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lunes, 24 de julio de 2023

NEWTON O LA SIMPATEIA MATEMÁTICA

Volvemos a la sección de Poesía y matemáticas del blog Ancile con un nuevo post que lleva por título: Newton o la simpateia matemática, con el que abordaremos una visión singular sobre esta disciplina lógico científica y su relación con el mundo de la dinámica de la vida y otras vías del saber como la alquimia a través de la figura del genio Isaac Newton.



NEWTON O LA SIMPATEIA MATEMÁTICA


 

Newton o la simpateia matemática, Francisco Acuyo



Si el genio matemático de Newton hubo de fascinarme desde siempre, al margen de su perspicacia inaudita en la aplicabilidad de las matemáticas al mundo de la física, lo haría también por su aparentemente inexplicable acercamiento al mundo de la alquimia.

                En otra ocasión apuntaba en este medio el insólito, contradictorio para el método científico, interés de nuestro acaso, más insigne representante de la ciencia de todos los tiempos. Si los Principia Mathematica, de su Philosophiae naturalis fuesen tenidos en cuenta no sólo como objetos de lógica aplicada más razonadas y razonable, sino también como proporciones consonánticas de su modo matemático en relación simpatética con los movimientos, distancias, posiciones, relaciones entre los diversos objetos celestes y puestos en razón matemática, con los que entendiésemos la interacción entre ellos como un entorno de simpatía, más que como una interacción mecánica y automática, donde el matemático (y el físico sería(n)), el (los) intermediario(s) entre el Anima Mundi y la razón supuestamente eficiente que hace funcionar maquinalmente el mundo.

                El físico o el matemático era en realidad el alquimista que quizá inconscientemente aviva el interés de su genio por el dominio de la magia alquímica. Sobre todo porque el mago era un creador, un poeta, un artista profundamente atraído por el interior más íntimo de las cosas que instintivamente considerabas vivas.

Newton o la simpateia matemática, Francisco Acuyo
                Una magia naturalis inspirada, quien sabe si por el mismísimo Platón, cuya teúrgia de influencias consideraba más abstractas y espirituales las influencias planetarias. Esta reflexión, que a muchos científicos positivo-mecanicistas pueda resultar disparatada, nos acerca, sin embargo, a una explicación de la inclinación de Newton hacia la alquimia.

                En su mente quizá anduviese más vivo de lo que muchos quisieran el instinto que le decía que las influencias matemáticas en la dinámica planetaria actuaban de manera ambivalente:  a través de la imaginación abstracta y simpática de las matemáticas, o bien a través de la propia imaginación viva de las fuerzas creadoras e imaginativas, propias de esas influencias físicas que habrían de manifestarse a través de imágenes, números, proporciones e incluso a través del poder del sortilegio o del conjuro de las mismas palabras.

                En cualquier caso la simpateia matemática como vís imaginativa, estará siempre presente en lo más íntimo del genio de Woolsthorpe, cuyas manifestaciones abstractas venían a funcionar como una invocación a los números, a las palabras, a las percepciones sensoriales, destinados, precisamente, a esa invocación.

                A la vista de estos antecedentes ya no debe resultarnos en modo alguno contradictorio ni extraño que con Newton conviviesen con total naturalidad las creencias de su fe cristiana con el arte y ciencia de su propia matemática, si en el fondo de su conciencia convivía una Prisca theológica que habitaba y vivía pacíficamente con la gnosis, que se mostraba como una revelación manifiesta con lo trascendente que anima el mundo, y así mismo, su interés por la alquimia como disciplina que mezclaba el rigor matemático con la magia simpatética de toda poiesis genuina, en modo alguno exenta de la posibilidad de la vivencia de lo trascendente.

                Así las cosas, las esferas, como cualquiera otra manifestación física, estarían dotadas de conciencia, de alma en plena e íntima comunicación con nosotros mismos en virtud de la influencia de una conciencia común invisible e inherente e inseparable del resto de conciencias que animan el atanor u horno alquímico del mundo.

    Más adelante, en otro post para la ocasión, seguiremos abundado sobre esta temática peculiar y su incidencia en el ámbito del conocimiento humano.

 

 

Francisco Acuyo



Newton o la simpateia matemática, Francisco Acuyo








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