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jueves, 5 de septiembre de 2024

LA CONCIENCIA EN EL ARTE. EL ARTE DE LA CONCIENCIA. LA GEOMETRÍA MATEMÁTICA EN EL ARTE (FRAGMENTO)

 Traemos para la sección de Pensamiento del blog Ancile, un fragmento del trabajo intitulado: La conciencia en el arte. El arte de la conciencia. La geometría en el arte, cuyas reflexiones abarcan el proceso creativo de determinados artistas en la actualidad.


LA CONCIENCIA EN EL ARTE. EL ARTE DE LA CONCIENCIA.

LA GEOMETRÍA MATEMÁTICA EN EL ARTE


 

Al albur de la obra del artista

 Martín Noguerol, en su serie 51

 

Nil conscire sibi[1]

Horacio



La conciencia en el arte. El arte de la conciencia. Francisco Acuyo

 

 

Nominar la palabra ¿revelada?: curiosidad, acaso sea nombrar el vigor, el carácter, el retrato particular marcado en unos pocos espíritus ya desde la más tierna infancia. En proclama de esa potencia inmarcesible para algunos, extraje unas pocas y muy humildes nociones sobre lo que la indagación de la curiosidad procura al que quiere saber algo de sí mismo y de lo que inopinadamente le rodea. Es el caso que, con esta suerte de impulso, incomprendido todavía, me interesé con sentida modestia y un anhelo palpitante sobre los dominios de la ciencia y del arte que misteriosamente embargan a la geometría, sobre todo porque aquella está inmersa en el dominio de la matemática, y siempre estuvo dispuesta para el arte.

                Nadie nos instruye en el negocio singular de ser curioso. Pero lo que será seguro es que se ofrece como una servidumbre que, a la vez, nos libera y nos embaraza. También es cierto que nadie se postula para ser avisado sobre esta o aquella familiar y esperada (o inesperada y rara) cosa. Ni que decir tiene que nunca de manera consciente, la persona curiosa, al menos al principio, entra en ninguna exacta pesquisición, más bien al contrario, pues, en la mayoría de los casos está motivado por una inquieta imaginación que lleva a la curiosidad a volar en derroteros bastantes inciertos, porque el entusiasmo y el ansia de entendimiento, ha de poner en jaque incluso al juicioso más prudente.

Así las cosas, anduve interesado desde siempre por el dominio de la geometría de manera especial (y de la matemática en su panoplia fascinante de ramificaciones que la componen), que, aun siendo un neófito o un simple fascinado en tales disciplinas, siempre hubo de maravillarme cómo el lenguaje matemático y su potente despliegue de abstracción podía (a priori, incluso) describir y descubrir la realidad física del mundo y calzarla en su idealización como un guante. Igualmente habría de suceder con ¿el fenómeno? de la conciencia, porque esta, no siendo un fenómeno medible físicamente, participa de la realidad, e incluso dícese que puede llegar a crearla[2].

La conciencia en el arte. El arte de la conciencia. Francisco Acuyo
No obstante, siempre puse en duda la acepción que acoge Locke (como insigne empirista) sobre la definición de conciencia (la conciencia es la percepción de lo que pasa en la propia mente del hombre), por que se me antojaba incompleta, no solo ante la propia e intrincada etimología que de ella se deriva en varios idiomas del término[3]. Si la definición (así como lo que sea realmente la conciencia) en sí misma es de complicada resolución (para la ciencia es el proverbial problema difícil), para el arte adquiere tintes no menos comprometidos y dificultosos. El mundo de las sensaciones (de la percepción medible y experimental) es de capital importancia en ciencia, pero en el arte (la vivencia subjetiva) de aquellas percepciones es uno de los fundamentos desde donde se edifica como fundamento para aquello que entendemos que puede ser considerado como arte. Mas, ¿qué hay de los
pensamientos, sobre todo si estos son el andamiaje nada menos que de las palabras, sin son los moldes que dan forma, así mismo, al pensamiento[4]?

La conciencia en el arte. El arte de la conciencia. Francisco Acuyo
                Estudiando e investigando el ámbito de la sinestesia[5], encontré una vía singular y al tiempo completa de entendimiento de lo que ya empezaba a considerar algo más que un fenómeno, me refiero a la conciencia que, de manera más o menos complicada, en virtud de aquel tropo (metafórico, o no) era capaz de establecer algo más que puentes entre lo sensorial (el mundo de los cualia) y las abstracciones más profundas (lo que algunos estudiosos de la retórica han denominado como proceso de abstracción sinestésica).

Decía en alguna ocasión: Realmente es alucinante, o al menos a mí en su momento hubo de parecérmelo, que a través de la teoría de números abstractos se pudiese conectar con ámbitos de la realidad como la trayectoria de la luz, ofreciendo explicaciones y, o, soluciones a la realidad física de la misma.[6] Así, también, indagando aquellas sinestesias especiales me di cuenta de que: las conexiones entre el mundo físico que la percepción ofrece y el orbe mental de dichas abstracciones, conectan con lo perceptivo en un asombroso continuum. Intuía que algo o mucho debía de tener que ver con el fenómeno no menos difícil de la conciencia compartiendo patrones organizativos[7]; y donde, finalmente infería que la sinestesia podía considerarse una expansión de la conciencia personal, pero también, una conciencia transpersonal que se ofrece como metaconsciencia, que acaso no puede explicarse como proceso cognitivo ordinariamente consciente. En el arte esta conciencia puede aparecer como una experiencia de carácter espiritual y que, no pocos, emparentan con el ejercicio creativo genuino, y si para el científico de la mente puede resultar un elemento perturbador, para el artista suele ser un ámbito familiar de convivencia.



[1] Consciente de sigo mismo de nada.

[2] Tan sólo haremos una breve referencia al mundo extraño de la física cuántica, donde el observador es imprescindible para la configuración física del mundo de lo infinitamente pequeño.

[3] Acuyo: F.: Sobre la conciencia, en prensa.

[4] Huxley, A.: Discurso, Faber and Faber, Londres, 1984.

[5] Adjunto las diferentes acepciones de la RAE para hacernos una idea de este extraordinario fenómeno que tiene su lugar en las taxonomías de la retórica.

 De sin-1 y el gr. ασθησις aísthēsis 'sensación'.

1. f. Biol. Sensación secundaria o asociada que se produce en una parte del cuerpo a consecuencia de un estímulo aplicado en otra parte de él.

2. f. Psicol. Imagen o sensación subjetiva, propia de un sentido, determinada por otra sensación que afecta a un sentido diferente.

3. f. Ret. Unión de dos imágenes o sensaciones procedentes de diferentes dominios sensoriales, como en soledad sonora o en verde chillón.

[6] Acuyo, F.: Materia, mundo fenoménico y abstracción: al albur de la sinestesia, Blog Ancile, 2 julio de 2024, https://franciscoacuyo.blogspot.com/2024/07/materia-mundo-fenomenico-y-abstraccion.html

[7] Ibidem.



La conciencia en el arte. El arte de la conciencia. Francisco Acuyo


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