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domingo, 28 de mayo de 2023

ANTONIO CARVAJAL LEE SUS VERSOS A JOËLLE GUATELLI-TEDESCHI

 Para la sección de poesía del blog Ancile, traemos una bella primicia de nuestro querido y muy admirado poeta y amigo Antonio Carvajal, soneto escrito en versos eneasílabos que suena como ecos de octonarios franceses, dedicado a la profesora y traductora de sus poemas, Joëlle Guatelli-Tedeschi,  poema bajo el título de un verso de Paul Valery: Perdu ce vin, ivres les ondes (Perdido el vino, ebrias las ondas)




Perdu ce vin, ivres les ondes (Perdido el vino, ebrias las ondas) Antonio Carvajal




PERDU CE VIN, IVRES LES ONDES

(PERDIDO EL VINO, EBRIAS LAS ONDAS)



Perdu ce vin, ivres les ondes 


         Paul Valéry

Para Joëlle Guatelli




Perdido el vino, ebrias las ondas, 

queda la fiesta bajo el velo 

de las remotas gracias hondas 

y las palabras en desvelo.


Brindé por ti cuando esperaba 

con una casi fantasía

la nieve alada, la voz brava 

de mi canción con pedrería 


de la palabra que regala 

vinos dorados, flor y gala 

del bello verso en rico idioma.


En mis poemas con tu aroma 

queda el regusto de la miel 

 de tus afanes, mi Joëlle.




Antonio Carvajal



Perdu ce vin, ivres les ondes (Perdido el vino, ebrias las ondas) Antonio Carvajal



AUDIO DEL POEMA CON LA VOZ DEL POETA

viernes, 26 de mayo de 2023

EL LENGUAJE MATEMÁTICO ¿Y POÉTICO?) MÁS ALLÁ DE LA EXPERIENCIA DETERMINISTA

 Acaso sea la matemática (y la poesía en cuanto tiene de parentesco con la matemática) la vía más peculiar, pero también más segura de indagar en la realidad sustancial de ese no algo que es la conciencia; para esta indagación, este nuevo post de la sección de Ciencia, del blog Ancile, bajo el título: El lenguaje matemático ¿y poético?), más allá de la experiencia determinista, dice lo que sigue.


EL LENGUAJE MATEMÁTICO ¿Y POÉTICO?)

MÁS ALLÁ DE LA EXPERIENCIA DETERMINISTA


 

El lenguaje matemático ¿y poético?), más allá de la experiencia determinista, Francisco Acuyo

Cerrábamos el anterior capítulo de estas reflexiones sobre la información y el apogeo de esta, y como resultado más espectacular la IA. Centrándonos en las matemáticas, base de toda ciencia de la información, pasamos a exponer nuevas dudas al respecto sobre lo que realmente sabemos del universo y de la conciencia a través de esta vía de conocimiento, y si es capaz de responder a cuestiones como:. ¿Cómo es que una abstracción puede describir la materialidad del mundo con tanta precisión? ¿Puede la conciencia a través del razonamiento puro explicar, concretar e incluso construir las propiedades de lo que consideramos realidad tangible? ¿Es cierto que, en palabras del filósofo Charles Peirce, en verdad todavía falta algo secreto por descubrir?

                La IA ha puesto en evidencia que los patrones sobre los que se edifica no son tan nuevos, si como así parece están estructurados sobre algoritmos e ideas estadísticas ofrecidas en nuevas capas o pasos computacionales, que la arraigan a una matemática básica incorporada a su sistema de proceso de datos, pero que no puede crear conocimiento nuevo alguno. El positivismo determinista, a mi juicio, de esta inteligencia, es precisamente el sepulcro de sí misma y por lo que no puede ser equiparable a la humana. No obstante, también es cierto que, cuanto mayor sea nuestra dependencia de esta manera de computar matemáticamente, más en peligro ponemos la inteligencia (y la conciencia) propia(s) al intentar encontrar niveles comparables, consiguiendo sólo una depreciación o devaluación de nuestras propias capacidades creativas.

El lenguaje matemático ¿y poético?), más allá de la experiencia determinista, Francisco Acuyo
                Dicho esto, puede que, en virtud de esta depreciación de la inteligencia humana (en pos de los automatismos de la IA), podamos entender que, aquella, no sea sino una manera expresa para ver (si queremos mirar) la ilusión de la eficacia total y definitiva de este tipo de matemática; y en este caso, ¿qué hemos de hacer con toda la ingente cantidad de ideas y proposiciones matemáticas que no han encontrado, por el momento, aplicación práctica ninguna?

                Existe, sin embargo, un fundamento especialmente importante en cualquier aproximación del lenguaje matemático, al margen de su eficacia, y que muy bien puede emparentarlo a lenguajes muy singulares (como la poesía): la búsqueda de la belleza y elegancia en sus expresiones formales y sus estructuras constitutivas. En cualquier caso, nos fascina ver la sugestiva conexión entre nuestros pensamientos (a través de las expresiones matemáticas y poéticas) y el propio universo. Se establece un diálogo que nos habla de similitudes y parentescos enigmáticos,. Se dirá que queda resonando el eco de una inteligencia que hace posible esta interacción, y que nosotros no nos cansamos en identificar con el término de ese no algo intangible que es la conciencia.

                Será, no obstante, necesario reconocer la compleja problemática del lenguaje para comunicar esta aproximación última deducida, lenguaje que emparenta a la matemática pura más creativa con el lenguaje poético, como instrumentos más aproximados para describir aquella realidad última, portadora de los recursos trópicos con la suficiente potencia creativa para la transformación de nuestro propio entendimiento y aquel a la que la propia sociedad debiera aspirar.

                Esta idea de conciencia universal expresa la necesidad de ese lenguaje capaz de indagar en esos sectores aún por descubrir de nuestro pensamiento que interaccionan con el universo que, ahora, se empieza a reconocer en el ámbito de la información, información que es capaz de crear y recrear ese no algo que denominamos conciencia. Este lenguaje poético matemático en modo alguno puede emparentarse al básico y rudimentario que aporta la IA en la actualidad, lenguaje al servicio de una mecánica reduccionista y de una determinista visión de la realidad.

                Este tipo de lenguaje superior (poético matemático) es el que hace de las entidades abstractas organismos vivos y, pone de relieve que, quizá, todo, hasta lo más minúsculo, tenga o porte esta suerte de enigmática conciencia de la que venimos hablando hasta el momento, y que sea en realidad la sustancia última y primera del mundo.

                La eficiencia del algoritmo computacional no puede ni debe compararse con la creatividad viva, cambiante, orgánica del pensamiento humano. Y podemos encontrar argumentos para esta denuncia en el seno mismo de las matemáticas y de lo que estas tengan como proceso de creación pura. De ello hablaremos en la siguiente última entrada en el blog Ancile.

 

Francisco Acuyo



El lenguaje matemático ¿y poético?), más allá de la experiencia determinista, Francisco Acuyo


martes, 23 de mayo de 2023

LA SUBJETIVIDAD DE LO OBJETIVO: LA CONCIENCIA COMO SINGULARÍSIMA SUSTANCIA

 Para la sección de Ciencia del blog Ancile traemos un nuevo post que lleva el título: La subjetividad de lo objetivo: la conciencia como singularísima sustancia, siguiendo la estela de los argumentos de la anterior entrada.


LA SUBJETIVIDAD DE LO OBJETIVO:

 LA CONCIENCIA COMO SINGULARÍSIMA SUSTANCIA


 

La subjetividad de lo objetivo: la conciencia como singularísima sustancia,  Francisco Acuyo



 A estas alturas de nuestra exposición sobre las ciencias de la información (la IA y sus derivados) en relación con los procesos cognitivos y la propia conciencia, me lleva a plantear una vieja cuestión (de la que también participan en la actualidad no pocos interesados en esta fascinante temática, me refiero a neurocientíficos, físicos, filósofos, lingüistas, etc…), a saber: ¿cómo es posible que, según las ciencias positivas pueda surgir de lo objetivo la subjetividad? ¿Podrían las ciencias de la información, con la IA a la cabeza, aportar alguna hipótesis para establecer respuestas coherentes a aquella interrogante?

                La verdad es que nos parecería cuando menos extraño que, si todo comenzó en virtud de una fenomenología energético material objetiva, la experiencia en primera persona sea algo posible; ¿cómo podría haber surgido esa experiencia subjetiva de un universo objetivo y por tanto inexperimentado y desconocido?[1]

La subjetividad de lo objetivo: la conciencia como singularísima sustancia,  Francisco Acuyo
                Sin embargo, la física cuántica, la neurociencia, la filosofía, la poesía, por qué no, nos hablan de todo lo contrario: la subjetividad, la conciencia, en fin, es algo cuya realidad per se es del todo indiscutible. Hay quienes ha extraído de las ópticas de Whittehead, de Chardin, Young, Bruno entre otros, que la materia-energía es intencional y significativa.[2]

                Las ciencias de la información han propuesto que en realidad la primera sustancia no es la materia y la energía, sino la información. Los neurocientíficos, por otro lado, que es producto extremado del cerebro, y éste el organizador y creador del mundo, al menos del que podemos conocer. Pero el hecho de que lo subjetivo impera y que, paradójicamente, por ser subjetivo no puede medirse, nos confiere otra realidad indiscutible: que su inferencia es incomprobable.

                Esta última realidad nos habla no sólo de los límites de conocimiento, también de que la subjetividad de la conciencia es indiscutible, incluso en aquellos niveles primordiales y básicos que constituyen la realidad y que deben situarse más allá del naturalismo. También, se sospecha, que la conciencia quizá no sea algo exclusivo de los organismos con cerebro y sistema nervioso. Nosotros damos un paso más allá, y exponemos que nuestras intuiciones ofrecen a la conciencia no sólo como una propiedad de la materia, de la energía, de la información, sino que ella es sustancial en sí misma, y que cualquier rasgo de intencionalidad y de sentido surge de ella. Trataremos en próximos post del blog Ancile de argumentarlo


Francisco Acuyo



[1] De Quincey, C.: ob. cit. pág. 391.

[2] Ibidem.



La subjetividad de lo objetivo: la conciencia como singularísima sustancia,  Francisco Acuyo


viernes, 19 de mayo de 2023

EL "NO ALGO" DE LA CONCIENCIA

 Que la teoría y ciencias de la información siempre me resultaron fascinantes no es nada nuevo para quienes ya me conocen, no obstante, el hecho de relacionarlas con ámbitos como el de la conciencia acaso no resulte cosa tan conocida, así las cosas, esta nueva entrada para la sección de Ciencia del blog Ancile, hace referencia expresa bajo el título: El "no algo" de la conciencia.


 EL NO ALGO DE LA CONCIENCIA



El "no algo" de la conciencia. Francisco Acuyo



 EN entradas anteriores ya comentábamos el extraño mundo de la realidad virtual de algunas partículas que, a pesar de su breve existencia, habrían de dejar su impronta en el mundo físico, pues estas son susceptibles de ser detectadas experimentalmente. Así pues, estas partículas, deberían considerarse como algo más que meras abstracciones matemáticas. Se dice, que su residencia es el espacio vacío: una nada, por cierto, muy activa y particular, sin embargo. Ese no algo que excita este raro mundo  (como le han dado por denominar a algunos físicos) es profunda y extrañamente creativo. A esta nada estructurada se la ha equiparado en última instancia como información. En cualquier caso, aun así, se sugieren muchas dudas al respecto de su estructura y funcionamiento: ¿Cómo es posible la interacción que observamos (conciencia-materia) que existe en el universo? Nos parece que tiene mucho que decir aquella cosa extraña de definir y que nosotros denominamos conciencia, y que muchas veces la intentamos definir balbuciendo apenas su significado.

                No obstante de lo anteriormente expuesto, se sigue apoyando por cierto sectores de la neurociencia una interpretación estrictamente neurocéntrica del cosmos. El carácter relacional de cualquier sistema cuántico parece dar alas a esta presunta nueva epistemología del mundo. La correlación entre el sistema observado y el observador así parece acreditarlo. Y si bien buena parte de nuestras abstracciones matemáticas así parecen también demostrarlo, no parecen suficientes para describir, no solo el complejo dominio de la conciencia humana, acaso, tampoco la posibilidad de una conciencia extrahumana, sobre todo al albur de la consideración de que cualquier conciencia es deudora o está sometida a la tiranía de una organicidad neurológica; buena cuenta de esta deficiencia la dan todos los fenómenos embarcados en el navío de los fenómenos aleatorios; al fin y al cabo, el cosmos, solo puede describirse en razón de un universo altamente participativo, en el cual, ese no algo denominado conciencia sería el eje vertebrador de cualquier estructura cuya información pueda ser interpretada, creada o recreada para la conformación de la misma.

El "no algo" de la conciencia. Francisco Acuyo
                Lógicamente, cuando tratamos de definir, calificar, denominar ese no algo de la conciencia, nos referimos a todos aquellos procesos que están tanto dentro como fuera de lo que denominamos como consciente, incluyendo todo lo que se refiere al ámbito inconsciente individual y colectivo. Este último es el que acaso nos conecte de manera impersonal y universal, no solo a los individuos de la misma especie, si dueños de ese no algo de conciencia, sino a todo lo que sea susceptible de contenidos psíquicos.

                Esta reflexión puede llevarnos con toda lógica a intuir al menos una suerte de multiplicidad infinita de conciencias, tantas como partes determinantes y constituyentes de un organismo capaz de generar conciencia. Es este un regreso a un pamsiquismo singular mediante el cual las partes que integran el organismo consciente son más que el mismo organismo, de tal suerte que, cada órgano, cada célula, cada molécula, cada partícula atómica o subatómica participa de esta conciencia universal. Pudiendo quizá dar respuesta a Williams James cuando se interrogaba a este respecto:¿Cómo pueden muchas conciencias ser al mismo tiempo una sola conciencia?

                Esta visión puede resultar bastante incómoda para una epistemología arraigada en el método tradicional de la ciencia, por ser profundamente indeterminista y sujeta a una aleatoriedad creativa inevitable. También es previsible que lleguemos a la conclusión de que la misma naturaleza es consciente e inteligente, óptica que nos remonta al pensamiento presocrático con el apeiron de Anaximandro, o al sistema revolucionario de Giordano Bruno.

                Quizá estemos en el dominio de la entelequia leibziana, donde ese no algo consciente es el principio activo que hace autosuficientes y completas a las sustancias, y desde el cual es imposible distinguir entre soma y psyché, pues son parte la misma realidad. Será cuando intentemos explicar o expresar esta apreciación indistinta cuando, sin embargo, de manera inevitable empleemos la dualidad mente y cuerpo, diferenciadas como cosas distintas.

                Todo esto puede llevarnos a conclusiones sorprendentes si insistimos en su reflexión, pero de ellas hablaremos en la próxima entrada de este blog Ancile.

 

Francisco Acuyo

El "no algo" de la conciencia. Francisco Acuyo


martes, 16 de mayo de 2023

INTERACCIONES ENIGMÁTICAS: MATERIA-ENERGÍA Y CONCIENCIA

Nadie niega que las ciencias de la información han supuesto un nuevo paradigma para la ciencia, con los pros y los contras que este pudiere conllevar, a este fin, proseguimos con una nueva entrada para la sección de Ciencia del blog Ancile, esta vez con el título: Interacciones enigmáticas: materia-energía y conciencia.



INTERACCIONES ENIGMÁTICAS:

MATERIA-ENERGÍA Y CONCIENCIA



Interacciones enigmáticas: materia-energía y conciencia. Francisco Acuyo



Parece que nadie duda de que el mundo de la materia es reconocible mediante la experiencia sensoria. También que el conocimiento de la conciencia es algo que requiere una atención bien distinta: la alerta introspectiva. Esta dicotomía, no tiene misterio para la neurociencia, ya que es nuestra mente y su soporte neuronal (el cerebro) el que explica todo, incluida la propia conciencia, que es un simple epifenómeno del órgano que impera en cualquier proceso de conciencia (decíamos, el cerebro).

                Si bien reconocemos aquellas novedosas corrientes neurocientíficas que opinan que el espacio y el tiempo son creaciones mentales y por tanto neurológicas, hay quienes piensan, y son también personajes ampliamente reconocidos, que la realidad pudiese ser bien distinta, a saber: que la conciencia sea una propiedad de suficiente complejidad evolutiva que habita un espacio bien diferente al que comprenden nuestros sentidos empíricos. La interacción entre esta conciencia y el mundo material es lo que resulta enigmático, cuestión que no en vano trae a mi memoria la confirmación empírica muy reciente de algo que hasta la fecha era propio de la ciencia ficción: el teletransporte, en primera instancia, de energía cuántica.[1] El teletransporte de información, como propiedad intrínseca de la partícula subatómica, parece mostrarnos el espacio como algo irrelevante en esa extraña transición, al menos para nuestras convenciones espacio temporales. Estamos hablando de nuevo del fenómeno del entrelazamiento cuántico, que muestra la comunicación instantánea entre dos partículas, sea cual sea la distancia que las separa, mostrando cualquier cambio de una en la otra de manera inmediata. Esta intercomunicación nos sugiere una curiosa refracción que diríase no estar sujeta ni al espacio ni al tiempo, en una suerte de conciencia compartida por ambas partículas, haciéndolas indistinguibles.

Interacciones enigmáticas: materia-energía y conciencia. Francisco Acuyo
                Esta extraña realidad, de no menos raras interacciones para nuestra realidad convencional, hace que nos preguntemos que es en verdad la mente, la conciencia capaz de experimentar y entender estas interacciones. En cualquier caso, sí que podemos advertir que es algo inmanente a la propia naturaleza que, a la vez, establece la admonición de que la realidad bien pudiera consistir en relaciones más que en objetos. En mecánica cuántica puede constatarse porque la materia se muestra no como algo inerte, sino como algo vivo y activo, así cabe inferirse de esas  interacciones mencionadas, como el entrelazamiento cuántico, poniendo en duda las fronteras entre las consideraciones de la materia viva y de la que se supone es inerte.

                Aquella información primordial de la partícula cuántica en el teletransporte, tiene una naturaleza altamente peculiar, aunque sea considerada como motor primero del universo, y esta es la organización singular que la caracteriza para ser consciente de sí y de lo que la rodea, siendo esta, la conciencia, elemento sustancial para cualquier aproximación al mundo y a lo que la realidad sea, no en vano, los hechos cuánticos no se manifiestan verdaderamente en toda su realidad hasta que entra en escena un observador.[2]

                Todo esto lleva de manera inevitable a una cuestión peliaguda y que tiene que ver con el significado de la conciencia del observador en relación con el mundo físico que, en palabras del gran físico John Wheeller, hay que comenzar a considerarlo más que como una máquina, un hardware, como un software significativo, situado, quién sabe dónde.[3] Quizá el dónde sea esa nada estructurada a la que se hace referencia en cosmología, y que no es tanto la información, como lo que lee, interpreta, crea y recrea esa información y que, para nosotros, es la manera última y primera de la conciencia, que será en última instancia la que hace interaccionar a lo observado y al observador.

                Abundaremos en próximas entradas de este blog Ancile sobre estas inauditas relaciones, en las que la información y la conciencia acaso conforman la realidad de manera insospechada ante nuestro estupefacto entendimiento.

 

Francisco Acuyo

 

               



[1] Nieves, J.M.: Afirman haber logrado, por primera vez en la Historia, el teletransporte de energía cuántica, en ABC, 21. 01. 2023.

[2] Talbot, M.: ob. cit. pág. 164.

[3] Wheeller,J.: The mistery and Message of cuantum, 1984.


Interacciones enigmáticas: materia-energía y conciencia. Francisco Acuyo


viernes, 12 de mayo de 2023

METÁFORA Y REALIDADES ¿INERTES FUERA DEL MUNDO DE NUESTRA MENTE?

 Es el mundo de la conciencia y la información conforman algo en verdad tan fascinante que me resulta difícil no seguir recabando fuentes y estableciendo nuevas reflexiones en su interrelación. Así, traigo un nuevo post para la sección de Ciencia del blog Ancile, abundando en esta temática, ahora bajo el título de: Metáfora y realidades ¿inertes fuera del mundo de nuestra mente?


METÁFORA Y REALIDADES ¿INERTES

FUERA DEL MUNDO DE NUESTRA MENTE?


 

Metáfora y realidades ¿inertes fuera del mundo de nuestra mente? Francisco Acuyo


LOS argumentos de algunos científicos para justificar coherentemente una cosmología neurocéntrica buscan amparo, paradójicamente, en argumentos antropológicos o paideumáticos[1] con los que explicar el funcionamiento y construcción de la realidad del mundo. Así pues, si las culturas están inspiradas formalmente de manera acaso enigmática, el científico ahora recurre al mito, y mediante su protección y salvaguardia, exponer criterios (científicos) justificados mediante actos de ficción.[2]

                El recurso al símbolo que, ancestralmente, mostraba, por ejemplo, la devoción por el cielo constelado, se pone en evidencia por sectores de la neurociencia para establecer una explanación coherente de la realidad, poniendo de relieve la disociación mítica con el fin de poner en el centro de toda suerte de interpretación del mundo al hombre, y este como vía única y primordial de entendimiento del universo. Así se vierte o establece otra manera de superación teológica de la comprensión del mundo.

                La introducción de la escritura y la difusión de esta a través de la imprenta fue de capital importancia para lo que algunos neurocientíficos denominan la sincronización de brainets humanas.[3] Estos cerebros computacionales orgánicos son la causa, según estos neurocientíficos, de la realidad que está ahí fuera. Se busca, además, de nuevo paradójicamente, cobijo en el alberge de la filosofía en sus explicaciones; así las cosas, por ejemplo,  acudiendo en algunos casos al genio de Kant: el espacio y el tiempo son formas a priori de la sensibilidad, y todas y cada una de las leyes que se suponen obedecen en verdad al mundo que está dentro de nosotros, siendo el universo un producto que está  necesariamente envuelto con nuestra mente.

Metáfora y realidades ¿inertes fuera del mundo de nuestra mente? Francisco Acuyo
                Claro está, que aquel origen mental del espacio y del tiempo pasa por su creador indiscutible, el cerebro. Toda creación mental o de conciencia es hija directa y predilecta de aquel portentoso objeto neurológico que, añade la neurociencia, da sentido a los cambios físicos de todo lo que acontece en la naturaleza. Las mismas matemáticas, instrumento capital de reconocimiento de la realidad, son un mero producto cerebral, al margen de la opinión de no pocos matemáticos que piensan lo contrario, los cuales pasan a obtener, con cierto desdén por cierto, el marchamo de platónicos.

                Las matemáticas son, para estas perspepectivas neurocientíficas, simples metáforas conceptuales, proyecciones abstractas de lo inerte tangible. Esta puede ser otra muestra clara de la inexcusable falta de conocimiento de lo que es una metáfora.[4] La analogía queda inexplicada: ¿es la mente cerebral la que contiene y compone el mundo? ¿Con quién se compara el tiempo y el espacio de la realidad en sus aproximaciones trópicas?

                Pero insisto en que no es solo un problema semántico, que lo es, también es una aceptación, quizá inconsciente de una de las más arraigadas convenciones y prejuicios materialista del cientifismo mecanicista más recalcitrante: el reduccionismo positivo. De nuevo tendremos que hacernos la pregunta: ¿Mediante qué proceso algo que no podemos medir, la mente, puede ejercer un efecto en el mundo físico? Añadiendo esta otra: ¿De qué manera interactúa la conciencia en la contribución de lo que sea la realidad?

                Es cierto que con estas preguntas nos situamos en los límites mismos de nuestro conocimiento del mundo. El traspaso de ese límite lleva a muchos al dominio muy en boga de la información. A otros nos lleva al ámbito de la conciencia. A estos últimos nos incita a barajar de manera intuitiva una sospecha: que el mundo de la conciencia no tiene que ser siempre un fenómeno neurológico o biológico, y que debe llevarnos a una reconsideración de los organismos vivientes y, acaso también, de lo que está más allá de ellos en su consideración de inertes.

                En la próxima entrada de este blog trataremos de indagar esta realidad de la conciencia que, bien puede ser aún más, la gran desconocida de la ciencia.

 

Francisco Acuyo



[1] Pedagógicos

[2] Vivimos y modelamos nuestras vidas a través de actos de ficción, decía el mitólogo Joseph Campbell.

[3] Nicolelis, M.: ob. cit. pág247.

[4] Véase, sin necesidad de ir a compendios de retórica autorizados, la acepción de la RAE: Traslación del sentido recto de una voz a otro figurado, en virtud de una comparación tácita.



Metáfora y realidades ¿inertes fuera del mundo de nuestra mente? Francisco Acuyo


martes, 9 de mayo de 2023

EL TIEMPO REVERSIBLE Y LA INFORMACIÓN CUÁNTICA

Porque nos parece interesante las reflexiones sobre cibernética y la IA en relación con la conciencia, seguimos ofreciendo una nueva entrada, siguiendo el argumento de las anteriores, y todo para la sección de Ciencia del blog Ancile, y bajo el título de El tiempo reversible y la información cuántica.


EL TIEMPO REVERSIBLE

Y LA INFORMACIÓN CUÁNTICA

 

El tiempo reversible y la información cuántica. Francisco Acuyo


Muy recientemente, y no como una simulación[1], sino como una experiencia real, se ha podido demostrar que es posible invertir la dirección del tiempo en un sistema cuántico real. Investigadores de la Universidad de Viena han demostrado que en determinados sistemas cuánticos realmente la dirección temporal puede invertirse.[2] Esta noticia que traigo para la ocasión viene muy al caso porque, al margen de la curiosidad y extrañeza de la que es propia el mundo cuántico, porque este protocolo de rebobinado es de mucho interés para las tecnologías de la información cuántica.

                LA IA y todas sus vertientes tecnológicas creen encontrar en estos experimentos una vía de hipótesis para establecer de manera definitiva que la realidad última y primera del universo es en realidad la información. Como decíamos anteriormente, en otros posts sobre estas cuestiones, la física y sus fenómenos de estudio y experimentación material y energético, pasan a tener una consideración secundaria, en lo que a la estructura última de la realidad se refiere.

                Aquella perspectiva adviene como influjo singular para otras disciplinas científicas como es la biología y la explicación de la morfogénesis, que acaba por reducir la vida a información codificada , como, por ejemplo, el ADN. Incluso el fenómeno de la conciencia, si producto del cerebro, se pretende reducir a un mero software, aludiendo a que esta, la conciencia, no sea sino una estructura y no tanto una sustancia. Esta corriente funcionalista impera en sectores de la ciencia con gran fuerza.  La conciencia será una propiedad emergente que sólo se manifiesta cuando ha alcanzado un nivel suficiente de organización.

El tiempo reversible y la información cuántica. Francisco Acuyo

                Surgen, sin embargo, no pocas interrogantes al respecto: si la conciencia es estructura o información pura, ¿dónde se sitúa dicha conciencia, si es únicamente información?. En cualquier caso parece bastante difícil aceptar la inexistencia, al menos, de un contexto sobre el cual la conciencia interprete, cree o recree la información. Abre esta incertidumbre una suerte de conjeturas que pueden ir hasta extremos que, para muchos, serían inaceptables,[3] e incluso descabellados. 

                Otras interrogantes inevitables pueden ser ¿cómo la información puede poner en acción causas mentales?[4]   O, ¿cómo ese algo inmaterial que separa la abstracción, lo simbólico, puede contactar con lo físico y poner el cuerpo en movimiento?[5]    

                Siempre con la influencia (quizá vicio del lingüista) del lenguaje y su dinámica, me pregunto ¿si no será que de nuevo damos como sinónimos términos que en absoluto pueden serlo? Así, equiparar el pensamiento al concepto de software.  ¿Estaremos, de nuevo, ante una confusión semántica? La cuestión es que no se acaba de explicar cómo un pensamiento, como estado de conciencia, puede llevar a cabo un cambio en el mundo físico.

                Son estas influencias enigmáticas (de la conciencia) las que  no encuentran respuesta en el mundo de la ciencia todavía. Trataremos de seguir investigando sobre estas proposiciones ¿extrañas? en siguientes capítulos de este blog Ancile.

 

Francisco Acuyo                                                                                                                                                                                                                                                                                                    



[1] Científicos rusos consiguieron llevar a cabo una simulación mediante tecnología informática, y con ella mostrar la inversión temporal en un entorno virtual simulando las condiciones cuánticas, y mostrar que la flecha del tiempo puede ir igualmente hacia adelante y atrás.

[2] Nieves, J.M: Logran, por primera vez, invertir la dirección del tiempo en un sistema cuántico real, ABC, Madrid, 22-3-2023. Se denominan protocolo de rebobinado y se ha publicado en la revista Óptica.

[3] , Fodor, J. A., del MIT, llega a sostener la posibilidad puedan poseer estados mentales, según conjeturaba en Scientif American.

[4] Talbot, M.:

[5] Ibidem.



El tiempo reversible y la información cuántica. Francisco Acuyo


viernes, 5 de mayo de 2023

LOS PROCESOS TRÓPICOS ANALÓGICOS VERSUS SINTAXIS COMPUTACIONAL

 La cuestión terminológica no es, o por lo menos no debiera ser, cosa baladí; siguiendo el argumento sobre la IA y la realidad de los sistemas complejos y dinámicos en relación con el ámbito de la computación, exponemos para la sección de Ciencia del blog Ancile, onueva entrada, esta vez bajo el título de: Los procesos trópicos analógicos versus sintaxis computacional.


LOS PROCESOS TRÓPICOS ANALÓGICOS

VERSUS SINTAXIS COMPUTACIONAL

 

Los procesos trópicos analógicos versus sintaxis computacional. Francisco Acuyo

Si bien la información de Shannon es expuesta en la habitual sintaxis binaria de números enteros (01), debemos distinguirla  de la denominada gödeliana, cuya característica analógica es capaz de la observación de un panorama semántico mucho más rico y complejo, que incluye el propio lenguaje interpersonal con el que comunicamos emociones, afectos, pensamientos, anhelos, etc…, por lo que se infieren entre ambas manifiestas diferencias que, finalmente, serán desde luego sustanciales.

                El mensaje que genera la comunicación analógica ensalza y da preponderancia al significado del mismo. El significado en la sintaxis digital (de Shannon) carece de importancia. De nuevo las diferencias son evidentes. Reconocemos algo extraordinariamente importante en este punto: el mensaje es reconocido por el cerebro (la conciencia), cuestión fundamental, porque es este (o aquella) el (la) que proporciona el significado. Esta distinción que puede parecer paradójica entre cerebro y conciencia, viene a resolverse porque no todos los científicos consideran la conciencia como un mero epifenómeno del cerebro. No obstante, en estos momentos no entraremos en estas consideraciones (de las que sí hablamos en otros posts al respecto por ser de importancia singular, pero que para los propósitos de esta entrada no aportan nada nuevo).

                La conclusión de que el cerebro (y otros sistemas organizados) pueden ser considerados computadoras orgánicas, no nos parece que tenga fundamento por la gran contradictio in terminis (que ya advertíamos en la anterior entrada), sobre todo porque, lo que es fundamental en el ordenador, sus componentes diferenciados de hardware y software, son indistinguibles en estos sistemas complejos y organizados, sin hablar de aspectos muy especiales de estos sistemas, en el caso del cerebro, su neuroplasticidad, cuya maleabilidad pone distancia insuperable entre el artefacto digital y estos sistemas dinámicos.

                Si algo aprendí del estudio e investigación del fenómeno de la sinestesia, es su relación directa con el fenómeno de la conciencia*, manifiesta en su manera analógico comparativa del mundo interno y el exterior, fue que las fronteras de los mismos sentidos pierden sus límites estrictos convencionales, fundiéndose unos en otros, y donde, incluso las abstracciones más potentes, no pueden eludir ese mecanismo analógico, por que la percepción sensorial puede adquirir presencia sinestésica en esa o aquella abstracción traída al caso. No es raro encontrar afectas emociones, pensamientos, intuiciones, de percepciones sensorias de la más variada índole en estas singulares abstracciones sinestésicas.

                El término ordenador orgánico distribuido (conocido como brainet)[1] ofrece, en fin, para este modesto intérprete una confusión que va más allá de la mera cuestión semántico terminológica, siendo esta última muy importante de por sí, también por las propiedades de un ordenador y la de un sistema complejo analógico sincrónico, que entran en franca contradicción con lo que, per se, se supone que es un ordenador o máquina de cómputo.

      Nos parece muy conveniente para quien pretenda defender la tesis de estos supuestos bioordenadores, atender a la elaboración terminológica adecuada. Las manifestaciones artísticas, solo como un primer ejemplo, pueden dar cuenta de abstracciones, emociones, pensamientos, imposibles de englobar con el concepto de computador, incluso en los considerados como de baja dimensión, como es el lenguaje, y como ejemplo de alta complejidad podemos situar el discurso poético y sus singulares desvíos de la norma, no sólo gramatical, sino de la del sentido común o racionamiento puramente conceptual.

                Dicho esto, planteamos, ante el atrevimiento de estas corrientes neurocientíficas, si es posible trasladarlo también a una cosmovisión neurocéntrica, donde el órgano cerebral será el centro de todo lo que existe. Sobre esta cuestión debatiremos en próximos posts del blog Ancile.

 

 

Francisco Acuyo

 

               

               



[1] Nicolelis, M.: ob. cit. 190
*Acuyo, F.: Fisiología de un espejismo. Sinestesia: Pincel del pensamiento, Entorno Gráfico, colección Exagium, Granada, 2023.



Los procesos trópicos analógicos versus sintaxis computacional. Francisco Acuyo