Bajo el título de, Entre el ser y la nada creativos: por una terapia del arte para una conciencia plena. traemos una nueva entrada para la sección de Ciencia del blog Ancile
ENTRE EL SER Y LA NADA CREATIVOS:
POR UNA TERAPIA DEL ARTE
PARA UNA
CONCIENCIA PLENA
Es claro que el verdadero artista,
el genuino poeta, pretende (como el filósofo), pero más allá de los límites de
lo razonable convencional, indagar las profundidades del origen y destino en lo primero último de todas las cosas. Es
esta una ambición totalmente natural para la conciencia creativa. Insistimos que la falta de
respuesta o inhibición de es ¿pulsión?, puede llevarnos al sufrimiento y la enfermedad. Mas, esta acción creativa se mueve entre la paradoja del vacío inicial creativo
y la materialidad de su producto. Nos parece claro, que este ejercicio demiúrgico es altamente saludable,
pues, nos pone en contacto con lo que no alcanza el discurso de lo razonable.
Además,
el arte nos pone en comunicación con la acción o la dinámica que afecta a libertad de
hacer, de pensar y de sentir, e incluso de imaginar con mayor o menor grado de
certeza y de manera extrañamente paradójica más allá de la propia experiencia, y esto, aunque el artista se maneje en el ámbito de la razón,
del concepto y de la misma lógica. La libertad (de creación) es el
atributo y cualidad donde se dinamiza y se hace real el impulso creativo.
Nada más terapéutico que moverse libremente en los territorios de la mente
construyendo el mundo.
El
arte es la manera que tiene el ego para superar la estructura viciada de la
psique para poner en marcha esa libertad que implica crear y que cambiará aquella consistencia viciada de la
mente. Que esto es así, se deduce de la neuroplasticidad que puede producir la
actividad artística. De hecho el arte es la manera, o mejor, la expresión más
completa para dar sentido a lo que ocurre en el ámbito de lo que supuestamente conocemos. Esta
potencia creativa para dar sentido es la vía terapéutica por excelencia a
nuestras tribulaciones y neurosis, y mediante esta, hallar el modo de
autolocalización que nos complete en la conciencia.
La
indagación creativa y su producto de creación es la muestra patente de que la
personalidad, la identidad del que los lleva a cabo es un proceso y que nos son sino una fase de una totalidad aún incompleta. Es la puesta en
evidencia de que todo lo que percibimos es una visión o una imagen parcial de la totalidad a la que aspira el impulso creativo, es decir, la plena
conciencia.
En
realidad, a lo que pretendo llegar a través de la indagación sobre el carácter
terapéutico del arte y del impulso y posterior procedimiento creativo, es que
todos estos elementos en su conjunto actúan para alterar las propias
estructuras psíquicas en pos de llegar a una apreciación menos parcial y más
genuina de lo que la realidad sea. Este impulso creativo, inhibido
por la realidad convencional, dará cauce a emergencias
espirituales que se manifiestan en forma de trastornos, dolencias, neurosis y afecciones
varias.
Personalmente,
aprendí a través de la poesía, que gracias al impulso creativo de aquella, la
conciencia puede reflejarse como el íntimo tejido de toda
existencia.
Francisco Acuyo
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