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jueves, 8 de agosto de 2019

DE LA REALIDAD VISIBLE Y LA INVISIBLE

Para la sección, Pensamiento, del blog Ancile, traemos una nueva entrada que lleva por título: De la realidad visible y la invisible.


De la realidad visible y la invisible. Francisco Acuyo


DE LA REALIDAD VISIBLE Y LA INVISIBLE


Una de las deducciones más necesarias e interesantes de lo expuesto sobre el concepto y realidad de la realidad misma, pasa por el reconocimiento de que lo que podemos percibir de ella es mucho menor de lo que ella es en realidad.

                Aquello que denominamos evidencia experimental exhibe necesariamente una limitación clara, así lo demuestra el hecho de que lo que podemos acceder por conocimiento directo es muy poco: así se deduce de lo que sabemos del universo y sus asterismos o de su fenomenología y naturaleza, ni el constructo o estructura íntima de la materia, ni muchas impresiones sensoriales que damos por sentadas en su aparente certidumbre.

                En todo caso nos vemos obligados a superar cualquier solipsismo si queremos hablar con cierta propiedad sobre la cuestión de la realidad, más aún cuando hoy podemos acceder a elementos sensoriales artificiales que pretenden simular una realidad concreta, hablamos de los artefactos generadores de realidad virtual. ¿Cómo distinguir la genuina realidad de una generada artificialmente? Todo parece indicar que esto va a depender de la capacidad de interacción de la virtualidad con la realidad de lo artificialmente generado y del grado de impredecibilidad que contenga la realidad virtual generada. De todas formas, lo que cabe inferirse en cualquier caso es que la experiencia sensorial será siempre una infinitesimal parte de la totalidad (que es la que a la ciencia interesa) la que finalmente seremos capaces de captar.

De la realidad visible y la invisible. Francisco Acuyo                Pero también es cierto que la distinción entre lo virtual o artificial de una realidad creada, no solo no es clara, sino que muchas de las maneras de conocimiento de las que somos acreedores muy bien pueden considerarse como virtuales: en muchos aspectos las abstracciones matemáticas los son, así como el ejercicio imaginativo que no es, precisamente, portador de un conocimiento directo y, acaso, porque nuestra experiencia sensorial tampoco lo sea.


                ¿Significa (inferido de lo anteriormente señalado) que la realidad independientemente de nuestra observación y experiencia no tiene una realidad intrínseca? ¿O, simplemente, es que no podemos apercibirla directamente?

                Que tengamos que aceptar que el conocimiento que tenemos de la realidad es en el fondo virtual, hace de la realidad universal una problemática de resolución bastante delicada y de no fácil acercamiento por su compleja e insólita naturaleza. Nuestra propio acercamiento a la realidad no deja de ser antrópico, así como que todas nuestras respuestas o soluciones (científicas) a dicha problemática habrán de conducir a nuevos problemas que, a su vez, exigirán nuevas explicaciones (K. Popper). Hasta aquí, me atrevo a conjeturar que es extremadamente difícil, si no es un error, la distinción radical y taxativa del sujeto que observa  y del objeto observado, ya que nos hace mantener la ilusión de un yo capaz de distinguir objetos.

                A tenor de todo lo expuesto en la serie de reflexiones sobre la realidad que hemos llevado a cabo en estas entradas, es muy razonable pensar que la realidad puede ser ambivalente en tanto que responde a unas singularidades constatables en el ámbito de la ciencia de la física clásica y otras en el ámbito de la mecanocuántica, pero ¿es cierto que hay dos tipos de realidades en atención a su naturaleza y estructura? ¿ Y, de ser así, qué papel juegan las matemáticas, habida cuenta que tanto en una y otra realidad son fundamentales para establecer pilares idóneos para su conocimiento? Sobre estas y otras cuestiones hablaremos en entradas posteriores de este blog Ancile.






Francisco Acuyo



De la realidad visible y la invisible. Francisco Acuyo



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