos en la
platónica alegoría de la caverna, hacemos un recorrido de la influencia
de la misma en algunos hitos o momentos estelares de la literatura europea y universal
Es oportuno destacar y recordar, a este respecto, que cada
época ha diseñado su propia alegoría de la caverna . Acerca de ella,
han reflexionado recientemente - en el primer tercio del siglo XXI, por no
remontarnos a los 24 siglos precedentes- pensadores como el germano Hans Blumenberg, Salidas de caverna (Edit.
Antonio Machado Libros, 2004) o el
joven italiano Diego Fusaro en su
ensayo Idealismo o Barbarie. Por una filosofía de la acción, (Trotta, 2018).
Para Hans Blumenberg esta Alegoría es la metáfora absoluta en la que se pueden leer todas
las prestaciones de sentido que contiene la filosofía en general, y la
platónica en particular. En efecto, desde este símil o relato se aborda el
proceso de ascensión (Anábasis) del prisionero
que se libera de las cadenas de su ignorancia hasta alcanzar la contemplación y
conocimiento de la verdad iluminada por la luz del Sol y, asimismo, se nos
describe la vuelta, el regreso o descenso (Katábasis)
del mismo hasta la oscuridad del mundo de la caverna –esto es: hasta la falsedad organizada del mundo de las
sombras- con el único objetivo y finalidad de ayudar a los prisioneros de
la caverna a liberarse todos juntos
de sus cadenas.
Para Diego Fusaro no existe metáfora alguna que aborde mejor que esta
alegoría platónica el Proceso Ilustrado
de Emancipación de la Humanidad como objetivo y orientación de la teleología
filosófica y desideratum último del
filosofar. En su opinión, en el relato platónico verdad y libertad
sintonizan y se exigen mutuamente, para concluir que aquél que ha contemplado la verdad afronta también -por solidaridad y simpatheia con los sometidos a las
sombras- el deber moral inexcusable de
ayudarlos a alcanzar la luz de la
libertad.
Se trata, en definitiva, de uno de
los temas más notables que atraviesan diagonal o transversalmente toda la
tradición filosófica occidental -que aparece, incluso, en boca de Jesús, en un
conocido texto evangélico del Evangelio de San
Juan: “La verdad os hará libres”- y que constituye el eje vertebrador de cualquier Proyecto Ilustrado, que se sintetiza y
resume en estas dos apuestas: a) La apuesta por la VERDAD, que
implica el desarrollo de una
educación libre, universal, gratuita y
crítica para toda la ciudadanía y el libre acceso a la cultura en todas sus
formas; y b) la apuesta por la LIBERTAD, por el uso
libre de la razón, teórico y práctico, como condición de posibilidad de su auténtica emancipación.
Sólo
así nos acercaremos cada vez más al logro o realización del Proyecto ideal o utópico
Kantiano de la Ciudad Ilustrada como salida (Ausgang)
necesaria del estado de dependencia y de
ignorancia en el que se encuentra, aherrojado,
el hombre del siglo XXI, todavía sometido a las cadenas de la ignorancia y de
la manipulación, como lo estuvo también
en el pasado. Aunque hoy –inmersos como estamos en la caverna mediática y en el universo virtual del Gran Panóptico electrónico
y multinacional- esas cadenas son mucho más insidiosas, persuasivas,
ocultas, poderosas e incontrolables. Sin embargo, mientras caminamos en esa dirección, deberemos ser conscientes de
que este proyecto nunca se verá definitivamente culminado. La utopía -en nuestro tiempo, ya escarmentado de macroutopías y de
ingenierías sociales totalitarias- sólo
puede ser una aproximación asintótica hacia el ideal, pues sabemos que “a
medida que nos acercamos al objetivo perseguido, él se aleja un poco de
nosotros”.
TOMÁS MORENO
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