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sábado, 12 de octubre de 2024

EL ARTE COMO AUTORREFLEXIÓN TERAPÉUTICA Y COMO CRÍTICA DE LA REALIDAD CONVENCIONAL O ADQUIRIDA

 Para la sección de Ciencia del blog Ancile, traemos un nuevo post que insiste sobre el arte como terapia, bajo el título: El arte como autorreflelxión terapéutica y como crítica de la realidad convencional o adquirida.


EL ARTE COMO AUTORREFLEXIÓN TERAPÉUTICA

 Y COMO CRÍTICA DE LA REALIDAD

 CONVENCIONAL O ADQUIRIDA

 

El arte como autorreflelxión terapéutica y como crítica de la realidad convencional o adquirida. Francisco Acuyo

En el ejercicio de creación  artístico, pongamos como ejemplo, el poético, siempre me pareció un tránsito creativo en el que se dinamiza no solo la conciencia autorreflexiva (la conciencia al uso en la que reconocemos nuestro yo), sino una suerte de conciencia mucho más amplia en la que deberíamos de incluir lo que denominamos inconsciente, y que trae a colación elementos de una realidad  mucho más profunda, diría, que integradora, uniabarcadora, que ciñe de manera similar a como lo hacen los mitos, un mundo plenamente consciente. Esta capacidad de reconocimiento interior conectado con la realidad de lo que es o puede ser consciente, tiene un efecto terapéutico realmente extraordinario, pues a través de este se participa de todos los procesos dinámicos de los que la mente es potencialmente capaz.

                En cierto modo, eso que denominamos inspiración artística, poética en este caso, no es más que caer en la cuenta que no hay ningún mundo fuera de la conciencia. La teoría materialista de la verdad se pone en seria cuestión, ya que la visión subjetiva es la prevalente, pero por ser subjetiva no es menos real. O lo que viene a ser igual, solo la experiencia subjetiva es real, y toda experiencia subjetiva por lo tanto lo es.[1]

                El arte nos enseña que la realidad es ambivalente en tanto que es personal y colectiva, y que una y otra tienen nexos comunes que son validadas por la conciencia. Es así que los instrumentos del poeta (la metáfora, por ejemplo) sirven para acceder a aquella realidad que trasciende lo consciente para indagar lo inconsciente y conciliar a ambas. En la percepción atenta de este fenómeno conciliatorio podemos contemplar. para una evaluación crítica nuestros propios pensamientos, siendo esta acción terapéutica en grado extremo para reconciliarnos con nosotros mismos a través del autoconocimiento.

El arte como autorreflelxión terapéutica y como crítica de la realidad convencional o adquirida. Francisco Acuyo
                El arte, la poesía, en lo que a mí concierne, es una plataforma única para contemplar la gran ilusión de la humanidad que cree que comparte el mismo mundo. Ayuda a ser más pacientes con nosotros mismos al entender que las convenciones aceptadas son las que han hecho surgir el dogma de un mundo objetivo y netamente cuantificable. Las grandes logomaquias son, desde la óptica crítica del artista, puestas en cuestión, y ofrecen la tranquilidad al que pensaba que su neurosis era algo extraordinario e incapacitante, porque aquellas convenciones son nacidas de experiencias igualmente personales. La cuestión de la extrañeza de los comportamientos y de la idiosincrasia de cada cual es una cuestión de sintonía, y si hay sufrimiento, de empatía.

                La poesía, el arte, nos enseña algo esencial para no enfermar ante las potenciales confusiones y contrastes que se nos ofrece aquella realidad colectiva convencionalmente aceptada, que no hay ni puede haber nada fuera de la realidad de la mente, de la conciencia misma. Lo que llamamos objetos de referencia objetiva, están implicados íntimamente con la conciencia. Saber esto es contemplar la herramienta, el útil imprescindible del impulso creativo que mueve cualquier tipo de arte para hacernos entender que no somos iguales, pero tampoco tan distintos, nos ayudará a reconciliarnos con el mundo de lo real colectivo con el nuestro propio.

                Lo que entendemos como movimientos de la mente que nos conectan con el mundo y acaban conformando nuestra subjetividad, nuestra experiencia, a través del impulso creativo del arte, se sitúa en el lugar de lo nunca visto, de lo nuevo, que no es sino el vacío, la nada desde la cual ha de crearse el singular producto artístico que, paradójicamente (ya lo advertía en relación a la poesía como ciencia de la paradoja), trasciende cualquier conocimiento o experiencia.

                Indagaremos sobre estas y otras cuestiones que pueden considerarse como fundamentos para cualquier arteterapia que pretenda afrontar trastornos a través de la creación artística, esto será en próximas entradas del blog Ancile.

 

 

Francisco Acuyo

 

 



[1] Kastrup, B.: ¿Por qué el materialismo es un embuste? Atalanta ediciones, Gerona, 2021, pág. 167.



El arte como autorreflelxión terapéutica y como crítica de la realidad convencional o adquirida.


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