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viernes, 20 de enero de 2023

EL LENGUAJE DE LA PARADOJA Y SUS MUCHAS Y CAUTIVADORAS CURIOSIDADES

 Seguimos indagando sobre las paradojas y los significados de las mismas a la luz de las nuevos paradigmas de la ciencia, y todo para la sección de Ciencia del blog Ancile, esta vez bajo el título de: El lenguaje de la paradoja y sus muchas y cautivadoras curiosidades.

 


 EL LENGUAJE DE LA PARADOJA  

Y SUS MUCHAS Y CAUTIVADORAS CURIOSIDADES




El lenguaje de la paradoja y sus muchas y cautivadoras curiosidades. Francisco Acuyo



CUANDO el filósofo Christian de Quincey enunciaba, respecto a la observación científica de la conciencia, que uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan filósofos y científicos de la conciencia es encontrar los conceptos, las palabras y las metáforas adecuadas[1] para explicarla, exponía una cuestión de capital importancia, pero acaso de rancio y viejo abolengo para los estudiosos del no menos fascinante mundo de la semiosis.

                La significación en lingüística es el fundamento de cualquier vía de comunicación mediante el lenguaje que, hay que señalar, va más allá de la mera comunicación interpersonal, de hecho, a la hora de entender procesos más profundos de expresión verbal, será el momento comunicativo donde mejor veamos las insuficiencias del lenguaje personal intercomunicativo, pues centrado en salvar el espacio, deja fuera de sí la comunicación intrapersonal, cuyo lenguaje interno se desarrolla temporalmente. Esta interacción espacio temporal de la significación tiene mucho que ver con la insuficiencia lingüística para observar el ámbito de las curiosidades paradójicas en las que suceden los fenómenos que estudian los paradigmas científicos de la nueva ciencia, que se dirían estar fuera de esos parámetros espacio temporales, violando el principio básico de todo lenguaje, cual es el de propiamente significar (Benveniste).

El lenguaje de la paradoja y sus muchas y cautivadoras curiosidades. Francisco Acuyo
                Las dificultades para hallar una significación a estos procesos y fenómenos estudiados por, digamos, como ejemplo, la física cuántica, es proverbial, porque los signos en general, y sobre todo los verbales en particular, necesitan ser tratados teniendo presente su significación. Establecer una semántica coherente, digamos, también como ejemplo particular, de la dualidad onda partícula, necesita de una aceptación extraña de significado que es complicada de entender, y esto porque se establece una contradicción entre la relación del signans y el signatum, es decir: entre lo que es perceptible (signatum) y lo inteligible o aspecto traducible del signo. Por eso decíamos que en verdad existe un problema más que lo que la realidad físico cuántica ofrece, como la de encontrar un lenguaje capaz de hallar significados a aquella realidad aparentemente controvertida y extraña.

                Si hacía mención con anterioridad a la poesía como parangón con el que contemplar y superar dicha aparente contradicción, será porque aquella esta fundamentada en el signo verbal como tal, a saber: está centrada en el sonido (aspecto perceptible) y el significado mediante su interrelación singular. Si la semántica en poesía es de capital importancia para su análisis (científico mediante la poética), lo será también para encontrar significados en ese mundo de paradojas de la nueva ciencia, por lo que debemos centrar nuestro esfuerzo en construir una poética que dé sentido a una semántica de aquellos fenómenos cuyos significados sean inteligibles a su lector.

                Para la ciencia de los signos verbales (la semiótica) se abre un reto de extraordinaria importancia para afrontar estas curiosidades y paradojas de la ciencia (acaso como trata de hacer con las que les propone el singular mundo expresivo de la poesía), ante todo porque el reto semántico entre los potenciales componentes de su discurso (fonémicos, morfemas, palabras, estructuras sintácticas, frase y segmentación el mismo) es en verdad fascinante, ya que en este domino paradójico es donde se ofrece el mayor desafío para diferenciar, no solo los significados gramaticales y léxicos, también los de sentido más profundo que exhortan a un profundo desarrollo lingüístico. En este punto recomiendo hacer una incursión en los estudios sobre la sinestesia y el orbe inmenso de paradojas que ofrece su fenomenología.[2]

                Si el gran propósito del ejercicio del lingüista es esclarecer la relación entre el significado general de un signo verbal y su contexto y dependencia contextual, estamos, al igual que sucede con la hermenéutica de la poesía, en un ámbito de estudio de excepción para aclarar dichas relaciones y su incidencia en el propósito creativo de cualquier lengua, y que acabará conectándonos en su interpretación con la tradición retórica y la doctrina de los tropos que, acaso como la sinestesia, también requieren una profunda revisión.

                Seguiremos indagando en próximos post del blog Ancile sobre asunto tan profundo y sugestivo.

 

Francisco Acuyo



[1] Ob. cit. pág. 93.

[2] Acuyo. F.: ob. cit.





El lenguaje de la paradoja y sus muchas y cautivadoras curiosidades. Francisco Acuyo


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