Para la sección de Noticias del blog Ancile, traemos hoy la primicia de la presentación del número 14 de La ciudad ilustrada, de Entorno Gráfico Ediciones, dedicado al profesor, investigador, crítico y escritor Antonio Chicharro Chamorro. El acto tendrá tendrá lugar el día 11, viernes, de este mes de febrero, a las 19.30 horas en la sede de la librería Picasso, en la calle Obispo Hurtado. Intervendrán en el acto el editor de Entorno Gráfico Ediciones, José Antonio Rodríguez y el poeta Francisco Acuyo, quien conversará con el ilustre invitado de este pliego. En este post mostramos uno de los texto de dicho pliego.
Fotografía de Francisco Fernández |
LA CIUDAD ILUSTRADA Nº14,
CON ANTONIO CHICHARRO CHAMORRO
Francisco Ayala, una institución[i]
Poca
duda cabe de que el escritor granadino Francisco Ayala es, entre nosotros, una
institución, es decir, que posee un prestigio debido al conjunto de su plural
obra y a la trayectoria ejemplar de una vida que ha transcurrido por la casi
totalidad del convulso siglo xx
llegando felizmente a nuestros días. Estas circunstancias, a las que ha de
unirse el hecho de, como él mismo ha dicho en varias ocasiones, se haya
“sobrevivido” hasta poder celebrar en el año 2006 el centenario en vida, han
hecho que su figura de escritor haya saltado más allá de sus lectores
habituales provocando además la necesidad de proceder con él y con su obra a
otra clase de institucionalización.
Me refiero a la institucionalización
que supone la dotación de una muy noble sede para la fundación que lleva su
nombre, una fundación que tuvo sus comienzos años antes del centenario, en
1998, y en la que tanto esfuerzo pusieron las universidades de Sevilla y de
Granada y, más concretamente, los profesores Vázquez Medel y Sánchez Trigueros.
Pues bien, fue el día 19 de marzo de 2007 cuando, con la presencia del propio
Francisco Ayala, se procedió a la inauguración de ese espacio cultural, de esa
nueva sede que materializaba así ante los ojos de nuestra sociedad la importancia
y el prestigio a que acabo de referirme, pues no debe olvidarse que una
institución así constituye un instrumento social que viene a asegurar la
conservación, difusión y memoria de una obra y de un escritor cervantinamente
ejemplares. No en balde la Fundación Francisco Ayala (FFA) tiene por objeto
“custodiar el legado creativo, intelectual y material de Francisco Ayala y
promover el estudio y la difusión de su obra como precursor de la renovación de
la prosa española de vanguardia, la narrativa y el ensayo del exilio, el
pensamiento social y la teoría y la historia literarias”, asumiendo la apuesta
ética de Francisco Ayala en defensa de la libertad, entendida como patrimonio
individual y compromiso social.
El palacete de Alcázar Genil,
antigua almunia propiedad de la familia real nazarí, mandada construir a
comienzos del siglo xiii en las
inmediaciones del río Genil, aunque profundamente restaurada en los siglos xix y xx,
ha sido destinado a albergar la Fundación Francisco Ayala. El soleado día de su
inauguración constituyó, entre naranjos, una fiesta de la cultura de Granada en
la que estuvieron representadas las diversas instancias políticas y sociales.
Nuestro centenario escritor había logrado el consenso de instituciones y
personas.
Pues bien, allí se guardan los
particulares instrumentos que dan sentido a esa institución: libros, objetos y
documentos personales, además de una biblioteca, esto es, los signos de una
vida entera al tiempo que la condición de la memoria. Allí se custodian tanto
las primeras como las más recientes ediciones de libros fundamentales como Los
usurpadores, La cabeza del cordero, Historia de macacos, Muertes
de perro, El jardín de las delicias y Recuerdos y olvidos,
esperando la resurrección lectora y la inteligencia de los investigadores.
Antonio Chicharro
[i]“Francisco Ayala, una institución”, Anuario Granada
2008. Crónica del año 2007, Granada, Asociación de la Prensa de Granada, 2008,
pp. 102-103.
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