Para la sección del blog Ancile de Ciencia, traemos un nuevo post titulado: La analogía y la representación como terapia: El ser de la conciencia.
LA ANALOGÍA Y LA REPRESENTACIÓN COMO
TERAPIA:
EL SER DE LA CONCIENCIA
El arte, como vía de transmisión
y expresión de emociones, pensamientos, como manera, en fin, de intuición y
conocimiento que aspira a alcanzar la belleza, tiene una característica muy
singular, la manera de adquirir aquellos rasgos que lo hacen genuino y
especialmente terapéutico: se lleva a cabo mediante el ejercicio de la analogía
y su poder simpatético que lo interrelaciona e integra de manera extraordinaria con el
entorno. Este rasgo peculiar creativo lo emparenta con la voluntad instintiva
de sanar, si se enferma, ya que esta vía de sanación es netamente creativa ya que lo que pretende es llevar a su estado original al cuerpo o la mente enferma. Parece que esta
voluntad es rechazada en una terapéutica mecanicista.
La
crisis de la enfermedad, como la del creador dando forma a su obra, pueden
manifestarse como auténtica catarsis con la que afrontar su trastorno o la de
enfrentar la obra de arte potencial. Esta energía que puede ser terapéutica
está fundada en lo más hondo de la conciencia (concepto amplio en el que
nosotros incluimos los procesos inconscientes).
El
deseo o voluntad de curación nada en las mismas aguas del anhelo de crear algo
nuevo con lo que expresar y comunicar y dar sentido a una vida en el artista.
Es esta una fe misteriosa que no se sustenta en nada tangible, que se sumerge en
lo más profundo del espíritu, de la psique, de la conciencia, a la búsqueda del
milagro de la creación.
La
pasión creadora es terapéutica porque es una espita o escape extraordinario para
los trastornos que pueden torturar la vida psíquica pues, a través de ella se
hace posible la realización de un sentido, de un significado de vida. Ya no hay
hueco para la enfermedad, solo para la pasión creadora. Esta psicología del
instinto creativo (curativo) es de una importancia no suficientemente ponderada
en la actualidad.
Imbuidos por la pasión creativa del organismo vivo que es el arte, podemos afirmar que es la manifestación más potente para hacernos caer en la cuenta de que el ser único mediante el que obtenemos conocimiento es la conciencia, o como lo han denominado algunos autores (Jung), el ser psíquico. Este caer en la cuenta es altamente terapéutico ya que el reconocimiento de que cualquier realidad sería inconsistente sin este ser que es la conciencia. La ciencia moderna adolece de la ausencia de esta apreciación fundamental, pero también podíamos incluir a las propias ciencias de la salud y la biología. El carácter soteriológico o salvífico del arte se fundamenta precisamente en este reconocimiento interior, el cual debería incluirse en la metodología científica, para hacer del ejercicio de la ciencia, una inmersión también en el orbe de la creación, como lo hace el arte. De hecho, ¿hasta qué punto una buena terapia no solo es una instrucción científica, sino también artística?
Que
es muy necesaria una revisión y una crítica profunda a los modelos de
conocimiento y reconocimiento de la realidad de los trastornos y enfermedades mentales,
sino también físicas, es evidente. Añadiremos alguna reflexión más sobre esta
cuestión en próximas entradas de este blog Ancile.
Francisco Acuyo
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