PÁGINA PRINCIPAL Y PERFIL COMPLETO

jueves, 9 de diciembre de 2021

EL SIGNO MATEMÁTICO Y LINGÜÍSTICO : LA CONCIENCIA EN LO MATERIAL DEL MUNDO

 Para la sección de Ciencia del blog Ancile traemos una nueva entrada para seguir incidiendo en el territorio de los signos y sus diferentes y sorprendentes apreciaciones, y lo hacemos en esta ocasión bajo el título: El signo matemático y lingüístico: la conciencia material del mundo.


EL SIGNO MATEMÁTICO Y LINGÜÍSTICO :

LA CONCIENCIA EN LO MATERIAL DEL MUNDO

 

 

El signo matemático y lingüístico: la conciencia material del mundo. Francisco Acuyo



Con el experimento de selección diferida (delayed choice),[1] John Wheeler, hubo de mostrar cuán diferente se manifiesta la realidad cuántica de la clásicamente descrita y apercibida:  un fotón puede estar simultáneamente en dos lugares a  la vez, pero además,  los observadores del experimento pueden decidir si el fotón está en los dos lugares o sólo en uno. La ciencia empírica constata un hecho sorprendente que sucede en el seno de lo más íntimo de la materia, mas, ¿qué quiere decir esto?, ¿cuál es el significado que encierra, si es que conlleva alguno?

                Que la materia corpuscular en el dominio de lo infinitamente pequeño muestre una realidad tan peculiar como paradójica encierra, no sólo la complejidad y extrañeza de su intrínseco funcionamiento, también la situación no menos sorprendente en la que dicha realidad cuántica es a todas luces superpuesta (al tiempo, decíamos,  el naipe cae a la derecha y a la izquierda, evolución unitaria en matemáticas, y según la ecuación demostrada de Schrödinger) hasta que el milagro de la consolidación (o colapso, caída a la derecha o a la izquierda del naipe)  de su realidad es provocado por el que observa, o lo que es lo mismo por la conciencia que altera dicha evolución unitaria.

El signo matemático y lingüístico: la conciencia material del mundo. Francisco Acuyo

                El signo matemático, e incluso el lingüístico, adaptado a las singularidades del mundo cuántico no hace sino ofrecer graves problemas a la hora de una obtención de significados coherentes para poder ser explicados a la luz de un lenguaje ordinario (empapado por la visión convencional de las relaciones de causa y efecto de la física clásica). El signo lingüístico ha de configurarse de manera distinta a la hora de representar realidades tan extrañas que ponen en cuestión la misma lógica que fundamenta su funcionamiento lingüístico común. Se precisa acaso de un lenguaje desviado (recuerden la poesía) del uso convencional del lenguaje (que traspase los límites de espacio y de tiempo del sentido común). El recurso a elementos retóricos que se sitúan en el límite mismo de la expresión racional son naturalmente aceptados en el modo desviado del uso poético de la lengua. No es extraño que muchos científicos recurran a las metáforas, las sinécdoques, las sinestesias, las metonimias y toda suerte de analogías para, no solo hacer entender su funcionamiento, sobre todo para dar un significado coherente al dominio de realidad en el que se mueve y estructura dicha realidad.

                Esta situación nos trae a la memoria la cuestión interrogada tiempo ha, de si los límites de nuestro lenguaje son los límites de nuestro mundo,[2] para derivar, finalmente  ¿hasta dónde los límites del conocimiento no son también los límites del lenguaje?[3], o lo que es lo mismo: ¿existe lo que no soy capaz de expresar con el lenguaje (ordinario, matemático, lógico, literario, metaliterario…)?[4] Todas estas y otras interrogantes nos devuelven a la necesidad de una nueva semiótica del espacio tiempo acorde con la realidad inaudita a la que nos enfrentamos.

                Las diversas concepciones relacionistas[5] del espacio tiempo comparten un principio de vinculación que, con Leibniz infieren que el espacio (y el tiempo) no son sino la interacción entre los objetos, y  interacción que en la nueva física cosmológica y cuántica (entrelazamiento cuántico) tienen una gran preponderancia. En cualquier caso, es harto interesante observar cómo el discurso retórico (y su cohorte de figuras literarias) hace que la búsqueda de significados en este ámbito básico de la materia entre a formar parte nada menos de aquello que denominamos función poética.

    Veremos que también la semiótica tiene que aportar mucho a estas consideraciones, esto será en próximas entradas del blog Ancile.

 

 

Francisco Acuyo



[1] Hablamos del célebre experimento de la doble rendija en la que los electrones pasan produciendo un patrón de interferencia.
[2] Wittgenstein, L.: Tractatus lógico-philosophicus, Alianza Universidad, Madrid, 1984
[3] Acuyo, F,: Blog Ancile, Retórica de los límites expresivos y conceptuales en la ciencia (¿y la filosofía?), https://franciscoacuyo.blogspot.com/2018/09/retorica-de-los-limites-expresivos-y.html
[4] Ibidem.
[5] Las basadas en el principio holográfico, la teoría de cuerdas





El signo matemático y lingüístico: la conciencia material del mundo. Francisco Acuyo


No hay comentarios:

Publicar un comentario