EL SIGNIFICADO
CUÁNTICO
O EL SENTIDO DE LA VIDA
Tras el enigma cuántico[1]
derivado del rigor en los cálculos físicos que se extraen de su aparato físico
matemático, perfectamente exacto en sus predicciones, se extrae automáticamente
la necesidad de encontrar algún significado en estos extraños comportamientos
descritos por la propia teoría en el ámbito del mundo subatómico. He mantenido
siempre que la ciencia es una ineludible fuente de reflexión metacientífica en
la actualidad. Una muestra evidente de ello es la teoría cuántica y todo lo que
de ella es deducible más allá del cálculo de sus predicciones.
Esa
instintiva necesidad de encontrar significados en el ser humano parte del hecho
mismo de la existencia (cuestión harto debatida en el ámbito de la filosofía) y
que no parece poder desligarse incluso de unos de los aparatajes más rigurosos
y exactos de la ciencia y de la matemática moderna.
Entendamos
que lo que aquí se debate ya no es solo una cuestión netamente científica,
también es una problemática de pensamiento que abarca a la filosofía y a
cualquiera otra disciplina susceptible de hacerse las preguntas fundamentales.
El buscar las implicaciones de significado a una sistemática que funciona a la
perfección desde la óptica científica no deja de causarme una honda impresión
como persona interesada en la multidisciplinariedad del saber humano, y en la
necesidad
de ser creativos en prácticamente cualquier tarea que nos impongamos,
si en verdad queremos estar a la altura de los significados exigidos por
nuestro espíritu racional, pero también por el corpus emocional de nuestras
intuiciones a la hora de debatir sobre qué sentido (si es que debe tenerlo) la
vida consciente en este complejo mundo en el que trajinamos y debatimos nuestra
existencia.
No
es una cuestión baladí, si es que ha estado y está presente en todas las
sistemáticas de pensamiento y en cualquier cultura con cierta complejidad
estructural, la de dar significado, la de dar sentido prácticamente a cualquier
cosa. Aquí está presente desde el
primigenio y rudimentario método científico a las más complejas y profundas
sistemáticas de pensamiento, así como las intuiciones no menos profundas de
religiones y místicas de trascendencia social, intelectual y también
filosófica. Pero aquí lo que resulta más fascinante es que tenga lugar en una
de las manifestaciones de la ciencia más compleja, exacta y tecnológicamente
más revolucionaria como es la física cuántica. Haremos alguna apreciación más
sobre este interesante y muy sugerente asunto en próximas entradas de esta
sección de, De Juicios, paradojas y
apotegmas, del blog Ancile.
Francisco Acuyo
[1] Así se
ha denominado por muchos físicos al artefacto físico matemático de la física
cuántica, en tanto que mantiene la ya proverbial recomendación a sus
estudiantes del: cállate y calcula”, no haciendo ninguna referencia a las
consecuencias de significado que conlleva el aparato matemático de dicha teoría
que es del todo exacto.