viernes, 25 de abril de 2025

LA SUSTANCIA DE LA NADA, BREVÍSIMA INTRODUCCIÓN

Para la sección de Pensamiento del blog Ancile, traigo a nuestros habituales lectores y amigos un nuevo post que indaga sobre las exóticas cuestiones que acostumbramos a indagar de vez en cuando, para curiosidad de algunos y caso para fastidio de otros, en este caso lleva por título: La sustancia de la nada, brevísima introducción. Se trata de un breve fragmento de la que puede ser una nueva publicación o tratado nada menos que sobre la nada



 LA SUSTANCIA DE LA NADA, 

BREVÍSIMA INTRODUCCIÓN



La sustancia de la nada, brevísima introducción. Francisco Acuyo



Ruego al lector que se acerque a mí o a estas páginas, que será la misma cosa, como a un espejo, pues mirarlas a ellas será mirarme (mirarse) a mí (a sí) mismo como reflejo, y quizá de esta manera pueda mostrarle lo que existe en el espíritu del lector que acaso del todo ignorase, y también puede que vean en esta nada tan torpemente referida algo tan profundo que pese y se vea como cualquiera material o fisonomía evidente, es así que ¿la sustancia de la nada? tal vez quede dispuesta a través de estas páginas, como maleable metal, a ser forjado para constatación verídica de su entendimiento.

La sustancia de la nada, brevísima introducción. Francisco Acuyo
Estimo sin presunción, que este asunto, siendo nada, os conmueva acaso hondamente porque, a mi juicio, estremece sin ser y conmueve en masa los cimientos del cosmos mismo como cosa en extremo vacilante. Verán de la nada surgir como fantasmas errantes lo más nutrido de material constancia, y cómo, aquello que, por más veraz por sustancioso se tenía, abandona el ser y los atributos de su producto ymercancía, y que todas aquellas cosas tenidas por indiscutiblemente veraces transfiguran su forma, su ser indiscutido, y las tenidas por cualidades primigenias, por otras tan extrañas que apenas dará de ellas, tenidas por reales, singular constancia.

Ved pues, aquí, sin embargo, no tanto el valor indiscutible de la rigurosa ciencia, tampoco el atavío intelectual cierto y la profundidad imprescindible de una sistemática filosófica, como la indagación limitada, insegura, perpleja y fluctuante de un alma que no ceja en asombrarse ante una realidad tan duradera y fértil, que hace crecer como fruto cierto desde la nada misma todo lo que en la conciencia y en el mundo mismo se tiene por verdadero. Es así que quiero mostrar cómo, a tenor del detenimiento en la nada, el espíritu y los sentidos parecieron asamblea inaudita celebrar, y esta humilde, menesterosa conciencia que les habla, sufre desde entonces una extraña transformación de la que quieren hacerse eco estas páginas jalonadas acaso por la comprensión, o, a lo peor, conjuradas por lo inefable. 



Francisco Acuyo




La sustancia de la nada, brevísima introducción. Francisco Acuyo











martes, 22 de abril de 2025

LA MORADA INFINITA, QUIEN LEE VIVE MÁS, 2, DE JAVIER LOSTALÉ

Tengo el placer de ofrecer a mis asiduos y generosos lectores una nueva entrada para la sección, Editoriales amigas,  del blog Ancile; en esta ocasión para mostrar la primicia de nuestro admirado y muy querido poeta y amigo Javier Lostalé, intitulado: La morada infinita, quien lee vive más, 2, primorosamente editado por la madrileña editorial Polibea, que regenta con tanta nobleza como sabiduría Juan José Martín Ramos, para su colección extremada, La espada en el ágata, en su número 48. Ofrecemos para abrir boca un par de textos para deleite de los amigos de nuestro, vuestro blog Ancile.  Preciosa publicación que enseña que hay otra vida no menos gozosa e interesante en la lectura de los libros. Recomendamos vivamente la detenida inmersión en sus páginas porque será como indagar en la misma alma, profundamente benévola y sensible, de su autor Javier Lostalé.

El libro se presentará el día 2 de mayo a las 20.00 horas, en el Centro Artístico, Literario y Científico, sito en la calle Almona del Campillo 2, 18009 de Granada. Presentará el poeta José Gutiérrez e intervendrá el propio autor leyendo algunos de los textos.


LA MORADA INFINITA, QUIEN LEE VIVE MÁS, 2, 

DE JAVIER LOSTALÉ



La morada infinita, quien lee vive más, 2, Javier Lostalé




EL MANANTIAL DE LA ALEGRÍA



CORRO hacia aquel instante / y alcanzo el manantial de la alegría, así rezan dos versos de Clara Janés. Su lectura nos inclina más sobre el libro que nos tiene separados del mundo, o mejor, dentro del otro que existe en este. Deprisa, pero muy quietos, vamos también nosotros en pos del manantial de la alegría. Ya se escucha su sonido, claro pero oculto, y cada página que pasamos todo nuestro ser empieza a cantar, muy en silencio, la cadencia de un agua tan clara como oscura en su misterio.

Cada pausa que hacemos se torna un espejo en el que se refleja un rostro que, enseguida, se borra, pero que hondo nos responde. Libro y nosotros nos cogemos entonces de la mano y caminamos juntos hacia un espacio desconocido pero donde ya estuvimos, porque en brazos ya estamos de la alegría, y el texto sin llama arde, y no hace sino responder a cuanto su corazón, que es el nuestro, le pregunta. Y un momento llega en que las palabras se nublan y amanecen otras nuevas dentro de nosotros. Y ya no sabemos de quién somos, a qué abrazos o sueños pertenecemos. Solo deseamos alcanzar el manantial de la alegría para, leyendo, hasta la misma luz beber. Y así, radiantes, vivir más.



La morada infinita, quien lee vive más, 2, Javier Lostalé
Javier Lostalé






LECTURA CUERPO



«EL cuerpo se abre como un libro, tiene índice, capítulos, colofón», escribe Adolfo García Ortega. Y el libro es un cuer­po, añadimos, que nos espera en las librerías, en las bi­bliotecas o en cualquier lugar, dispuesto a que lo poseamos y comenzar así a respirar. Y como la pasión se va poco a poco encendiendo dentro del lector, va tendiéndose ante sus ojos para que este contemple la belleza que esconde, o visite las ciudades, mares y cielos que encierra.

Los buenos libros, como los cuerpos, admiten muchas lecturas y siempre viven en su amanecer. Como los cuer­pos avivan la imaginación, y promueven una aventura cuyo destino constantemente se aplaza para que nunca falte algo por descubrir.

Tienen los libros piel, son táctiles, y al mismo tiempo son fuente del espíritu, poseen alma. En sus páginas tiem­bla su horizonte el amor y sentimos lo que interrumpe el dolor.

Los libros se despiden lo mismo que un cuerpo. Notamos su falta una vez terminados, aunque una luz queda dentro de nosotros que, como la de un cuerpo, pervive. Nunca los buenos libros, como un cuerpo, se acaban de cerrar. Volver a ellos es situarse en el más maravilloso umbral.



Javier Lostalé




La morada infinita, quien lee vive más, 2, Javier Lostalé



viernes, 18 de abril de 2025

JARDÍN DE UN SUEÑO SIN TIEMPO NI ESPACIO

Prosiguiendo con los poemas primaverales, traigo para la sección de Poesía del blog Ancile, tras la sugerente conferencia de mi amigo y profesor de astrofísica Eduardo Battaner, un poema intitulado: Jardín de un sueño sin tiempo ni espacio.



JARDÍN DE UN SUEÑO SIN TIEMPO NI ESPACIO



Jardín de un sueño sin tiempo ni espacio. Francisco Acuyo



Contemplando el cielo constelado desde mi jardín de sueño



Para Eduardo Battaner





  Yo vivir no deseo para cualquiera cosa 

que no sea contemplar la luz de aquel reflejo

que antes del tiempo en mí estuviere prodigiosa.

Luz nunca vista que antes que yo fuere en su espejo,

mostró el alma evidente al ser siempre misteriosa.


   Mas de su luz no puede ninguna sombra o muro

ya tupido de verdes hojas cubrir su brillo:

aquí, sobre la verde grama, está del futuro

jardín, tendida mi figura, en el amarillo

concierto de un otoño de álamos prematuro.


   Mi cuerpo no nacido en un espíritu de fuego

potencial arde como poema jamás escrito;

acto fue de un autor no nacido que a ti entrego,

lector, en donde fluye sin tiempo el infinito

que persigue un ahora que nunca será luego.





Francisco Acuyo



Jardín de un sueño sin tiempo ni espacio. Francisco Acuyo


martes, 15 de abril de 2025

CUANDO ÉRAMOS FELICES TENÍAMOS OTROS NOMBRES

Entre la poesía y la filosofía discurren estas reflexiones sobre un tema recurrente en este blog, cuya entrada lleva por título: Cuando éramos felices teníamos otros nombres, y para la sección de Pensamiento del blog Ancile.


CUANDO ÉRAMOS FELICES

 TENÍAMOS OTROS NOMBRES


Cuando éramos felices teníamos otros nombres, Francisco Acuyo


Será muy cierto aquello de: cuando éramos felices –y con humildad yo amplío, y emancipados- teníamos otros nombres , si era la más tierna juventud la que se evoca; así es que, casi no me reconozco en esta nueva lid después de tantos años con la que el ser de este relato persevera con nuevo nombre. En liza, pues, debato muy lejos (o quizá no tanto) del común de mis genuinas y acostumbradas atenciones en nombrar con la palabra poética el mundo: con el verso a la poesía juré amistad devota y, aún eterna afección; en su resplandor fijé mi descendencia, si alguna en verdad con dignidad hubiere de recordarse. Sin embargo, este manual raro que versa en prosa sobre asunto para muchos en demasía extravagante, ha sido y es el fuego que obsede lo más hondo la gracia o la desgracia del espíritu de no pocos hombres, vengo a referirme a la nada. 

Cuando éramos felices teníamos otros nombres, Francisco Acuyo
Pero, si la materia de este libro sopesa nada menos que la nada, de sus vigilantes afanes no vean en este epítome del no ser un grave tratado de la ciencia (física, sobre todo); no será tampoco de filosofía (a lo menos metafísica), porque nunca tuvo pretensiones de serlo. Encomendar quise mi infinita curiosidad de poeta tocando en lo que fuese posible, con el eco de algunos versos al principio de cada capítulo por librar a la infecunda  prosa de la maldición de su esterilidad y dar la elocuencia definitiva a lo que acaso sea del todo indescriptible: la nada, insisto.

Porque no interpreten mal la índole de mis reservas en este introito, quizá inopinado para el lector atento, debo decir que, no obstante, la ciencia y la filosofía pueblan abundantemente y con todo reconocimiento la argumentación de este insólito compendio. Grave contradicción, pues, verán ya de inicio en esta crónica de la nada, que no pretendiendo ser de ciencia ni de filosofía, recurre y desborda ambas disciplinas en el discurrir de su extraña leyenda y compleja descripción. Al trance al que me expongo (y arrastro acaso al lector) hace buscar en mí mismo lo que en mí mismo no hay, pues no soy físico ni filósofo, aunque a ambas disciplinas les deba muchísimo, incluso en mi condición de poeta. 



Francisco Acuyo



Cuando éramos felices teníamos otros nombres, Francisco Acuyo


 

viernes, 11 de abril de 2025

LO INVISIBLE PINTA LA IMAGEN Y LA RAZÓN DE AMOR

Algunos poemas inéditos al comienzo de la primavera para la sección de Poesía del blog Ancile, en esta ocasión bajo el título: Lo invisible pinta la imagen y la razón de amor.



LO INVISIBLE


PINTA LA IMAGEN  Y LA RAZÓN DE AMOR









   Hay quien del alma en lo invisible goza,

y muchos quienes, con gran diligencia, 

por reírse de ella siempre, su inteligencia

quieren que se les juzgue muy ingeniosa.


   ¿Quién tocar puede esa luz que emboza

el amor y de inmaterial presencia

completa todo anhelo de conciencia

plena, siendo esta un sueño misteriosa?


   Su imagen para el alma perceptible

quedó, si en las pupilas sensación

de lo que nunca fue por invisible. 


   ¿Qué sabemos sin su razón de nada,

si lo invisible en nuestro corazón

quedó por manos del amor pintada?





Francisco Acuyo













martes, 8 de abril de 2025

LA RAZÓN POÉTICA ANTE EL ENGAÑO DEL MUNDO

Nuevas cavilaciones pueblan este nuevo post de la sección de Pensamiento del blog Ancile, esta vez bajo el título de: La razón poética ante el engaño del mundo.


LA RAZÓN POÉTICA ANTE 

EL ENGAÑO DEL MUNDO




La razón poética ante el engaño del mundo. Francisco Acuyo



Aprendí que meditar en la poesía era una suerte de incubación enigmática. Allí habita la quietud silenciosa de la nada. Aquella quietud que es fin de todo pensamiento, si es allí donde habita el olvido donde se puede escuchar aquello que de otra manera no es posible de escuchar, porque su silencio (audible en esta quietud) proviene de otro mundo, allí, sin donde, y que siendo poesía bien puede ser aprehendida como una iniciación para adentrarse en un ignoto dominio. En poesía, el concepto, la razón, convencionales dan paso a una lógica iniciática que en realidad se complace en aquella quietud anunciada, pero que se funde con la vida misma y con la conciencia (que no con el pensamiento). Concebí el ejercicio sensible, sensorial, sensitivo del creativo poético como un acceso a la conciencia que se contempla a sí misma y que nos proporciona, en su impulso integrador, el abordaje del mundo como un silencioso todo (que acaso es nada) que parece gozar en la inocencia, que se complace en estar atento a todo sin distinción, sin análisis o intenciones taxonómicas, donde todo está incluido, incluida la propia nada, o lo que es lo mismo, la conciencia silenciosa anunciada.

Supe en virtud de este entendimiento integrador poético, que las cosas no son lo que parecen, y que la poesía toma la medida de lo inmedible y preste la atención precisa en su dinámica creativa (alerta que se traduce en la dinámica singular de su constructo lingüístico, retórico y sobre todo métrico, que posibilita la música que aspira al silencio original), e intenta enseñarnos a escuchar.

La lógica poética debe entenderse como algo muy diferente a la lógica del concepto netamente racional, es el impulso que conecta mediante su peculiar lenguaje al mundo de la integración o de la unicidad. El poeta es un médium o, al menos, un mensajero (un ángel fieramente humano), cuyo mensaje ha sido gestado en otra realidad y que no hace sino mostrarnos nuestra profunda ignorancia producto del engaño (metis) del mundo de lo que estimamos como razonable, perdido en la divagación de un devenir que entendemos desde el pasado al futuro, cuando en realidad solo hay el ahora, o lo que es lo mismo, vivimos el sueño del tiempo que quiere nombrar en su ilusorio transcurso lo que está fuera de él y es innombrable.



Francisco Acuyo









jueves, 3 de abril de 2025

EL SUEÑO AZUL, GLOSA

Para la sección de Poesía del blog Ancile, traemos un poema inédito que lleva por título: El sueño azul, con el que abría el equinoccio primaveral.



EL SUEÑO AZUL




GLOSA



El sueño azul, Francisco Acuyo



Amo, ergo sum



(Un cielo azul sobre la imagen

 de la amada en la fuente)



   


  Sus pechos son dos tiernos de gacela

cervatillos que vienen a beber

agua de un manantial que quiso ser

el alma de mis sueños centinela.


    En esta fuente, sí, se mira estela

que sobre el mundo brilla por doquier,

y el alma,  que me tiene en su poder,

observa espejo de su amor gemela.


   Así, cual ser de luz, indiferente

a nada, a nadie nunca hermosa deja,

y en su gesto se esboza elocuente


   con un tormento, con una dulzura,

que en el silencio se pintó pareja

luz la música azul de su hermosura.





Francisco Acuyo




El sueño azul, Francisco Acuyo