Ciertamente los dominios de la nueva física, con la relatividad, la mecánica cuántica y la teoría del caos, lleva indefectiblemente a consideraciones que van más allá de sus resultados y funcionamiento perfectamente comprobados, y acaba por llevarnos a la indagación filosófica y sobre todo de significados de lo que ellas aportan al mundo del pensamiento, por eso, y para la sección de Ciencia del blog Ancile, traemos bajo el título: Curiosidades de la materia y la conciencia: ¿Es el origen de la materia, material?, esta y otras entradas que creo que pueden ser de curiosidad al menos, sino de interés y fascinación.
CURIOSIDADES DE LA MATERIA Y LA
CONCIENCIA
¿ES EL ORIGEN DE LA MATERIA,
MATERIAL?
No resulta exagerado que, a la
hora de buscar significados sobre el factor fundamental de la conciencia en la
fundamentación realidad de la materia, haya llevado al dominio de la mecánica
cuántica al fenómeno más grande estupefacción de nuestros últimos tiempos. SI
la conciencia (como observador), según establece esta disciplina de la física,
es el fenómeno que colapsa la potencia de ser o no en materia, sin que esta
última tenga facultad de rehusar a serlo sino es en virtud de aquella; a cuya
luz nos parece del todo legítimo interrogarnos a su vez sobre el origen
(material o no) de la materia; pero, inevitablemente del origen también de la
misma conciencia.
Si
aceptamos que el observador juega el papel fundamental en la consistencia del
colapso material de una partícula subatómica, en virtud de este apriorismo
poder interrogar: ¿será la conciencia origen de la materia? ¿Tiene algún
sentido esta interrogante? O, mejor aún ¿Qué significa esta realidad interrelacional
entre la conciencia y la entidad de la materia, que es en virtud de la
observación cuando [1]obtiene
consistencia? O es que ¿por no acceder al prejuicio de lo material está
prostituida la verdad del origen de su consistencia? O ¿debemos aceptar las
sugestiones de una concepción general y acaso falsamente aceptada, y
entregarnos a un nuevo (en realidad, ya viejo) credo que nos abandona a los
vértigos y errores de la ignorancia?
Ciertamente,
aceptar que la materia es un producto de la conciencia sería asentir sobre un
argumento que pone patas arriba no solo el sentir común de la ciencia clásica,
también aquellas intuiciones mediante las que creíamos entender la realidad, y
que dábamos por hechos incontestables por resultarnos en su apariencia obvias.
Cuando Eddington afirmaba
que la materia es fundamentalmente espacio vacío fantasmal, exponía una
realidad cuando menos intrigante para toda suerte de materialismo, o lo que es
lo mismo, se puede deducir que la materia tiene poca o ninguna sustancia (Peter
Russel).
El
exótico efecto de elección retardada (descrito por John Wheeler) en el
la elección del presente o las elecciones del futuro cambiarían el pasado, en
realidad nos llevan a un concepto topológico de tiempo. Esta no linealidad anti
intuitiva sería la que movió a Gödel a concluir que en realidad el tiempo no
existe y que en realidad es una ilusión persistente. Así le parece al menos a
este humilde intérprete que no está en el secreto de los negocios de la ciencia
de lo infinitamente pequeño y traduce el augusto consejo de los ilustres y avisados
matemáticos y científicos.
Pero
es que a extrañas conclusiones similares nos lleva esta relación de resultados experimentales
en torno al mismo espacio y su no linealidad, deducible también de la teoría
del caos, que muy bien podría(n) llevarnos a una conclusión bastante
inquietante, sobre todo para la física netamente materialista, que es posible
una teoría inmaterial de la conciencia. Sobre esta conclusión final, hablaremos
en próximos post de este blog Ancile.
Francisco Acuyo
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