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martes, 28 de noviembre de 2023

PUNTO CONTRAPUNTO. UNA GEOMETRÍA DEL TIEMPO, DE FRANCISCO SILVERA

Para la sección de Editoriales amigas, del blog Ancile, traemos una novedad de nuestro querido amigos, escritor y poeta Francisco Silvera, publicado por Puerta Granada Ediciones, y que lleva por título: Punto contrapunto, una geometría del tiempo, título que recomendamos desde nuestra plataforma encarecidamente. Ofrecemos dos fragmentos, uno que lleva por nombre, Círculo de tiza y otro con intitulado, Folía.


PUNTO CONTRAPUNTO. 

UNA GEOMETRÍA DEL TIEMPO, 

DE FRANCISCO SILVERA





CÍRCULO DE TIZA


Chalk circle

Five Or Six



Al verte, una mirada a tus ojos me ha dicho inmediatamente que te gustaría estar lejos de aquí, o trazar un círculo a tu alrededor, situarte en el centro y vivir cegado al resto, porque tus ademanes desvergonzados, suaves y puntillosos, casi de mantis, no casan con el pueblo. Fue en la decadencia del verano, las tardes se acortaban y los campos yacían agostados y entregados a la esperanza inaudita del agua. El pueblo estaba vacío, las gentes en las playas dando vida a otro lugar; las calles muertas amplificaban el roce de pisadas y rodadas de vehículos. Entré parpadeando en aquella tienda sucia y te vi tan arreglado, marujeando con el tendero de tus cosas, de tus hermanas mayores, tu pelo veteado de mechas y repeinado, tus ropas tan falsamente modernas de vanguardia de rastro, tus pendientes de plástico, tan amplios los gestos de tus dedos desplegándose llenos de folklore y sortijas, tu delgado cuerpecillo de adolescente desgraciado… Después te fuiste contando no sé qué de una romería, que te ibas a casa de no sé quién a las fiestas y al día siguiente a otras, fingiendo alegrías y placeres.Compré lo mío y salí a la misma calle que tú; hablabas con alguien y paró, de repente, aquel coche tosco y grande e inmundo de tu padre, un hombre rudo y guapo y fuerte, no como tú, un hombre de manos trabajadoras, no como tú, un hombre experimentado y conocedor de la vida, no como tú, y comenzó a gritarte para que te fueras a casa y tu cara se descomponía por instantes, y te decía algo respecto de que te ibas a no sé qué y no sé dónde con los forasteros del campo y que se te acabó eso de ir por ahí con esos extranjeros, y sobre todo que te fueras a casa y no salieras, y te gritaba y todos los muros del pueblo oían tu vergüenza y tú querías contestar pero la furia de su rostro te lo impedía, y querías acercarte a la ventanilla al amor del padre pero no había opción, sólo podías asumir que el adoquinado absorbía insultos e improperios que buscaban la tierra y brotaban reforzados en todos los cuartos del pueblo muerto, ceniciento, oscuro, tremendo y terrible, y había una mirada en tus ojos que clamaba por estar lejos, o trazar, delicadamente, un círculo de tiza a tu alrededor, situarte en el centro y que el mundo entero, el universo, cayeran derrumbados por la cólera divina con tu padre en medio, y tú allí protegido, en tu círculo de tiza.







LA FOLÍA



LA FOLÍA

 

Les folies d’Espagne

Marin Marais

 

 

Elena vino del Norte y es como si estuviera sola. Elena es maestra pero, no le pregunten porqué, se dedica a organizar las cosas de la casa. Su marido, Plácido, no para de cambiar de destino en su trabajo y lo gana bien; sin embargo, mientras estuvieron cerca de la familia, pudiendo hacer visitas, la vida era otra cosa. Ahora se interpone media Península de viajes o más y Elena se siente sola. El médico le ha dicho que es normal, que después del cambio tan radical de aires y gentes es lógico que tenga un poco de depresión. Le ha recomendado que salga y hable, que pasee y haga lo que más le guste... y unas pastillas. Pero aquí no tiene amigas, apenas puede hablar porque su acento la delata, los niños la amarran mucho con sus horarios y el pueblo no ofrece nada. Al menos duerme con las medicinas, se queda dormida en cualquier parte; muchas mañanas, de vuelta del colegio, cuando ve la casa patasarriba se sienta en el sofá y pone la televisión. Casi no le importa lo que ve, a veces envidia la tórrida existencia de algunas mujeres, casi siempre se queda dormida hasta el ángelus, doce campanazos seguidos y veloces la despiertan dejándola delante de su desastre cotidiano. Todavía hay por medio bolsas y cajas de la mudanza, algunas prendas no aparecen y, en realidad, no hay sitio donde ponerlas. Elena mira la casa, saca fuerzas y a las dos de la tarde está en la puerta del colegio para recoger a los críos, sonriendo, como si viniera de una vida normal, pero su sonrisa está fría, porque recogió la casa a toda velocidad y le dio sólo un lavado de cara, y la verdad es que algo se anima al ver personas que hablan y dicen ¡hola! y se saludan efusivamente o ríen aturulladas y gritan al hermano pequeño que no para de huir de las haldas de la madre y hay un hombre muy grande de cuerpo y afeminado y muchos abuelos y una abuela que siempre está chillando y amargada y suelta la mano para repartir cates con una facilidad pasmosa. Elena se anima; sus hijos también están tristes pero poco a poco se han adaptado; su marido, Plácido, ya es conocido en el pueblo, es director de la sucursal, y Elena siente los celos de sus nuevas paisanas porque ellos tienen un buen coche, alquilaron un piso magnífico en el centro, en la Plaza de España —todas las mujeres quieren enseñarle sus casas—, él viste siempre elegante, ella es guapa aunque el eccema, por los nervios, la afee algo, y todos los domingos se arreglan y salen a comer por los alrededores. A Elena se le pierde la mirada por los inmensos olivares del Sur, le parece arrojar la vista y, los domingos por la tarde, de vuelta, perderla como quien lanza un pájaro que huye hasta no haber existido jamás. Ahora, en la solitaria sobremesa, los chiquillos en las clases de pintura y de música en el Ayuntamiento, Elena querría salir pero la casa la devora; desde su ventana ve la plaza y sabe que dentro de un rato estará allí sentada con sus hijos y se acercarán otras mujeres de su edad que querrán enseñarle sus casas y le preguntarán por la ropa y por su lugar de origen y le harán bromas y ella reirá y percibirá cómo estas andaluzas, transcurrido un rato, cada vez emplearán más eses y refinarán su dicción, Elena no sabe si voluntaria o involuntariamente pero lo hacen y ella se cohíbe porque su voz es grave y su habla distinta, y la luz penetra como una brisa entre los visillos y, de pronto, llaman suavemente a la puerta...



Francisco Silvera







jueves, 23 de noviembre de 2023

ALTOS MUROS, DE ROSAURA ÁLVAREZ

 Traemos par la sección de Poesía del blog Ancile, una nueva entrada con un poema inédito de la poeta y artista Rosaura Álvarez, quien, por cierto, me hace el honor de dedicarme su hermoso poema titulado Altos muros, que forma parte de un libro inédito que de todo corazón deseo ver publicado prontamente.




ALTOS MUROS,

POR ROSAURA ÁLVAREZ




Rosaura Álvarez



Para Francisco Acuyo



MUROS..., mis altos muros,

mis altas tapias, sois

cerrazón en la carne;

la no luz que enceguece

y duele, y a tientas camino

con ulcerado tacto, sin

saberme,

                 sin saberos,

                                        sin saber.





Inédito

Rosaura Álvarez








martes, 21 de noviembre de 2023

EL PRINCIPIO DE RAZÓN SUFICIENTE Y KURT GÖDEL

 Siguiendo con la temática del anterior post, ofrecemos este otro para la misma sección de Pensamiento del blog Ancile, esta vez bajo el título: El principio de razón suficiente y Kurt Gödel.


EL PRINCIPIO DE RAZÓN SUFICIENTE

Y KURT GÖDEL


El principio de razón suficiente y Kurt Gödel. Francisco Acuyo




No deja de sorprenderme que la curiosidad sea el principio, al menos en mi caso, de cualquier iniciativa de pensamiento, de ciencia o de arte creativos. Porque, sí, creo firmemente que la creatividad es fundamental en el desarrollo del pensamiento y de la misma ciencia, aunque resulte obvio en el ejercicio artístico. 

Las matemáticas siempre me fascinaron. No sólo por lo que en ellas vi, para estupefacción de muchos, en la poesía. Siempre me pregunté de dónde venían sus extraordinarios formalismos y abstracciones, y cómo era posible su existencia, y aún más, casando con descripciones de la realidad física de manera apriorística, antes de la misma demostración empírica de su funcionamiento, cuestión que me hacía pensar que las descripciones formales matemáticas parecían formar parte del tejido mismo de la realidad. Por eso pensé en muchas ocasiones que más allá de ella (de la matemática) solo queda la nada.

Cualquier principio de razón suficiente que explique por qué hay algo en lugar de nada, debe encontrar instrucción y explanación en sí mismo o en otra cosa (dixit); ¿dónde reside ese principio en matemáticas? Para Hilbert esta era una cuestión de enorme interés que pretendía cerrar de manera total estableciendo las matemáticas como un sistema constituido de manera completa y coherente.

El principio de razón suficiente y Kurt Gödel. Francisco Acuyo
Pero mi curiosidad por las matemáticas y la lógica creció exponencialmente cuando un jovencísimo Kurt Gödel ponía en cuestión la proposición del gigante de Königsberg: Si las matemáticas son coherentes, se pueden construir proposiciones matemáticas que son completamente verdaderas pero indemostrables en el sistema formal de las matemáticas clásicas. (Gödel, 7 de octubre de 1930). La conclusión era arrolladora, y terrible: todo el sistema lógico supuestamente coherente de las matemáticas queda incompleto (teorema de la incompletitud). Pero, ¿cuáles serían las consecuencias reales para el sistema formal de las matemáticas? La verdad es que tardó bastante en digerirse semejante golpe, no sólo para la lógica y la misma matemática, también las derivaciones en el ámbito de la filosofía matemática y la filosofía en general.

Mi fascinación por las abstracciones lógico-matemáticas fue total cuando empecé a reflexionar al respecto y entender que el reducto impresionante de las matemáticas verdaderas, no podrían demostrarse, si realmente lo eran. El instrumento autoreferencial que utiliza Gödel es en verdad sorprendente en su extraordinaria sencillez, y su conclusión, para muchos durante mucho tiempo, inadmisible: la verdad matemática es mucho más vasta que cualquier noción de demostrabilidad*. La inmensa potencia de verdad de la propia matemática radica en sus propias limitaciones, que se traducen en la imposibilidad de demostración. Extraña, pero muy sugerente paradoja. Y es que ella encierra la grandeza de los procesos de abstracción profunda.

De las consecuencias finales de esta aproximación lógica hablaremos en la próxima entrada de este blog Ancile, que de seguro no dejará indiferentes a propios y extraños a este ámbito fundamental del conocimiento, consecuencias que traerían de nuevo a la palestra las concepciones platónicas del número.



Francisco Acuyo



  *Existe un sistema S coherente que nos dice que 3+3=7, manifiesta una proposición claramente falsa, por lo que hay que construir proposiciones verdaderas, y Gödel crea una proposición (que se denominan G), y que dice de ella misma (autoreferencialmente) no existe demostración G que pertenezca a dicho sistema G. Ya demostraría que el sistema S, si era coherente, si se pude construir a partir de él una proposición que dice que no existe demostración de ella misma en el sistema considerado, es que en verdad no existe, sino el sistema S sería del todo incoherente.





El principio de razón suficiente y Kurt Gödel. Francisco Acuyo







viernes, 17 de noviembre de 2023

KURT GÖDEL Y LA INTELIGIBILIDAD DEL MUNDO A TRAVÉS DE LA ABSTRACCIÓN

Para la sección de Pensamiento del blog Ancile, traemos unas nuevas entradas que abundan en los proceso de abstracción, esta vez de la mano del genial lógico matemático Kurt Gödel; en este primer post bajo el título: Kurt Gödel y la inteligibilidad del mundo a través de la abstracción.


KURT GÖDEL Y LA INTELIGIBILIDAD

DEL MUNDO A TRAVÉS DE LA ABSTRACCIÓN

 

 

Kurt Gödel y la inteligibilidad del mundo a través de la abstracción. Francisco Acuyo

Imagino que serán muchos (entre los que muy humildemente me incluyo), junto a grandes eminencias como Platón y Einstein, los que muestran su estupefacción y maravilla ante la realidad que conforma el mundo, y cómo esta es inteligible. Pero es aún más asombroso que, en virtud de las descripciones abstractas matemáticas pueda ser descriptible y reconocible. Aunque sólo fuera por esto, el proceso de abstracción, tan desvirtuado por muchos pensadores posmodernos en la actualidad es, a mi juicio poco razonable. Parecen haber perdido una capacidad de valoración de noción elemental para el entendimiento del mundo, a saber: la abstracción (sea matemática o no).

                No obstante, la matemática aplicada parece estar entretejida a la realidad física del universo, pero, lo que es todavía más impresionante (y que ignoran o prefieren ignorar algunas corrientes posmodernas) es que la abstracción y el formalismo matemático trascienden, de manera libre, sin relación física, a través de sus adminículos y herramientas fundamentales, la percepción sensorial, con sus seguras e inevitables limitaciones, para establecer una descripción del mundo más aproximada (algunos tipos de estas matemáticas pueden ser las teorías de grupos o los verificación de los números complejos). ¿Qué sería de la física de la relatividad o de la teoría cuántica sin estos formalismos matemáticos depurados en pos de la descripción, por ejemplo, del extraño mundo  de lo infinitamente pequeño o realidad cuántica?

                De Kurt Gödel, aprendí, por un lado que, de la aritmética elemental pueden derivarse explicaciones para entender la realidad física, y que existe  una (enigmática) relación entre lo netamente abstracto y lo físicamente material. Pero, además, me hizo conjeturar hasta qué punto no depende, o mejor, deriva, la realidad física de lo matemático. Mas también, que en la propia aritmética existen límites axiomáticos y lógicos y que den su consistencia, sin embargo, es incompleta.

Kurt Gödel y la inteligibilidad del mundo a través de la abstracción. Francisco Acuyo
                ¿Y qué sucede cuando nos encontramos ante estructuras altamente complejas que no tienen ningún vínculo con la cotidianeidad, y donde la percepción empirista ya no funciona? ¿Hemos de rechazar esas estructuras abstractas por ser meramente formales? En cualquier caso, y sin entrar en estas realidades matemáticas profundas, la mera coincidencia reconocible con el mundo de la materia física no deja de ser asombrosa, y la irrazonable eficacia de las matemáticas (E. Wigner) no deja de causar perplejidad.

                Parte de esto que ahora debatimos ya lo hicimos en otra ocasión[1], pero ahora insistimos por mor de ese rechazo hacia la supuesta mecanización de las abstracciones matemáticas, que en su aspecto contable no tienen discusión, pero que no completan el mundo de la abstracción matemática profunda, y que ciertos sectores del pensamiento reaccionan, a mi juicio, sin prestar demasiada atención a esta  realidad más honda de lo abstracto.

                Da igual que nos situemos en una perspectiva realista convencional de la matemática (que tiene como objeto la realidad material), porque hasta donde podemos llegar, no entendemos esa vinculación (¿mágica?)  física y material y con las formas matemáticas, sobre todo, si pensamos en la abstracción matemática como una expresión de realidades inmateriales y eternas, y por tanto no causales. No digamos si apostamos por la idea de la matemática como creación humana, capaz de crear un lenguaje específicamente abstracto, porque aún menos entenderíamos esa relación con aquella realidad material.

                De todo lo antecedido, recurro de nuevo a la figura del genial matemático y lógico Kurt Gödel, para llegar a una conclusión, que es del todo razonable,: las abstracciones matemáticas han tenido que ver de manera muy profunda en la conformación del mundo que nos rodea. Esta apreciación (¿platónica?) la desarrollaremos en siguientes post de este blog Ancile, y a través de las reflexiones y deconstrucciones del gran lógico y matemático Gödel.

 

Francisco Acuyo

 

 

 



[1] Véanse las secciones dedicadas a matemáticas y poesía en este blog.



Kurt Gödel y la inteligibilidad del mundo a través de la abstracción. Francisco Acuyo


martes, 14 de noviembre de 2023

EL MUNDO ES CONCIENCIA, Y LA CONCIENCIA MUNDO

 Para la sección de Pensamiento del blog Ancile, traemos un nuevos post que lleva por título: El mundo es conciencia, y la conciencia mundo, donde seguimos indagando sobre  las abstracciones como uno de los fundamentos para la descripción del mundo.


EL MUNDO ES CONCIENCIA,

Y LA CONCIENCIA MUNDO

 


 

El mundo es conciencia, y la conciencia mundo, Francisco Acuyo




Una de las más graves contradicciones de algunos pensadores posmodernos, radica en su empeño de hacer de la abstracción un mecanismo, es decir, la mecanización de cualquier proceso racional abstracto (dixit) es la característica primordial de dichos procesos. En realidad, como ya apuntábamos en entradas anteriores, la abstracción es un proceso radicado en la conciencia, y como tal, no puede ni debe diferenciarse radicalmente de la realidad que percibe dicha conciencia, acaso porque dicha realidad no puede separarse de dicha conciencia, aunque esta afirmación suponga algo inaudito para la convención cognitiva del mundo. El mundo es conciencia y la conciencia, mundo.

En virtud de lo antecedido, es por lo que, a mi juicio, los procesos matemáticos en forma de juicios a priori funcionan y casan (mágicamente) con la realidad de lo físico. La entidad invisible de la conciencia nos demuestra que la fenomenología de lo que acontece es una urdimbre de vínculos, de relaciones, que hacen de la realidad lo que es. El quiasmo de Merleau Ponty o el ámbito kantiano de lo trascendental pueden ser unos buenos ejemplos de lo que hablamos.

La abstracción y la percepción comparten una misma naturaleza vinculante y vinculadora. En el dominio de las relaciones sinestésicas[1] se pueden encontrar abundantes ejemplos de esta singularísima relación, donde lo abstracto sinestésico da cuenta de este vínculo estrecho donde la dualidad de lo pensado y lo percibido, siendo dos, acaban por diluirse en una especial complementariedad, donde la conciencia es mundo, y el mundo, conciencia.

La convención cultural y social hacen que esta relación resulte ilusoriamente dividida y contradictoria entre aquél que observa y lo observado que, en realidad, aunque parezcan opuestos, no los son en modo alguno. Es así que lo percibido sensorialmente no es solo el cuerpo de la sensación, también de la abstracción entendida como espíritu que, paradójicamente, diríase que no puede desligarse de lo físico.

El mundo es conciencia, y la conciencia mundo, Francisco Acuyo
Estas sutilezas traídas al caso son en verdad de una importancia extraordinaria para enfrentarla a una sociedad ensimismada en las religiones de diversas ideologías (véanse los peligrosísimos nacionalismos) que establecen convenciones interesadas a la hora de conformar criterios de realidad, en los que se sitúan ellos (como razón y víctimas) de los demás, a los que se enfrentan, en razón de una diferencia ilusoria y siempre malintencionada para obtener fines putrefactos de poder y para, más tarde, mantenerlo o expandirlo. Esta es una de las primeras consecuencias, entre otras muchas, de no entender la naturaleza material de la realidad, que no puede ser separada de la nuestra propia como conciencia, porque, en verdad son la misma por ser complementarias.

Pero, de estas conclusiones no pueden extraerse otras fuera de la realidad del caso de lo que la abstracción es, y donde el pensamiento posmoderno hace responsable de todas las fragmentaciones dolosas de las que somos testigos. La sacralización de lo social no es, desde luego, la respuesta a los problemas individuales o colectivos, sino una desviación burda, grotesca, de la necesidad de lo trascendente, de lo invisible, que puede ser oteado por la abstracción de la idea y del pensamiento que, como digo, no puede desligarse de lo perceptivo o sensorial, que en modo alguno es discontinuo, separado y que, en modo alguno, puede ser descrito como una parte, acaso la más rudimentaria, de la abstracción matemática. Es el caso del algoritmo, triunfante en nuestros días. En cualquier caso, hay una poderosa abstracción capaz de dar cuenta de lo dinámico y de lo vivo, asumiendo las propias limitaciones de la lógica y razón abstracta que, por cierto, es esta misma abstracción quien las asume.

La sensibilidad y la abstracción, en fin, no están, ni con mucho tan separadas como pretenden  hacernos creer  algunas corrientes interesadamente ideológicas, y que dicen solo existe la concreción unitaria, temporal, de lo que les conviene y donde, sin embargo, no se puede negar ese algo más (sensitivo y abstracto) que nos hace aspirar a lo eterno, acaso porque Dios no puede mirar más que un mundo que sea su propia mirada (Corbin H.)

 

Francisco Acuyo



[1] Acuyo, F.: ibidem.

El mundo es conciencia, y la conciencia mundo, Francisco Acuyo


 

viernes, 10 de noviembre de 2023

LA IMAGINATIO VERA. EL SÍMBOLO: ENTRE LA ABSTRACCIÓN Y LA SUSTANCIA.

Siguiendo con las reflexiones sobre la abstracción y el mundo de los sentidos, traemos un nuevo post para la sección de Pensamiento del blog Ancile, que lleva por título: La imaginatio vera: el símbolo: entre la abstracción y la sustancia


LA IMAGINATIO VERAEL SÍMBOLO: 

ENTRE LA ABSTRACCIÓN Y LA SUSTANCIA.

 

La imaginatio vera: el símbolo: entre la abstracción y la sustancia.  Francisco Acuyo



Entre las contradicciones más rechinantes (o chirriante) de algunas de las aproximaciones de la posmodernidad en la justificación al su rechazo de la abstracción y los procesos netamente racionales, está en su reconocimiento de la importancia del símbolo. El símbolo, además, reconocido como imaginatio vera. Exponen la realidad incuestionable, tanto como el de la piedra dura, del símbolo.

                Deducen que la acción de conocer es esencial para entender la estructura y la dinámica de la realidad. Por lo que la conciencia es fundamento de lo que sea el mundo, si es que esta participa en su configuración: cada conciencia forma parte de este mundo que también es conciencia original, conciencias, en fin, que aspiran a conformar parte de aquello que no tiene partes porque es infinito. ¿No es resueltamente abstracta esta apreciación en tanto que se sustenta en la realidad intangible (y abstracta), invisible de la conciencia?

                En el afán de arremeter y desacreditar a la matemática como vía de entendimiento vivo, dicen estos pensadores y filósofos posmodernos que los modelos matemáticos son mecánicos y no pueden establecer patrones orgánicos, vivos y analógicos. También afirman que la propia causalidad se puede reducir a una experiencia epistémica, ya que aquella no era un fenómeno físico, sino de la mente, y por tanto de la memoria y de la percepción. Entonces, ¿cómo es que la matemática, incluso a priori del experimento demostrativo, es capaz de describir fenómenos físicos con gran despliegue de detalles formales -matemáticos-?

La imaginatio vera: el símbolo: entre la abstracción y la sustancia.  Francisco Acuyo
                No es que quiera reducir la importancia de lo sensible a la apreciación de la realidad, es que lo establecen como el único camino para, sino llegar a ella, al menos para representarla con garantías de alguna fidelidad. Los modelos matemáticos como, por ejemplo, el aplicable a los fenómenos complejos del caos, se utiliza para el estudio de los sistemas complejos, vivos, no lineales; recuerdo que un sistema complejo está interconectado o entrelazado con información no visible al observador, en virtud de dichas interacciones y cuyas variables ocultas muestran que la totalidad del sistema complejo posee más información que las partes que lo conforman, así: los organismos vivos, el clima, las organizaciones sociales, el constructo vivo de la poesía[1] … pueden servirnos de ejemplo de no linealidad en sus modelos matemáticos, y como no deterministas.

                Así las cosas, abarcar la matemática y sus diversos modelos matemáticos como mecanicistas no sólo es un error, también una clara injusticia rayana en la ignorancia del amplísimo mundo de las matemáticas. Es así que, si existen variables ocultas, acaso sean porque estar ocultas sea su naturaleza, y la abstracción matemática de los modelos complejos la herramienta viva que nos ayuda a aproximarnos a ellos, aunque sea imposible el encuentro frontal y determinado con aquellas variables ocultas que referenciamos.

                A mi juicio, me parece claro que la percepción, no es el único medio otear, aproximar, entender las relaciones entre la conciencia y el mundo, mucho ha dicho, dice y tiene que decir la abstracción en todo ello, porque ésta, a tenor de lo que nos advierte en sus modelos (como el matemático), en modo alguno debe entenderse como un producto de nuestro interior enfrentado con la exterioridad del cuerpo, sino como una vía (acaso misteriosamente) entrelazada que expone formalmente que la conciencia está en el mundo, y la percepción de este ya ubicada en el modelo matemático.

                Por esto, y no solo desde una óptica de la filosofía de la matemática, la abstracción, en realidad, no está desvinculada del proceso vital, pues nos invita a la reflexión sobre el sentido y los significados que aportan en sus indeterminaciones y conceptos, ya que están abiertos al mundo, así, al menos, concibo yo los procesos de abstracción y aquellos de determinados modelos matemáticos que pueden considerarse extraordinariamente potentes (sirva como ejemplo,  el proceso lógico matemático llevado a cabo por  Gödel en su teorema de la incompletitud)[2].

                Indagaremos en una nueva entrada estas aproximaciones entre la abstracción y sus relaciones cognitivas con la percepción de lo que entendemos como realidad en virtud de esta última.

 

Francisco Acuyo



[1] Acuyo, F.: De la proporcionalidad en lo diverso. Sobre la simetría y asimetría del verso endecasílabo. Universidad de Granada, 2007.

[2] Gödel expone de manera lógico matemática los límites de la propia ciencia matemática.


La imaginatio vera: el símbolo: entre la abstracción y la sustancia.  Francisco Acuyo


martes, 7 de noviembre de 2023

LENGUAJE Y ABSTRACCIÓN: ¿SON SUSTANCIALES LAS PALABRAS­?

 Para la sección de Pensamiento del blog Ancile, traemos un nuevo post que lleva por título: Lenguaje y abstracción: son sustanciales las palabras?


LENGUAJE Y ABSTRACCIÓN:

 ¿SON SUSTANCIALES LAS PALABRAS­?


 

Lenguaje y abstracción: son sustanciales las palabras? Francisco Acuyo

Las corrientes posmodernas, cegadas por su rechazo a los modelos, métodos y genealogías de la abstracción, tratan de manera casi furibunda de obviar el pensamiento sustentado por aquella como sustrato esencial (racional) para cualquier apreciación de lo que sea en realidad el mundo. El lenguaje metafórico y su función asociativa, dicen, acaba por convertirse en lenguaje cuando el olvido de su naturaleza analógica se hace presente. Mas, ¿yo me pregunto qué es lo que inicia, procede y procesa hasta el término de lo que reconocemos como analógico cognitivo? ¿Es la percepción de las cosas las que nos lleva a la comparación y distinción de unas y otras? ¿O es en realidad un proceso netamente abstracto mediante el cual una palabra señala un objeto para distinguirlo del resto?

                A través de los estudios sobre el fenómeno sinestésico he aprendido dos cosas fundamentales: una, que la sinestesia no tiene que ser necesariamente una metáfora; dos, y acaso la más importante, que las denominadas sinestesias impropias o abstractas que algunos rétores y especialistas rechazan como tales, son también sinestesias con unas cualidades muy singulares, cuestión que señalaba en ocasiones diversas de mis investigaciones.[1] De hecho, la supuesta metáfora sinestésica abstracta, es un ámbito intermedio donde la percepción fundida u sustituida por sentidos varios, casa sensitivamente con determinados procesos abstractos. Los juicios sintéticos a priori kantianos, adquieren una propiedad nueva y relevante, y es que el conocimiento, pongamos matemático que describe a priori el funcionamiento material o físico de determinados fenómenos, como el de la velocidad y trayectoria de la luz y su curvatura, para que, posteriormente, mediante experimentación, se compruebe la certidumbre de sus abstracciones matemáticas, ofrecen una misteriosa relación entre la percepción y la abstracción, que resueltamente, los pensadores posmodernos rechazan (dixit, en las matemáticas no hay metáforas).

                De, hecho lo que hace que algunas metáforas no se fosilicen en convenciones manidas, son los procesos de abstracción, pues hacen de la palabra metafórica un proceso vivo. La hipérbole borgiana mediante la que el matemático (referido a Demócrito) se arranca los ojos para pensar, no deja de ser más que eso, una exageración muy conveniente para sus propósitos narrativos, ya que es extremadamente difícil, tal vez imposible, distinguir el proceso perceptivo experimental del propio experimento. Esto es así, porque existe una realidad entrelazada entre la conciencia y la realidad que consideramos material.

                Por esto, la abominación de los procesos abstractos, matemáticos o no, no sólo no son justificables, sino que no se atienen a la propia realidad cognitiva y sus relaciones dinámicas altamente complejas entre la conciencia y la supuesta materialidad del entorno.

                De todo lo anteriormente expuesto, quiero romper una lanza en favor (no del cientificismo galopante que nos machaca cada día), pero sí por los existencialismos que en modo alguno fueron pasivos ante el hecho de que la realidad muchas veces es cruda, descarnada, cruel, por lo que no tiene nada de extraño que parezca hostil. EL ego (y el egocentrismo) existencialista que tratan de imponer en su visión la posmodernidad , olvida que muchos de estos grandes pensadores de la existencia, exponían su angustia por mor de la contemplación del sufrimiento injustificado e injustificable no, solo personal, sino del dolor de todos aquellos que también sufrían, y, ¿no es esta una manera solidaria de acometer la realidad, tantas veces violenta y cruel que nos ofrece el mundo?

                Por establecer unos parámetros legítimos para la explicación de la dinámica del mundo consistente en la participación de la conciencia en el mismo, siendo este último también conciencia, no disculpa ni excusa esos injustos ataques sobre aquellas personas que no hacían sino manifestar su inconformidad con las injusticias sociales y naturales con las que tenemos que convivir los seres humanos a diario, por lo que es bueno su recurso siempre, para caer en el peligro de  un optimismo metafísico del muy bien puede aprovecharse las ideologías atentas a la manipulación constante.

                Haremos algunas otras aproximaciones a esta temática y a la insistencia de algunas corrientes posmodernas en su rechazo (a mi juicio) irracional de la abstracción y los posicionamientos del flujo y curso de las existencias, que perdura a su pesar, en el pensamiento contemporáneo.


 

Francisco Acuyo



[1] Acuyo, Fisiología de un espejismo: sinestesia pincel del pensamiento, Entorno Gráfico Ediciones, Colección Exagium, Granada, 2023.

sábado, 4 de noviembre de 2023

RAZÓN Y CONCIENCIA DEL MUNDO

Para la sección de Pensamiento del blog Ancile, traemos un nuevos post que lleva por título: Razón y conciencia del mundo.



RAZÓN Y CONCIENCIA DEL MUNDO



 

Razón y conciencia del mundo. Francisco Acuyo



Abundando sobre algunas corrientes posmodernas que abominan de la abstracción y del mundo de lo abstracto, en tanto que este está concebido para la cuantificación (dixit), no deja de causar hondo asombro este rechazo, y más aún los argumentos para justificarlo. La matemática, bien puede ser, la causa de esta afirmación, si bien es incuestionable que esta, sobre todo la matemática aplicada, tiene una vertiente cuantificadora y reduccionista indudable, mas que hacemos con el resto de matemáticas -puras y teóricas-, que mueven su ámbito en horizontes no precisamente tan evidentes. Pero lo más sangrante es que la capacidad de abstracción no puede ni debe reducirse al cálculo. ¿No es abstracto el amor? ¿No lo es la amistad? ¿Cuántos sentimientos y emociones son invisibles y no medibles en sus etéreas proporciones?

                Viene al caso esta reflexión inicial porque, en la lucha de algunas corrientes posmodernas contra los males de la modernidad (y decíamos también en anterior entrada del existencialismo), se coligen aseveraciones que deben de tenerse por francamente disparatadas.

Se rechaza el álgebra porque sus cálculos se parecen a los de una máquina, olvidando cualquier faceta creativa en el ámbito de la abstracción matemática, negando cualquier espontaneidad e intuición, y por tanto de cualquier forma de libertad en su ejercicio, pero no caen en la cuenta que lo más humano radica precisamente en la manifestación de lo invisible, cosa que se lleva a cabo vía de la abstracción introspectiva (enumerábamos, sentimientos y emociones varios), y todo por volcarse en el único conocimiento  aceptable: la percepción.

Razón y conciencia del mundo. Francisco Acuyo
                Se atañe a esta tendencia racionalista abstracta de la modernidad (también de los existencialismo, a mi juicio sin demostración alguna), lo que ha hecho un mundo desprovisto de valores (¿qué hacemos con el imperativo categórico de Kant, deducido exclusivamente por la razón?). Que el mundo, el universo, es cosa viva no necesita del rechazo de uno de los fundamentos más genuinos de nuestra humanidad como es la razón. No veo que el motivo único de esta artificial divergencia entre arte y razón provenga de los excesos de aquella, tal vez de su ausencia, ya que la ciencia en modo alguno es solo ingeniería.

                Estas visiones parciales, interesadamente ideológicas, no ayudan a entender la realidad organizada del mundo, como tampoco a comprender la propia naturaleza humana. Naturaleza, por cierto, que reside en la singularidad de la conciencia, conciencia de la que participa el mundo, y de la que inferir que en realidad son los límites de nuestro conocimiento donde en verdad reside el gozo de la vida.

                Dicho esto, ¿podemos rechazar el pensamiento, el ideal abstracto como fuente de entendimiento de la realidad del mundo, como pretenden amplios sectores del pensamiento posmoderno? ¿Acaso no comprenden que la abstracción no ha pretendido nunca, ni siquiera la matemática (Gödel) reconocer un único modelo de orden, sino que, también saben de sus límites lógico matemáticos? ¿No imagina siquiera que los idealismos lógicos más potentes reconocen su limitación de determinista en ámbitos materiales en los que acaba por influir, como es el de la propia física?

               ¿Esa desconfianza en el orden lógico matemático está plenamente justificada, sobre todo cuando a través de sus propias herramientas lógicas reconoce su incompletitud? Esa suerte de indeterminismo poético a la que acuden es una grande contradicción, porque hasta la misma poesía, como el arte y la música, tienen una componenda abstracto-matemática que las fundamenta y que ponen en evidencia las carencias y límites de la medida concebida mecánicamente.[1] La no linealidad de sus ecuaciones y axiomas, ¿qué hacen, sino poner en evidencia esos límites en los sistemas complejos que las integran?

                El discurso posmoderno no deja de entrever su propia fatuidad en numerosas ocasiones en sus rechazos a la modernidad y los supuestos constructos nuevos que anuncia, genuinos y propios de su sello y fábrica. Indagaremos en nuevos post sobre esta temática que nos parece de gran actualidad e interés práctico e intelectual.

 

 

Francisco Acuyo

 



[1] Acuyo, F.: Los fundamentos de la proporción en lo diverso: sobre la simetría y la asimetría endecasilábica, tesis doctoral, Departamento de Lingüística y Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, Universidad de Granada, Granada 2007, pp. 374, ISBN: 978-84-338-4668-6.


Razón y conciencia del mundo. Francisco Acuyo


miércoles, 1 de noviembre de 2023

ALGUIEN LLEVA UNA PIEDRA ESCONDIDA EN LA ROPA, DE JOSÉ CARLOS ROSALES

Para la sección de Poesía del blog Ancile, traemos una nueva entrada con los versos del poeta y amigo José Carlos Rosales y su nuevo libro de `poemas, Alguien lleva una piedra escondida en la ropa, primorosamente editado Bartleby ediciones para su colección de Poesía. Seleccionamos un par de poemas del ya selecto conjunto que compone el poemario como muestra del mismo, recomendando vivamente su adquisición y lectura.



ALGUIEN LLEVA UNA PIEDRA ESCONDIDA EN LA ROPA,

DE JOSÉ CARLOS ROSALES



Alguien lleva una piedra escondida en la ropa, José Carlos Rosales



PIES DE VIDRIO




Hay demasiada gente perdida en la parada,

               una parada de autobús,

una mañana fría,

gente que calla y mueve la cabeza,

miran al suelo, alzan la vista

para seguir las nubes o los pájaros,

cielo lacrado, niebla móvil,

los brazos que se encogen,

el cuerpo que se mece de un lado para el otro,

             vacilan, titubean,

             quisieran alejarse,

  tiritan:

que venga un autobús con plazas libres,

cualquier autobús sirve,

que llegue pronto el autobús vacío:

el movimiento entrecortado

de los brazos, vaivén o balanceo,

no dejan de moverse,

movimientos que son los movimientos

del que no tiene a dónde ir,

aquel que nunca se detuvo,

mecánica imparable, temblor aleatorio,

las manos ateridas,

los pies de vidrio opaco,

los labios que ahora son de madera o de cobre,

la soledad del mundo concentrada en un ángulo,

todo está enrarecido, todo está enrareciéndose,

todo el mundo se va,

nadie regresas a ningún sitio:

hay demasiada gente parada en la parada,

y una nueve de vaho les difumina el rostro,

hace frío, impenetrable frío,

empezará a llover dentro de poco,

no habrá refugio, escondite o defensa,

nada está donde debe, todo empieza a borrarse

y alguien lleva una piedra escondida en la ropa.

 



Alguien lleva una piedra escondida en la ropa, José Carlos Rosales
Foto de Jose Carlos Rosales
por Jesús García Latorre



DÍA DURADERO

 

Alguien lleva una piedra escondida en la ropa, José Carlos Rosales
Durante largo tiempo fui

una piedra dormida,

arrinconada al borde de un arroyo

en aquel mundo hueco, sin caminos,

atajos o senderos, cuando el tiempo  no era

lo que recoge el calendario:

una piedra recóndita, indolente,

una de tantas, piedra oscura,

no negra, casi negra, piedra pálida,

perdida en la hojarasca donde la luz no llega.

 

Alguna vez lo fui, lo suelo recordar,

conmemoro ese día duradero,

sigiloso reinado sin conciencia ni asfixia:

las piedras no se cansan,

no respiran, no mueren,

solo están sin estar, solo perduran,

no perciben el tiempo, y lo dejan caer

hacia un final equívoco, y el final nunca viene,

y las piedras se quedan tan quietas como estamos

los que somos ahora materia viva, viento.



José Carlos Rosales

 

 







 

   

Alguien lleva una piedra escondida en la ropa, José Carlos Rosales