Cerramos los post sobre la materia que hemos llevado para la sección Pensamiento del blog Ancile con esta última que lleva por título: La materia de la nada.
LA MATERIA DE LA NADA
Decíamos que los quarks y los
gluones no son más que una de las muchos de los estratos que componen el filón
de la materia y que dan fe de la enorme complejidad que la organiza, integra y
acomoda.
Una de las cualidades más interesantes
de estas partículas quarks es que no
pueden detectarse si no es formando grupos, jamás aisladas (principio de
confinamiento). Estas partículas ¿virtuales? hacen del espacio vacío un medio
dinámico.[1]
La distinción sin ninguna
diferencia que es la simetría, nos servirá para conocer las propiedades de
cualquier objeto y en física será una herramienta extraordinariamente útil para
verificar nuevas formas de materia y poder establecer leyes más completas para
su descripción y conocimiento de dichas nuevas formas de materia.
Todas estas aproximaciones nos llevarán a un nuevo escenario para
comprender e identificar el vacío de la nada en física. El espacio no será ya
el proscenio o decorado vacío sino una realidad incuestionable que origina
primariamente la materia, como manifestación secundaria del vacío. Herramientas
como la cromodinámica cuántica se revelarán como útiles excepcionales para el
reconocimiento de este medio poderoso de generación de materia.
Así las cosas, insistimos, la nada, el vacío del espacio en física es un medio opimo y vivaz que confiere a nuestro entendimiento una base para comprender la materia y la misma naturaleza de su vacío. Los versos de Lucrecio se ponen en cuestión cuando decía: Estriba, pues, toda naturaleza // en dos principios: cuerpos y vacío // en donde aquéllos nadan y se mueven.//[2]
Las cualidades primarias ( extensión y movimiento) del mundo natural descritas por DesNewton volvió a vaciar el vacío y no será hasta que James Clerk Maxwell proponga una alternativa a estas interrogantes desarrollando nuevas directrices para su respuesta. Ese medio maravilloso[3] será el escenario divino en el que se refleje la gloria de Dios, pero sobre todo proponía la realidad más profunda del vacío y de la misma luz que por el circula y que ni el mismísimo Einstein renunció en forma de medio (éter) electromagnético, y que abriría una puerta a la teoría de campos (cuánticos) para explicar su singular realidad.
La realidad material del vacío
alcanza el culmen y apoteosis de su desarrollo con la demostración de la
actividad fluctuante de su nada en forma de condensados, formados por partículas como el quark y los antiquarks,
siguiendo el siguiente y excepcional y sorprende esquema: nada = quark
+antiquark + energía, como si no se necesitara ningún ingrediente inicial.[4]
Esta sorpresa no será la única en
las relaciones entre la materia y el vacío de la nada, y de algunas más daremos
cuenta en siguientes entradas del blog Ancile.
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