Para la sección de poesía del blog Ancile, traemos una bella primicia de nuestro querido y muy admirado poeta y amigo Antonio Carvajal, soneto escrito en versos eneasílabos que suena como ecos de octonarios franceses, dedicado a la profesora y traductora de sus poemas, Joëlle Guatelli-Tedeschi, poema bajo el título de un verso de Paul Valery: Perdu ce vin, ivres les ondes (Perdido el vino, ebrias las ondas)
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domingo, 28 de mayo de 2023
ANTONIO CARVAJAL LEE SUS VERSOS A JOËLLE GUATELLI-TEDESCHI
viernes, 26 de mayo de 2023
EL LENGUAJE MATEMÁTICO ¿Y POÉTICO?) MÁS ALLÁ DE LA EXPERIENCIA DETERMINISTA
Acaso sea la matemática (y la poesía en cuanto tiene de parentesco con la matemática) la vía más peculiar, pero también más segura de indagar en la realidad sustancial de ese no algo que es la conciencia; para esta indagación, este nuevo post de la sección de Ciencia, del blog Ancile, bajo el título: El lenguaje matemático ¿y poético?), más allá de la experiencia determinista, dice lo que sigue.
EL LENGUAJE MATEMÁTICO ¿Y POÉTICO?)
MÁS ALLÁ DE LA EXPERIENCIA
DETERMINISTA
Cerrábamos el anterior capítulo
de estas reflexiones sobre la información y el apogeo de esta, y como resultado más espectacular la IA. Centrándonos en las matemáticas, base de toda ciencia de la información, pasamos a exponer nuevas dudas al respecto sobre lo que realmente sabemos del universo y de la conciencia a través de esta vía de conocimiento, y si es capaz de responder a cuestiones como:.
¿Cómo es que una abstracción puede describir la materialidad del mundo con
tanta precisión? ¿Puede la conciencia a través del razonamiento puro explicar,
concretar e incluso construir las propiedades de lo que consideramos realidad
tangible? ¿Es cierto que, en palabras del filósofo Charles Peirce, en verdad
todavía falta algo secreto por descubrir?
La
IA ha puesto en evidencia que los patrones sobre los que se edifica no son tan nuevos, si como así parece están
estructurados sobre algoritmos e ideas estadísticas ofrecidas en nuevas capas o
pasos computacionales, que la arraigan a una matemática básica incorporada a su
sistema de proceso de datos, pero que no puede crear conocimiento nuevo alguno.
El positivismo determinista, a mi juicio, de esta inteligencia, es precisamente el sepulcro de
sí misma y por lo que no puede ser equiparable a la humana. No obstante, también es cierto que, cuanto mayor sea nuestra dependencia de esta manera de computar
matemáticamente, más en peligro ponemos la inteligencia (y la conciencia) propia(s) al intentar
encontrar niveles comparables, consiguiendo sólo una depreciación o devaluación
de nuestras propias capacidades creativas.
Existe,
sin embargo, un fundamento especialmente importante en cualquier aproximación
del lenguaje matemático, al margen de su eficacia, y que muy bien puede
emparentarlo a lenguajes muy singulares (como la poesía): la búsqueda de la
belleza y elegancia en sus expresiones formales y sus estructuras constitutivas. En cualquier caso, nos fascina ver la sugestiva
conexión entre nuestros pensamientos (a través de las expresiones matemáticas y poéticas) y el propio universo. Se establece un diálogo que nos habla de
similitudes y parentescos enigmáticos,. Se dirá que queda resonando el eco
de una inteligencia que hace posible esta interacción, y que nosotros no nos
cansamos en identificar con el término de ese no algo intangible que es la conciencia.
Será,
no obstante, necesario reconocer la compleja problemática del lenguaje para comunicar esta
aproximación última deducida, lenguaje que emparenta a la matemática pura más
creativa con el lenguaje poético, como instrumentos más aproximados para describir
aquella realidad última, portadora de los recursos trópicos con la suficiente
potencia creativa para la transformación de nuestro propio entendimiento y aquel a la que la propia sociedad debiera aspirar.
Esta
idea de conciencia universal expresa la necesidad de ese lenguaje capaz de
indagar en esos sectores aún por descubrir de nuestro pensamiento que interaccionan con el universo que, ahora, se empieza a reconocer en el ámbito de la información, información que es capaz de crear y recrear ese no algo que denominamos conciencia. Este lenguaje
poético matemático en modo alguno puede emparentarse al básico y rudimentario
que aporta la IA en la actualidad, lenguaje al servicio de una mecánica reduccionista y de una determinista visión de la realidad.
Este
tipo de lenguaje superior (poético matemático) es el que hace de las entidades
abstractas organismos vivos y, pone de relieve que, quizá, todo, hasta
lo más minúsculo, tenga o porte esta suerte de enigmática conciencia de la que
venimos hablando hasta el momento, y que sea en realidad la sustancia última y primera del mundo.
La
eficiencia del algoritmo computacional no puede ni debe compararse con la
creatividad viva, cambiante, orgánica del pensamiento humano. Y podemos encontrar argumentos para esta denuncia en el seno mismo de las matemáticas y de lo que estas tengan como proceso de creación pura. De ello hablaremos
en la siguiente última entrada en el blog Ancile.
Francisco Acuyo
martes, 23 de mayo de 2023
LA SUBJETIVIDAD DE LO OBJETIVO: LA CONCIENCIA COMO SINGULARÍSIMA SUSTANCIA
Para la sección de Ciencia del blog Ancile traemos un nuevo post que lleva el título: La subjetividad de lo objetivo: la conciencia como singularísima sustancia, siguiendo la estela de los argumentos de la anterior entrada.
LA SUBJETIVIDAD DE LO OBJETIVO:
LA CONCIENCIA COMO SINGULARÍSIMA SUSTANCIA
A estas alturas de
nuestra exposición sobre las ciencias de la información (la IA y sus derivados)
en relación con los procesos cognitivos y la propia conciencia, me lleva a
plantear una vieja cuestión (de la que también participan en la actualidad no
pocos interesados en esta fascinante temática, me refiero a neurocientíficos, físicos,
filósofos, lingüistas, etc…), a saber: ¿cómo es posible que, según las ciencias
positivas pueda surgir de lo objetivo la subjetividad? ¿Podrían las ciencias de
la información, con la IA a la cabeza, aportar alguna hipótesis para establecer
respuestas coherentes a aquella interrogante?
La
verdad es que nos parecería cuando menos extraño que, si todo comenzó en virtud
de una fenomenología energético material objetiva, la experiencia en
primera persona sea algo posible; ¿cómo podría haber surgido esa experiencia subjetiva de un universo objetivo y por tanto inexperimentado y desconocido?[1]
Las
ciencias de la información han propuesto que en realidad la primera sustancia
no es la materia y la energía, sino la información. Los neurocientíficos, por otro
lado, que es producto extremado del cerebro, y éste el organizador y creador del
mundo, al menos del que podemos conocer. Pero el hecho de que lo subjetivo impera y que, paradójicamente, por
ser subjetivo no puede medirse, nos confiere otra realidad indiscutible: que su
inferencia es incomprobable.
Esta
última realidad nos habla no sólo de los límites de conocimiento, también de que la
subjetividad de la conciencia es indiscutible, incluso en aquellos niveles primordiales y
básicos que constituyen la realidad y que deben situarse más allá del naturalismo. También, se sospecha, que la conciencia quizá no sea algo exclusivo de los
organismos con cerebro y sistema nervioso. Nosotros damos un paso más allá, y
exponemos que nuestras intuiciones ofrecen a la conciencia no sólo como una
propiedad de la materia, de la energía, de la información, sino que ella es
sustancial en sí misma, y que cualquier rasgo de intencionalidad y de sentido
surge de ella. Trataremos en próximos post del blog Ancile de argumentarlo
Francisco Acuyo
viernes, 19 de mayo de 2023
EL "NO ALGO" DE LA CONCIENCIA
Que la teoría y ciencias de la información siempre me resultaron fascinantes no es nada nuevo para quienes ya me conocen, no obstante, el hecho de relacionarlas con ámbitos como el de la conciencia acaso no resulte cosa tan conocida, así las cosas, esta nueva entrada para la sección de Ciencia del blog Ancile, hace referencia expresa bajo el título: El "no algo" de la conciencia.
EN entradas anteriores ya comentábamos el
extraño mundo de la realidad virtual de algunas partículas que, a pesar de su
breve existencia, habrían de dejar su impronta en el mundo físico, pues estas son susceptibles de ser detectadas experimentalmente. Así pues, estas partículas, deberían considerarse como algo más que meras
abstracciones matemáticas. Se dice, que su residencia es el espacio vacío: una
nada, por cierto, muy activa y particular, sin embargo. Ese no algo que excita este raro mundo (como le han dado
por denominar a algunos físicos) es profunda y extrañamente creativo. A esta nada
estructurada se la ha equiparado en última instancia como información. En cualquier caso, aun así, se sugieren muchas dudas al respecto de su estructura y funcionamiento: ¿Cómo es posible la interacción que observamos (conciencia-materia) que existe
en el universo? Nos parece que tiene mucho que decir aquella cosa extraña
de definir y que nosotros denominamos conciencia, y que muchas veces la intentamos definir balbuciendo apenas su
significado.
No
obstante de lo anteriormente expuesto, se sigue apoyando por cierto sectores de la neurociencia una
interpretación estrictamente neurocéntrica del cosmos. El carácter relacional
de cualquier sistema cuántico parece dar alas a esta presunta nueva epistemología
del mundo. La correlación entre el sistema observado y el observador así parece
acreditarlo. Y si bien buena parte de nuestras abstracciones matemáticas así
parecen también demostrarlo, no parecen suficientes para describir, no solo el complejo dominio de la conciencia humana,
acaso, tampoco la posibilidad de una conciencia extrahumana, sobre todo al
albur de la consideración de que cualquier conciencia es deudora o está sometida a la
tiranía de una organicidad neurológica; buena cuenta de esta deficiencia la dan todos los
fenómenos embarcados en el navío de los fenómenos aleatorios; al fin y al cabo, el cosmos, solo puede describirse en razón de un universo altamente participativo,
en el cual, ese no algo denominado conciencia sería el eje vertebrador de
cualquier estructura cuya información pueda ser interpretada, creada o recreada
para la conformación de la misma.
Esta
reflexión puede llevarnos con toda lógica a intuir al menos una suerte de
multiplicidad infinita de conciencias, tantas como partes determinantes y constituyentes de un
organismo capaz de generar conciencia. Es este un regreso a un pamsiquismo singular mediante
el cual las partes que integran el organismo consciente son más que el mismo
organismo, de tal suerte que, cada órgano, cada célula, cada molécula, cada
partícula atómica o subatómica participa de esta conciencia universal. Pudiendo
quizá dar respuesta a Williams James cuando se interrogaba a este respecto:¿Cómo pueden
muchas conciencias ser al mismo tiempo una sola conciencia?
Esta
visión puede resultar bastante incómoda para una epistemología arraigada en el
método tradicional de la ciencia, por ser profundamente indeterminista y sujeta
a una aleatoriedad creativa inevitable. También es previsible que lleguemos a
la conclusión de que la misma naturaleza es consciente e inteligente, óptica que nos
remonta al pensamiento presocrático con el apeiron de Anaximandro, o al sistema revolucionario
de Giordano Bruno.
Quizá
estemos en el dominio de la entelequia leibziana, donde ese no algo consciente es
el principio activo que hace autosuficientes y completas a las sustancias, y
desde el cual es imposible distinguir entre soma y psyché, pues son parte la misma
realidad. Será cuando intentemos explicar o expresar esta apreciación indistinta cuando, sin embargo, de
manera inevitable empleemos la dualidad mente y cuerpo, diferenciadas como cosas
distintas.
Todo
esto puede llevarnos a conclusiones sorprendentes si insistimos en su
reflexión, pero de ellas hablaremos en la próxima entrada de este blog Ancile.
Francisco Acuyo
martes, 16 de mayo de 2023
INTERACCIONES ENIGMÁTICAS: MATERIA-ENERGÍA Y CONCIENCIA
Nadie niega que las ciencias de la información han supuesto un nuevo paradigma para la ciencia, con los pros y los contras que este pudiere conllevar, a este fin, proseguimos con una nueva entrada para la sección de Ciencia del blog Ancile, esta vez con el título: Interacciones enigmáticas: materia-energía y conciencia.
INTERACCIONES ENIGMÁTICAS:
MATERIA-ENERGÍA Y CONCIENCIA
Parece que nadie duda de que el
mundo de la materia es reconocible mediante la experiencia sensoria. También
que el conocimiento de la conciencia es algo que requiere una atención bien distinta:
la alerta introspectiva. Esta dicotomía, no tiene misterio para la
neurociencia, ya que es nuestra mente y su soporte neuronal (el cerebro) el que
explica todo, incluida la propia conciencia, que es un simple epifenómeno del
órgano que impera en cualquier proceso de conciencia (decíamos, el cerebro).
Si bien reconocemos aquellas novedosas corrientes neurocientíficas que opinan que el espacio y el tiempo son creaciones mentales y por tanto neurológicas, hay quienes piensan, y son también personajes ampliamente reconocidos, que la realidad pudiese ser bien distinta, a saber: que la conciencia sea una propiedad de suficiente complejidad evolutiva que habita un espacio bien diferente al que comprenden nuestros sentidos empíricos. La interacción entre esta conciencia y el mundo material es lo que resulta enigmático, cuestión que no en vano trae a mi memoria la confirmación empírica muy reciente de algo que hasta la fecha era propio de la ciencia ficción: el teletransporte, en primera instancia, de energía cuántica.[1] El teletransporte de información, como propiedad intrínseca de la partícula subatómica, parece mostrarnos el espacio como algo irrelevante en esa extraña transición, al menos para nuestras convenciones espacio temporales. Estamos hablando de nuevo del fenómeno del entrelazamiento cuántico, que muestra la comunicación instantánea entre dos partículas, sea cual sea la distancia que las separa, mostrando cualquier cambio de una en la otra de manera inmediata. Esta intercomunicación nos sugiere una curiosa refracción que diríase no estar sujeta ni al espacio ni al tiempo, en una suerte de conciencia compartida por ambas partículas, haciéndolas indistinguibles.
Aquella
información primordial de la partícula cuántica en el teletransporte, tiene una
naturaleza altamente peculiar, aunque sea considerada como motor primero del
universo, y esta es la organización singular que la caracteriza para ser consciente
de sí y de lo que la rodea, siendo esta, la conciencia, elemento sustancial
para cualquier aproximación al mundo y a lo que la realidad sea, no en vano,
los hechos cuánticos no se manifiestan verdaderamente en toda su realidad hasta
que entra en escena un observador.[2]
Todo
esto lleva de manera inevitable a una cuestión peliaguda y que tiene que ver
con el significado de la conciencia del observador en relación con el mundo
físico que, en palabras del gran físico John Wheeller, hay que comenzar a
considerarlo más que como una máquina, un hardware, como un software significativo,
situado, quién sabe dónde.[3]
Quizá el dónde sea esa nada estructurada a la que se hace referencia en
cosmología, y que no es tanto la información, como lo que lee, interpreta, crea y
recrea esa información y que, para nosotros, es la manera última y primera de la conciencia,
que será en última instancia la que hace interaccionar a lo observado y al observador.
Abundaremos
en próximas entradas de este blog Ancile sobre estas inauditas relaciones, en
las que la información y la conciencia acaso conforman la realidad de manera
insospechada ante nuestro estupefacto entendimiento.
Francisco Acuyo
[1] Nieves,
J.M.: Afirman haber logrado, por primera vez en la Historia, el teletransporte
de energía cuántica, en ABC, 21. 01. 2023.
[2] Talbot,
M.: ob. cit. pág. 164.
viernes, 12 de mayo de 2023
METÁFORA Y REALIDADES ¿INERTES FUERA DEL MUNDO DE NUESTRA MENTE?
Es el mundo de la conciencia y la información conforman algo en verdad tan fascinante que me resulta difícil no seguir recabando fuentes y estableciendo nuevas reflexiones en su interrelación. Así, traigo un nuevo post para la sección de Ciencia del blog Ancile, abundando en esta temática, ahora bajo el título de: Metáfora y realidades ¿inertes fuera del mundo de nuestra mente?
METÁFORA Y REALIDADES ¿INERTES
FUERA DEL MUNDO DE NUESTRA MENTE?
LOS argumentos de algunos científicos para justificar coherentemente
una cosmología neurocéntrica buscan amparo, paradójicamente, en argumentos
antropológicos o paideumáticos[1] con los que explicar el funcionamiento y construcción de la realidad del mundo. Así
pues, si las culturas están inspiradas formalmente de manera acaso enigmática, el científico ahora recurre al mito, y mediante su protección y salvaguardia, exponer criterios (científicos) justificados mediante actos de ficción.[2]
El
recurso al símbolo que, ancestralmente, mostraba, por ejemplo, la devoción por el cielo
constelado, se pone en evidencia por sectores de la neurociencia para
establecer una explanación coherente de la realidad, poniendo de relieve la
disociación mítica con el fin de poner en el centro de toda suerte de
interpretación del mundo al hombre, y este como vía única y primordial de
entendimiento del universo. Así se vierte o establece otra manera de superación teológica de la comprensión del
mundo.
La introducción de la escritura y la difusión de esta a través de la imprenta fue de capital importancia para lo que algunos neurocientíficos denominan la sincronización de brainets humanas.[3] Estos cerebros computacionales orgánicos son la causa, según estos neurocientíficos, de la realidad que está ahí fuera. Se busca, además, de nuevo paradójicamente, cobijo en el alberge de la filosofía en sus explicaciones; así las cosas, por ejemplo, acudiendo en algunos casos al genio de Kant: el espacio y el tiempo son formas a priori de la sensibilidad, y todas y cada una de las leyes que se suponen obedecen en verdad al mundo que está dentro de nosotros, siendo el universo un producto que está necesariamente envuelto con nuestra mente.
Las
matemáticas son, para estas perspepectivas neurocientíficas, simples metáforas conceptuales, proyecciones abstractas
de lo inerte tangible. Esta puede ser otra muestra clara de la inexcusable
falta de conocimiento de lo que es una metáfora.[4]
La analogía queda inexplicada: ¿es la mente cerebral la que contiene y compone
el mundo? ¿Con quién se compara el tiempo y el espacio de la realidad en sus aproximaciones trópicas?
Pero
insisto en que no es solo un problema semántico, que lo es, también es una
aceptación, quizá inconsciente de una de las más arraigadas convenciones y prejuicios materialista
del cientifismo mecanicista más recalcitrante: el reduccionismo positivo. De
nuevo tendremos que hacernos la pregunta: ¿Mediante qué proceso algo que no
podemos medir, la mente, puede ejercer un efecto en el mundo físico? Añadiendo
esta otra: ¿De qué manera interactúa la conciencia en la contribución de lo que
sea la realidad?
Es
cierto que con estas preguntas nos situamos en los límites mismos de nuestro
conocimiento del mundo. El traspaso de ese límite lleva a muchos al
dominio muy en boga de la información. A otros nos lleva al ámbito de la conciencia. A
estos últimos nos incita a barajar de manera intuitiva una sospecha: que el
mundo de la conciencia no tiene que ser siempre un fenómeno neurológico o
biológico, y que debe llevarnos a una reconsideración de los organismos vivientes
y, acaso también, de lo que está más allá de ellos en su consideración de inertes.
En
la próxima entrada de este blog trataremos de indagar esta realidad de la
conciencia que, bien puede ser aún más, la gran desconocida de la ciencia.
Francisco Acuyo
[1]
Pedagógicos
[2] Vivimos
y modelamos nuestras vidas a través de actos de ficción, decía el mitólogo
Joseph Campbell.
[3]
Nicolelis, M.: ob. cit. pág247.
[4] Véase,
sin necesidad de ir a compendios de retórica autorizados, la acepción de la
RAE: Traslación del sentido recto de una voz a otro figurado, en virtud de una
comparación tácita.
martes, 9 de mayo de 2023
EL TIEMPO REVERSIBLE Y LA INFORMACIÓN CUÁNTICA
Porque nos parece interesante las reflexiones sobre cibernética y la IA en relación con la conciencia, seguimos ofreciendo una nueva entrada, siguiendo el argumento de las anteriores, y todo para la sección de Ciencia del blog Ancile, y bajo el título de El tiempo reversible y la información cuántica.
EL TIEMPO REVERSIBLE
Y LA INFORMACIÓN CUÁNTICA
Muy recientemente, y no como una
simulación[1],
sino como una experiencia real, se ha podido demostrar que es posible invertir
la dirección del tiempo en un sistema cuántico real. Investigadores de la Universidad
de Viena han demostrado que en determinados sistemas cuánticos realmente la
dirección temporal puede invertirse.[2]
Esta noticia que traigo para la ocasión viene muy al caso porque, al margen de
la curiosidad y extrañeza de la que es propia el mundo cuántico, porque este
protocolo de rebobinado es de mucho interés para las tecnologías de la
información cuántica.
LA
IA y todas sus vertientes tecnológicas creen encontrar en estos experimentos
una vía de hipótesis para establecer de manera definitiva que la realidad
última y primera del universo es en realidad la información. Como decíamos
anteriormente, en otros posts sobre estas cuestiones, la física y sus fenómenos
de estudio y experimentación material y energético, pasan a tener una
consideración secundaria, en lo que a la estructura última de la realidad se refiere.
Aquella perspectiva adviene como influjo singular para otras disciplinas científicas como es la biología y la explicación de la morfogénesis, que acaba por reducir la vida a información codificada , como, por ejemplo, el ADN. Incluso el fenómeno de la conciencia, si producto del cerebro, se pretende reducir a un mero software, aludiendo a que esta, la conciencia, no sea sino una estructura y no tanto una sustancia. Esta corriente funcionalista impera en sectores de la ciencia con gran fuerza. La conciencia será una propiedad emergente que sólo se manifiesta cuando ha alcanzado un nivel suficiente de organización.
Surgen,
sin embargo, no pocas interrogantes al respecto: si la conciencia es estructura
o información pura, ¿dónde se sitúa dicha conciencia,
si es únicamente información?. En cualquier caso parece bastante difícil aceptar la
inexistencia, al menos, de un contexto sobre el cual la conciencia interprete,
cree o recree la información. Abre esta incertidumbre una suerte de conjeturas
que pueden ir hasta extremos que, para muchos, serían inaceptables,[3]
e incluso descabellados.
Otras
interrogantes inevitables pueden ser ¿cómo la información puede poner en acción
causas mentales?[4] O, ¿cómo ese algo inmaterial que separa la
abstracción, lo simbólico, puede contactar con lo físico y poner el cuerpo en
movimiento?[5]
Siempre
con la influencia (quizá vicio del lingüista) del lenguaje y su dinámica, me pregunto ¿si no será que de
nuevo damos como sinónimos términos que en absoluto pueden serlo? Así,
equiparar el pensamiento al concepto de software. ¿Estaremos, de nuevo, ante una confusión
semántica? La cuestión es que no se acaba de explicar cómo un pensamiento, como
estado de conciencia, puede llevar a cabo un cambio en el mundo físico.
Son
estas influencias enigmáticas (de la conciencia) las que no encuentran
respuesta en el mundo de la ciencia todavía. Trataremos de seguir investigando
sobre estas proposiciones ¿extrañas? en siguientes capítulos de este blog
Ancile.
Francisco Acuyo
[1]
Científicos rusos consiguieron llevar a cabo una simulación mediante tecnología
informática, y con ella mostrar la inversión temporal en un entorno virtual
simulando las condiciones cuánticas, y mostrar que la flecha del tiempo puede
ir igualmente hacia adelante y atrás.
[2] Nieves,
J.M: Logran, por primera vez, invertir la dirección del tiempo en un sistema
cuántico real, ABC, Madrid, 22-3-2023. Se denominan protocolo de rebobinado y
se ha publicado en la revista Óptica.
[3] , Fodor,
J. A., del MIT, llega a sostener la posibilidad puedan poseer estados mentales,
según conjeturaba en Scientif American.
[4] Talbot, M.:
[5] Ibidem.
viernes, 5 de mayo de 2023
LOS PROCESOS TRÓPICOS ANALÓGICOS VERSUS SINTAXIS COMPUTACIONAL
La cuestión terminológica no es, o por lo menos no debiera ser, cosa baladí; siguiendo el argumento sobre la IA y la realidad de los sistemas complejos y dinámicos en relación con el ámbito de la computación, exponemos para la sección de Ciencia del blog Ancile, onueva entrada, esta vez bajo el título de: Los procesos trópicos analógicos versus sintaxis computacional.
LOS PROCESOS TRÓPICOS ANALÓGICOS
VERSUS SINTAXIS COMPUTACIONAL
Si bien la información de Shannon es
expuesta en la habitual sintaxis binaria de números enteros (01), debemos
distinguirla de la denominada gödeliana, cuya característica analógica es capaz de la observación de un panorama semántico mucho más rico y complejo, que incluye el propio lenguaje interpersonal con el que
comunicamos emociones, afectos, pensamientos, anhelos, etc…, por lo que se infieren entre ambas manifiestas diferencias que, finalmente, serán desde luego sustanciales.
El
mensaje que genera la comunicación analógica ensalza y da preponderancia al
significado del mismo. El significado en la sintaxis digital (de Shannon)
carece de importancia. De nuevo las diferencias son evidentes. Reconocemos algo
extraordinariamente importante en este punto: el mensaje es reconocido por el
cerebro (la conciencia), cuestión fundamental, porque es este (o aquella) el (la)
que proporciona el significado. Esta distinción que puede parecer paradójica
entre cerebro y conciencia, viene a resolverse porque no todos los científicos
consideran la conciencia como un mero epifenómeno del cerebro. No obstante, en
estos momentos no entraremos en estas consideraciones (de las que sí hablamos
en otros posts al respecto por ser de importancia singular, pero que para los
propósitos de esta entrada no aportan nada nuevo).
Si
algo aprendí del estudio e investigación del fenómeno de la sinestesia, es su
relación directa con el fenómeno de la conciencia*, manifiesta en su manera
analógico comparativa del mundo interno y el exterior, fue que las fronteras de
los mismos sentidos pierden sus límites estrictos convencionales, fundiéndose unos en otros, y donde, incluso las abstracciones más potentes, no pueden eludir ese mecanismo analógico, por que la percepción sensorial puede adquirir presencia sinestésica en esa o aquella
abstracción traída al caso. No es raro encontrar afectas emociones,
pensamientos, intuiciones, de percepciones sensorias de la más variada índole
en estas singulares abstracciones sinestésicas.
El
término ordenador orgánico distribuido (conocido como brainet)[1]
ofrece, en fin, para este modesto intérprete una confusión que va más allá de la mera
cuestión semántico terminológica, siendo esta última muy importante de por sí, también
por las propiedades de un ordenador y la de un sistema complejo analógico
sincrónico, que entran en franca contradicción con lo que, per se, se supone que es un
ordenador o máquina de cómputo.
Nos
parece muy conveniente para quien pretenda defender la tesis de estos supuestos
bioordenadores, atender a la elaboración terminológica adecuada. Las
manifestaciones artísticas, solo como un primer ejemplo, pueden dar cuenta de
abstracciones, emociones, pensamientos, imposibles de englobar con el concepto
de computador, incluso en los considerados como de baja dimensión, como es el
lenguaje, y como ejemplo de alta complejidad podemos situar el discurso poético
y sus singulares desvíos de la norma, no sólo gramatical, sino de la del sentido
común o racionamiento puramente conceptual.
Dicho
esto, planteamos, ante el atrevimiento de estas corrientes neurocientíficas, si
es posible trasladarlo también a una cosmovisión neurocéntrica, donde el órgano
cerebral será el centro de todo lo que existe. Sobre esta cuestión debatiremos
en próximos posts del blog Ancile.
Francisco Acuyo
*Acuyo, F.: Fisiología de un espejismo. Sinestesia: Pincel del pensamiento, Entorno Gráfico, colección Exagium, Granada, 2023.