viernes, 26 de abril de 2024

CONCIENCIA Y ARQUITECTURA DE REDES NEURONALES QUE QUIEREN SER CONCIENCiA

 Es rigurosamente cierto que la IA ha abierto horizontes tecnológicos verdaderamente insospechados, pero también ha servido para abrir un debate que trasciende a la misma IA, tiene que ver con la necesidad de reflexionar de nuevo sobre el fenómeno de la conciencia, de esta suerte, traemos para la sección de Ciencia del blog Ancile, un nuevo post que lleva por título: Conciencia y arquitectura de redes neuronales, que quieren ser conciencia.



CONCIENCIA Y ARQUITECTURA DE REDES 

NEURONALES, QUE QUIEREN SER CONCIENCIA

 


Conciencia y arquitectura de redes neuronales, que quieren ser conciencia. Francisco Acuyo


Cuando Pentti Haikonen construía su arquitectura (de conciencia) informática, basada en principios cognitivos que, según su creador, tenían capacidad de percepción, amén de idoneidad para aprender y tener recuerdos a través de procesos de asociación, tratando de emular las redes neuronales y su método sináptico de conexión, abrió por esta revelación un amplio y profundo debate. Así, según Haikonen, la máquina era capaz de percibir su interior, tener imaginación e incluso emociones, todo lo cual llevaría por tanto a dicha máquina a tener conciencia.

                Para que todo esto fuese posible, la codificación de dicha máquina no debería ser la habitual de símbolos binarios arbitrarios al uso, y para ello debe preservarse la fuente semántica de las señales de entrada, así mismo su arquitectura debe estar estructurada a base de circuitos de retroalimentación que le permitan llevar a cabo una supuesta introspección re-representando su propia actividad computacional.[1] Dicho esto, debemos preguntarnos, si aquella representación introspectiva anunniada por la IA es la que nos lleva a la conciencia. La interrogante principal parte del supuesto difícilmente comprobable de que, para saber si la máquina es consciente, habría que ser la máquina misma.

                En cualquier caso, aquellas fascinantes re-representaciones de ingeniería informática, a lo máximo que pueden aspirar es a trazar y enrevesar la elaboración de manera compleja de las experiencias ya existentes, no a crearlas desde fuera del propio contexto experiencial,[2] todo lo cual, a nuestro juicio, lo que ofrece es una ilusión de conciencia.

                Una de las cuestiones más interesantes que plantea toda esta rica controversia entre los
ingenios cibernéticos, la IA y los avances de la ingeniería aplicada de la ciencia de la información, es la que propone que la conciencia es de por sí un fenómeno que no necesita de ninguna introspección para existir, o lo que es lo mismo,  ¿la experiencia manifiesta en los qualia es ningún fenómeno real?

                Debatimos aquí algo del todo fascinante: que el mundo de las sensaciones experimentales y la dimensión cualitativa que conllevan no son una realidad conceptual y abstracta, de todo ello pude tener clara constancia en el estudio sobre el fenómeno sinestésico aplicado a las artes, y sobre todo, a la literatura y, particularmente, a la poesía. Las abstracciones numéricas conforman una realidad útil para la explicación de fenómenos abstractos y también físicos (campos cuánticos), pero también son susceptibles en muchos casos (véanse las mal denominadas abstracciones sinestésicas) de participar con el fenómeno de la conciencia, entendida esta como la que atiende a las cualidades, no solo a las cantidades.

                En los dos siguientes párrafos estableceremos unos juicios que son complejos y difícilmente de expresar sin llevar a equívoco, no obstante, intentaremos explicarnos. Que hay realidades conceptuales que son o pueden ser inmediatamente sentidas, nos da buena cuenta de ello, decía, el fenómeno sinestésico que, amparado e incluso oculto en la palabra (poética), nos ofrece la dimensión más estremecedora y bella de lo que la conciencia sea, aun siendo o pudiendo ser  aquella una ilusión, (cosa que no creemos), pues su experiencia sentida es lo que es aunque pudiera parecer falsa, porque en realidad, impone lo importante: es algo que persiste por sí mismo: es decir, que es, y a esto que es, lo denominamos conciencia.

                La abrumadora cantidad de datos que puede manejar un artefacto inteligente concebido a través de complejos y potentes algoritmos, es acaso una fuente de conocimientos indiscutible, y que son procesados a velocidades imposibles para un ser humano dotado de conciencia, también lo es, pero, ¿no es esto lo que hace que desvirtuemos lo que es propio de una conciencia creativa (cualitativa) del proceso de análisis y computación de datos que siempre es cuantitativo?

                Seguiremos indagando en relación entre las interacciones entre la IA y su mundo extraordinario, y el no menos fascinante y misterioso del fenómeno de la conciencia.

 


Francisco Acuyo



[1] Kastrup, B.: ob. cit. pág. 95.

[2] En realidad lo que hacen es convertir el fenómeno preexistente en una introspección metacognitiva, pero no crearla.






martes, 23 de abril de 2024

EVOLUCIÓN, CREATIVIDAD Y CONCIENCIA EN LOS NUEVOS ÁMBITOS DE LA IA

Proseguimos la marcha de reflexiones sobre la conciencia y la IA en los que se supone son dominios de la creatividad humana, y esto todo para la sección de Ciencia del blog Ancile, y bajo el título: Evolución, creatividad y conciencia en los nuevos ámbitos de la IA.



EVOLUCIÓN, CREATIVIDAD Y CONCIENCIA

 EN LOS NUEVOS ÁMBITOS DE LA IA



Evolución, creatividad y conciencia en los nuevos ámbitos de la IA. Francisco Acuyo



A fuer de ser insistentes reiteramos que, no pocos científicos y matemáticos, pretenden hacer realidad lo que acaso no sea más que un espejismo conjetural: la mente humana es un conjunto altamente complejo de programación, producto de la evolución durante millones de años. Sin embargo, la forma en que da respuestas nuestra mente a lo que la rodea (así como que la realidad del mismo proceso creativo),  se dice que debe reducirse a patrones algorítmicos (en los que la IA es capaz de acelerar vertiginosamente dicha evolución), aunque no parece tan clara dicha producción evolutiva. Por eso, hay quien se pregunta: ¿y si la conciencia no fuese un producto de la evolución? ¿Y si los algoritmos deducibles no pueden, sino considerarse fenómenos emergentes que constatan una vez tras otra que todas y cada una de las reglas y patrones deducibles lo que hacen es poner en evidencia que la realidad de la conciencia y de sus productos creativos son mucho más que la suma de sus partes? 

Acaso se nos olvida que el código fuente de cualquier algoritmo, por extremadamente complejo que este sea, parte ab initio de la creatividad humana, siendo esta precisamente el código origen de cualquier propuesta, código digo, proveniente del ejercicio libre de conciencia del que hizo tal propuesta: podríamos programar esa libertad de acción y creación, o entraríamos en una contradictio in terminis de imposible resolución.

Evolución, creatividad y conciencia en los nuevos ámbitos de la IA. Francisco Acuyo
De cualquier manera, el intento de entender los procesos creativos tiene que pasar por el tamiz nada sencillo de la conciencia y su concepción que, en cualquier caso, al menos por el momento, de poder
 atribuirse a un ingenio mecánico de computación, es claro que dejaría de ser una máquina.

A la vista de que el problema de la conciencia es el eje vertebrador para una concepción y definición de lo que sea la propia inteligencia, para poder entender a lo que nos referimos cuando hablamos de IA, es así mismo claro que no podemos dejar de soslayo la cuestión de la conciencia cuando hablamos de la propia IA en relación a los procesos de creatividad que puedan ser susceptibles de reconocimiento de aquella.

Así las cosas, el fenómeno de la conciencia puede advertirnos de las realidades e ilusiones que pueden instigar a reconocerse en los ámbitos de aplicación de la propia IA, y donde situar sus limitaciones. Todo esto acontece cuando hay quienes niegan la propia realidad de la conciencia (Daniel Dennett), o bien que aquella es simplemente una construcción errónea (Michael Grazziano). Esto es algo más que una curiosidad filosófica o psicológica, sobre todo cuando se habla de la realidad (mecánica) material de la IA. Pero su explicación es acaso sencilla, ya que parte de un prejuicio mecánico materialista a través del cual se dice que la conciencia es un producto de la materia biológica (neurocerebral) y, por tanto, cosa material, aunque por lo que sabemos, la IA, no puede poseer la capacidad de adquirir experiencias cualitativas, sin embargo, se cree fielmente en las excelencias de la IA en el ámbito de cualquier tipo de conocimiento. No deja de resultar otra contradicción razonablemente insalvable.

Que vivimos un momento crítico en el devenir del pensamiento que incide no solo en los dominios de la ciencia, en la filosofía también y en las artes y (desde luego los intentos de entendernos a nosotros mismos), es evidente. Veremos en próximas entradas del blog Ancile, más consideraciones al respecto, que no les han de dejar indiferentes.




Francisco Acuyo




Evolución, creatividad y conciencia en los nuevos ámbitos de la IA. Francisco Acuyo




jueves, 18 de abril de 2024

DE LA NARRATIVA, LA EXPRESIVIDAD Y EUFONÍA DEL ALGORITMO

Seguimos la indagación sobre los metalenguajes en el arte literario y poético, y todo ello bajo el título: De la narrativa, la expresividad y eufonía del algoritmo, para la sección de Ciencia del blog Ancile.


DE LA NARRATIVA, LA EXPRESIVIDAD 

Y EUFONÍA DEL ALGORITMO



De la narrativa, la expresividad y eufonía del algoritmo, Francisco Acuyo

 



Siempre me resulto altamente fascinante contemplar que el elemento sorpresa, lo inesperado en el constructo artístico literario, había de ser fundamental como estímulo de satisfacción estética, y que este había de ser compartido con el fundamento mismo de toda ciencia: nada menos que con las matemáticas. En el ámbito mismo de matemáticas son muchos los ejemplos y se observan en toda suerte de descubrimientos que exigen demostración, y este resulta altamente bella y elegante: el descubrimiento de la infinitud de los números primos, las conexiones entre los números impares a los cuadrados…, cuyos elementos argumentales, en parentesco con los narrativos, emparentan con los del código hermenéutico (Rolan Barthes), código clave para la explicación de cualquier narrativa a la búsqueda de resolución del enigma, la cual precisa de una demostración, la cual hará que nuestro interés por resolverlo crezca, así (junto al aspecto semántico, simbólico y cultural), en su resolución se enriquece el mismo significado.

                En cualquier caso, no es nueva esta apreciación, muy al contrario, no son pocos quienes, matemáticos y artistas, han venido observando desde hace mucho tiempo tales peculiaridades. Estos procesos singularmente narrativos tienen la característica de que se manifiestan como lenguajes que deben ser descifrados, cuya comprensión responde al grado de entendimiento que tengamos de dichos lenguajes. Sobre la cuestión lingüística se abren perspectivas de mucho interés en dominios como el de la IA. Una de las facetas más controvertidas de la teoría de la información aplicada a la construcción de máquinas de traducción, puede servirnos de ejemplo para intentar trazar fronteras entre el algoritmo traductor y el traductor humano, donde, por el momento, es necesario reconocer la imposibilidad de que el traductor mecánico iguale la eficiencia del natural, porque para eso, la inteligencia artificial, tendría que descifrar nada menos que el problema capital de la conciencia. No en vano la versión del traductor es mucho más que una exégesis de algo en una lengua llevado a otra, en realidad, lo que hace es interconectar diferentes conciencias, donde el juego del lenguaje, con sus infinitas sutilezas, no podrá ser puesto en el contexto real que necesita para la compresión de la comunicación humana en sus diversas manifestaciones discursivas.

De la narrativa, la expresividad y eufonía del algoritmo, Francisco Acuyo
    Que nos planteemos a estas alturas de la complejidad de los diferentes recursos de la tecnología y ciencia de la información, hasta dónde ha de llegar la IA en la actualidad y en el futuro en el manejo del lenguaje para la narración o la expresión literaria, no es en modo alguno sino una consecuencia lógica del desarrollo de aquella, (de la IA, digo), es más, esta preocupación y ocupación, en principio teórica y después práctica no es modo alguno cosa nueva, el grupo Oulipo (Ouvroir de litterature pontetielle) en los años 60 del siglo pasado, da buena cuenta de ello. Así, las restricciones matemáticas llevadas a cabo en determinados algoritmos a la hora de crear, por ejemplo, poesía, serán consideradas, a modo de reglas similares a las que produce la métrica, o el manejo semántico de las palabras en determinadas condiciones, en su potencial esclavitud, la que liberaría el propio proceso creativo. 

    En realidad, en poesía y en métrica, como advertía Unamuno, más bien se trata no tanto de una preceptiva, sino de una posceptiva que deviene de las excelencias del uso del lenguaje poético por determinados poetas de genio, que habrían de marcar camino en virtud de la eufónica y expresividaad de su discurso poético. Así pues, si la poesía (y la música), especialmente, ha sido el discurso en el que el algoritmo ha encontrado un lugar especialmente atrayente, no debe en modo alguno de extrañarnos

    Veremos que este ámbito del tratamiento creativo del lenguaje nos lleva a planteamientos extraordinariamente sugerentes en torno a los criterios o directrices de valor sobre los que construir un discurso poético, sobre todo porque, según la propia teoría del lector, y dado el carácter hermético de alguna poesía moderna, puede pasar por indistinguible de la producida por un ordenador, cuestión esta que habría causado sensación entre teóricos y prácticos de finales y principio del siglo XX, de haberla considerado seriamente.



Francisco Acuyo



De la narrativa, la expresividad y eufonía del algoritmo, Francisco Acuyo


 


viernes, 12 de abril de 2024

OLIVOS

 Para la sección de Poesía del blog Ancile, traigo un nuevo poema del conjunto inédito Criaturas de frontera, y que lleva por título: Olivos.

 

OLIVOS

 

 

Olivos, Francisco Acuyo

 

El campo

de olivos

se abre y se cierra

como un abanico.

 

Federico García Lorca,

Poema de la siguiriya gitana

 

 

 

 

   POR las laderas del tiempo

se derraman los olivos:

el horizonte parcela

de copas el infinito.

 

   La eternidad está quieta

viendo crecer al olivo.

El olivar a los dioses

bajo sus sombras ha visto

 

   con indolencia trazar

de los hombres el designio.

Sale en el campo a tu encuentro

lo que busques renacido

 

   ser que con la tierra raíces

tuvo gracias al olivo.

Allí me reciben frondas

entre los frutos solícitos

 

   que lo sagrado custodian

y me revelan mirífico

el lugar donde el instante

no existirá en ningún sitio.

 

   Ven, salgamos a lo abierto,

que todavía vacío

de tiempo está el campo todo

y suspenso en el espíritu.

 

   Para una felicidad

nueva en verdad ha nacido

esta tierra celestial

que recorre laberintos

 

 

de misterio, porque cruza

los árcanos más antiguos.

Llega gozoso cortejo

de pájaros amarillos:

 

el horizonte parcela

de copas el infinito.

La eternidad está quieta

viendo crecer los olivos.

 

 

 

Francisco Acuyo

 

De Criaturas de frontera.

 


Olivos, Francisco Acuyo


martes, 9 de abril de 2024

PROBABILIDADES, CONCIENCIA Y METALENGUAJES, PARA EL ORIGEN DE UNA NUEVA CRIATURA CREATIVA

Para la sección de Ciencia, traemos un nuevo  que lleva por título: Probabilidades, conciencia y metalenguajes, para el origen de una nueva criatura creativa.



PROBABILIDADES, CONCIENCIA Y METALENGUAJES,

PARA EL ORIGEN DE UNA NUEVA CRIATURA CREATIVA


Probabilidades, conciencia y metalenguajes, para el origen de una nueva criatura creativa. Francisco Acuyo


Hay programadores e incluso matemáticos que les parece observar vida propia a los algoritmos complejos generados para el reconocimiento y construcción de diferentes manifestaciones artísticas, como la música, la poesía e incluso en las artes plásticas. Aplicado a la música de jazz, a dicho algoritmo se le denominó el continuador, porque hacía un cálculo de probabilidad sobre el uso de una u otra determinada nota, con el fin de hacerla lo más semejante a determinado creador jazzístico. Me resultaba aún más fascinante que esta generación de datos musicales, el hecho de que ninguno de los escuchantes de estas aproximaciones, en su entusiasmo por la composición músico algorítmica, no apreciaran lo que ellos mismos, como portadores de conciencia, estaban aportando a la supuesta original creación del ingenio informático.

                En su afán de dar validez a sus presupuestos teórico prácticos en la generación de datos de la índole creativo artística de sus máquinas, y con el fin de superar las dificultades de combinar con libertad los procesos algorítmicos, con las inevitables restricciones que habían de proponer las composiciones y sus estructuras (fuesen musicales, poéticas…), algunos matemáticos de la información, han intentado crear un algoritmo que, de algún modo, ayudase al artista de la información a lograr una fluidez semejante a la que el artista, denominémoslo natural, lleva cabo sin dificultad aparente, llegando a crear automatismo altamente sofisticados impulsados por algoritmos que pudieran investir a dichas máquinas con el carácter genuino de creadoras (musicales, poéticas, pictóricas…); un ejemplo fue el llevado a cabo en 2016 a través de un algoritmo llamado AIVA, que tuvo la aquiescencia de la sociedad de autores de música francesa  SACEM.

Probabilidades, conciencia y metalenguajes, para el origen de una nueva criatura creativa. Francisco Acuyo
                Desde luego que estos instigadores de las nuevas tecnologías aplicadas a las artes, no eran inconscientes de que, por ejemplo, la música, lo mismo que la poesía, en sus estructuras rítmicas, no son solo números y patrones, y eso era observable en virtud de las propias interpretaciones que le daría vida singular a las mismas. No es en vano que algunos matemáticos han observado que el impulso organizador de aquellos patrones estructurales tienen un peculiar rasgo de parentesco con el rito[1], antropológicamente estudiado por muchos especialistas.

                La irracionalidad e ilogicidad del rito pone de manifiesto en la creación de patrones algo realmente fascinante que, a mi juicio, va mucho más allá del vigor de mantenimiento de unión del grupo, también y sobre todo, en la participación de un vínculo que trasciende la propia materialidad del mismo, es decir, la conciencia, que será, en fin, la que ponga de manifiesto, en su incorporeidad, la  alteración de cuerpos y mentes de aquellos que comparten su interacción fundamental.

                A mi modesto entender, el día que mediante la creación de potentes y complejos algoritmos puedan aparecer máquinas capaces de alterar e interactuar conscientemente, dichas máquinas dejaran de serlo, para verterse como nuevos organismos capaces de vincularse e interaccionar conscientemente.

                El intento de creación de metalenguajes capaces de traducir la lengua del ordenador a lengua común del ser humano, para comunicar no solo demostraciones matemáticas, también pensamientos y emociones, es una muestra palpable de que para estos es del todo posible.

              ¿Estamos en el momento en el que la alta matemática, influida por la belleza de sus constructos, se conviertan en narraciones que acabarán por arrastrar, creativamente, al viaje de la transformación y el cambio genuinos de cualquier producción artística?

             Indagaremos estas aproximaciones en próximas entradas de este blog Ancile y reflexionaremos sobre ellas.

 

 

Francisco Acuyo



[1] Sautoy, M. du: ob. cit. 283.



Probabilidades, conciencia y metalenguajes, para el origen de una nueva criatura creativa. Francisco Acuyo





viernes, 5 de abril de 2024

EL MEDIUM

 Para la sección de Poesía del blog Ancile, traemos un nuevo poema intitulado: El medium, del libro inédito Criaturas de frontera.



El medium, Francisco Acuyo



EL MEDIUM

 

 

 

    Soledad es certeza

que vacila en lo oculto.

 

La misteriosa voz

eleva su conjuro:

una luz clariestésica

marca el ritmo sin rumbo,

 

   fijo de su sonido,

luminoso en murmullo

de otra vida se muestra

invisible atributo.

 

   Si la vida invisible

no es  materia que un mundo

de verdad solicita,

será porque es un muro

 

   de ilusión su sustancia,

y la mente telúrico

espíritu que el médium

traslada del trasmundo 

 

   al sueño de lo físico;

será, en fin, el desnudo

confín de lo infinito

que ofrece con sus frutos

 

   el árbol de la vida

completa ya maduros.





Francisco Acuyo



El medium, Francisco Acuyo


martes, 2 de abril de 2024

LA ABSTRACCIÓN Y LA EMOCIÓN: LAS INVISIBLES FRONTERAS ENTRE LA ABSTRACCIÓN MATEMÁTICA Y LA SENSACIÓN Y ESTÉTICA

 El mundo de la abstracción y la sensación puede que no estén tan disociados como creemos, de ello hablamos en esta nueva entrada del blog Ancile para la sección de Ciencia y bajo el título: La abstracción y la emoción, las invisibles fronteras entre la abstracción matemática y la sensación estética.



LA ABSTRACCIÓN Y LA EMOCIÓN:

LAS INVISIBLES FRONTERAS ENTRE LA 

ABSTRACCIÓN MATEMÁTICA 

Y LA SENSACIÓN Y ESTÉTICA




La abstracción y la emoción, las invisibles fronteras entre la abstracción matemática y la sensación estética. Francisco Acuyo



Cuando algunos matemáticos aseveran que no hay una sola pieza expresiva musical que no haya sido generada en virtud de un determinado algoritmo, no creo que en serio puedan aceptar que el contenido emocional sea deducido a priori por la regla que constituye dicho algoritmo. Quiero decir que, efectivamente, se pueden colegir números de la composición artística cualesquiera, pero es cosa bien distinta que sean los números los que interfieran en los contenidos emocionales que viene a dar como fruto cierto determinada pieza musical.

La emoción es deducible para un matemático por la mera elegancia del constructo formal matemático de la misma, y en lo que a la música se refiere, sucede que también puede quedar uno encantado por la manera de solventar expresivamente unos determinados acordes que pueden describirse en su evolución musical de manera matemática. Acaso sucede lo propio en el ámbito de la
La abstracción y la emoción, las invisibles fronteras entre la abstracción matemática y la sensación estética. Francisco Acuyo
poesía, cuando vemos algún hallazgo o audacia métrica y eufónica en determinados momentos de un verso o de un poema. Pero quiero ir un paso más allá. No es casualidad que en esos momentos críticos expresivos donde se produce el hallazgo, sean de los de más intensidad emocional que se reúnen en un momento musical o poético extraído de una pieza musical o de algún poema de excepcional belleza.

Desde una óptica matemática podemos imaginar cuál sería o podría ser el código fuente mediante el que articular determinados algoritmos y reglas para la construcción deconstrucción de un axioma, pero ¿podríamos hacer lo mismo con el artefacto poético, musical, plástico en una obra de arte, según pudiésemos deducir estos aquellos patrones en la construcción de aquella?

Todo parce indicar que gozamos de una suerte de sensibilidad ante todas aquellas construcciones o estructuras que nos rodean y que se manifiestan de manera caótica y que nosotros reformulamos y tratamos de reconducir a través de patrones abstractos que atenúen el vasto ruido de las sensaciones, y que en ello encontremos un manera de gozo singular. A mi modesto juicio, el hecho de que en la sucesión aleatoria de sonidos, de colores, olores… sean susceptibles de encontrar orden a través de unas reglas, de unos algoritmos, o unos patrones, no significa que estos sean los que producen los versos sentidos, las piezas musicales emocionantes, sino que serán las propias emociones, los pensamientos profundos, los que incidan en la manera de hacer coherente el caos de las sensaciones a través de la apreciación del constructo coherente deducido algorítmicamente. O lo que es lo mismo, la emoción no puede programarse, al margen de que alguien puede sentirse concernido emocionalmente por un constructo artístico cualesquiera, en el que se observará la huella de la regla y del patrón que lo hace armónico o eufónico.

En el ámbito de investigación de la sinestesia, he encontrado argumentos de enorme interés explicativo a estas cuestiones que, por otra parte, ahora está tan en boga. Hablaremos de todo esto más adelante en el próximo post del blog Ancile.




Francisco Acuyo




La abstracción y la emoción, las invisibles fronteras entre la abstracción matemática y la sensación estética. Francisco Acuyo

sábado, 30 de marzo de 2024

ACOPIOS DE PACIENCIA, POR ANTONIO CARVAJAL

Mi muy querido amigo Antonio Carvajal me envía el texto que sigue y que intitula, Acopios de paciencia, y que incluyo en la sección, Extractos críticos, para la que, a mi juicio, viene muy apropósito porque da algunas nociones de no poco interés para quien quiera y sepa apreciarlas.



ACOPIOS DE PACIENCIA, 

POR ANTONIO CARVAJAL



De Giorgo de Vasari



  Glosa al comienzo de "Ciudades de provincia" (1979, Siesta en el mirador)


GLOSA A UNOS VERSOS PROPIOS


Acopios de paciencia, 
retenciones de cólera, tensiones 
entre hartazgo y desprecio,
todo lo que el entorno exige, obliga 
para esa convivencia que no es sueño 
porque la angustia tiene bulto, y consta.  


Acopios de paciencia.

Más de 70 años esperando. ¿Qué? La libre disposición de mis horas. ¿Y? No lo he conseguido. ¿Por? Blando de corazón, o sea, flojo de carácter. 

Retenciones de cólera. Me enfurece la vana frivolidad con que se desprecia a quienes tratan de hacerme bien. Acaban de publicar una antología de Francisco Silvera elaborada con poemas míos y mi furor ha sido triple: 1, porque la gente me ha demostrado que no se me estima por la calidad de mi obra sino por el poder de quien edita; 2 porque Silvera elaboró y publicó otra antología hace años, que no mereció ni una mención, aunque es excelente: la editorial de entonces no trasminaba capitalismo; y 3, porque llega tras haberse negado la editorial que ahora sí publica a recibir siquiera la antología que Antonio Chicharro le propuso so pretexto de que sería abrir las compuertas a los aluviones novos, novísimos y postnovísimos, aluviones que han colmatado desde hace años el catálogo de la editorial, con ostensible menosprecio de la obra de mis antólogos y ultraje a la mía. Más de 30 años callado, reteniendo la cólera ante desprecios, menosprecios y otras groserías, se han visto pródigamente aventados porque, "o infelix culpa", me sentí obligado por la amistad y acepté en mala hora el honor de un premio donde se invoca a Góngora pero molestan sus versos (v.gr. "Dineros dan calidad..."), porque me honran después de pasarme por delante durante años y años otros honrados que ni siquieran me igualan, con lo que el don sin din me suena a cascado retontón de retintín; para colmo, se enfadan con quien me elogió porque invirtió en mí el tiempo que algunos habían dilapidado en adular a ciertas autoridades postizas. Años y años de tensiones entre hartazgo y desprecio, soportados con paciente rostro de modelo para tallistas de imágenes penitenciales. En fin, que no se podrá decir de mí que no he dado generosamente todo lo que el entorno exige, obliga para esa convivencia que no es sueño. Así que como el grajo de Poe he dicho "nevermore" (entiéndase: jamás), y he decidido pedir a las instituciones que propusieron mi candidatura a un premio de Granada que la retiren porque la angustia tiene bulto, y consta y es demasiado el agobio que me produce llevar 20 años soportando los desdenes de los jurados sucesivos hacia respetables y muy dignas instituciones, desdén que repercute en mí como evidente ninguneo.  

Seguro que me tildarán de soberbio, vanidoso, maricón, rojo trasnochao, chulo de mierda, cateto, y muchas más execraciones que llevo oyendo toda mi vida. Si confunden presión y coacción, ¿cómo van a distinguir entre orgullo necio y sentido consciente del decoro?




Antonio Carvajal






martes, 26 de marzo de 2024

LA CONCIENCIA MATERIAL DE LOS PATRONES MATEMÁTICOS: LA MATERIA SUJETA LAS REGLAS DE LA CONCIENCIA

Prosiguiendo con la cuestión de las estructuras legales o matemáticas en las artes, traemos un nuevo post para la sección de Ciencia del blog Ancile, esta vez bajo el título: La conciencia material de los patrones matemáticos: La materia sujeta a las reglas de la conciencia.



LA CONCIENCIA MATERIAL 

DE LOS PATRONES MATEMÁTICOS:

 LA MATERIA SUJETA LAS REGLAS DE LA CONCIENCIA 



La conciencia material de los patrones matemáticos: La materia sujeta a las reglas de la conciencia. Francisco Acuyo





Abundando sobre la cuestión de los patrones, reglas, algoritmos estructurales de las obras de arte, y siguiendo las directrices argumentales de la anterior entrada, de cómo codifica nuestra mente las emociones traducidas en patrones y reglas, me mueve a conjeturar de nuevo si de algún modo no están ya codificadas en nuestras conciencias esas simetrías y patrones. Que músicos de la talla de Bach gustasen de partir de determinadas estructuras para generar nuevas composiciones bien puede ser una muestra de ello. La misma métrica, en poesía, parte de una regularidad preceptual de ritmo, para generar obras nuevas que, con audacia, pueden cuestionar los mismos fundamentos mecánicos que en principio la constituyen. No obstante, todo parece indicar que aquellas restricciones numéricas, algorítmicas, etc.. son claves en el propio proceso creativo.

La conciencia material de los patrones matemáticos: La materia sujeta a las reglas de la conciencia. Francisco Acuyo
Algunas de las interrogantes de las muchas que pueden surgir entorno al constructo matemático y también artístico, un paso más allá de la mera cuantificación o cálculo, pueden encontrar alguna respuesta en virtud de lo que entendamos por conciencia, y desde luego más allá también de un mero epifenómeno del cerebro, y si entendemos esta como algo que en verdad impregna la misma materia. Si atendemos al hecho de que aquello capaz de procesar datos (una máquina de cómputo) en su resultado no tiene nada que ver con la vivencia empírica de la conciencia, podíamos conjeturar que aquella, la conciencia, ya podía estar presente en organismos que ni siquiera tienen un centro o sistema nervioso, podemos, además, inferir que la conciencia no puede ser resultado de la evolución, sino que siempre ha estado ahí. Algo de esto apuntaba ya en otros capítulos de este medio, aunque pueda parecer un disparate desde una óptica estrictamente materialista. 
    Pero lo que sí es cierto, es que la interacción nueva entre materia y conciencia, validaría algunos supuestos barajados por algunos filósofos e incluso científicos en la actualidad, y si la misma matriz de la materia primigenia no es en realidad una matriz netamente abstracta, la cual nos haría entender mucho mejor estas fascinantes relaciones entre las matemáticas y el arte. Esto es, que el materialismo no es sino una potente metafísica que acaba por confundir el origen mismo de lo que ella es: un producto de la conciencia.

¿Las contradicciones del materialismo y del evolucionismo darwinista no acaban produciendo más problemas de los que solventa?  El planteamiento que la física cuántica expone no puede ser más audaz, y al tiempo, contrario al sentido común: el mundo material solo existe cuando es observado, lleva no obstante, a una situación mucho más cómoda para la aprehensión del mundo de lo abstracto, matemático, y la supuesta y ¿primera? realidad material de lo sensible. No es que proponga lo que algún matemático ha postulado radicalmente: el mundo de ahí fuera es pura matemática. 

Bien es cierto, sin embargo, que el mundo de las sensaciones interpretado por nuestra mente, nos lleva en muchas ocasiones al engaño más burdo. Pero el hecho de considerar al menos que lo que la mente (o mejor la conciencia) es, y lo que realmente forma el mundo, hace casar con una claridad meridiana no pocas de las relaciones no lineales, no mecánicas, del arte con fundamento material en el que se edifican sonidos, ritmos, colores, materiales plásticos…

El lenguaje poético puede ser un ejemplo trascendental: ya que se ofrece como un metalenguaje que reconoce los límites del lenguaje al uso para la expresión de sus intenciones emocionales, estéticas o de conocimiento, para situarse un paso más allá del concepto a través de una lógica singular en la que lo literal, por insuficiente, se sacrifica por la integración retórica de la metáfora, por ejemplo, o de la sinestesia, como tropo especialmente adaptado para este conseguir  un propósito estético expresivo. 

    Indagaremos con más detalle en próximas entradas de este blog Ancile.




Francisco Acuyo





 
La conciencia material de los patrones matemáticos: La materia sujeta a las reglas de la conciencia. Francisco Acuyo



viernes, 22 de marzo de 2024

EL PATRÓN ARTÍSTICO Y LA INTUICIÓN MATEMÁTICA SOBRE LAS MÁS DIVERSAS CONJETURAS

Bajo el título de: El patrón artístico y la intuición matemática sobre las más diversas conjeturas, traemos un nuevo post para la sección de Ciencia del blog Ancile, siguiendo las directrices argumentales de anteriores entradas.




EL PATRÓN ARTÍSTICO Y LA INTUICIÓN MATEMÁTICA

SOBRE LAS MÁS DIVERSAS CONJETURAS



El patrón artístico y la intuición matemática sobre las más diversas conjeturas, Francisco Acuyo



En el dominio de las matemáticas se ha puesto muchas veces en evidencia que todos aquellos patrones que se fundamentan primordialmente en datos, bien pueden llevar a ningún sitio. Las demostraciones de aquellas u otras conjeturas se hacen necesarias para saber si son o no erradas nuestras indagaciones sobre la veracidad de dichos patrones. De hecho, el origen de las matemáticas pude considerarse fundamentado en esta necesidad de demostración. El concepto de número proviene precisamente de esta necesidad, cuya eficiencia y utilidad en la descripción y descubrimiento de patrones serán las que fundamenten las matemáticas. Lo cierto es que, al margen de la evidente utilidad de las matemáticas de patrones, será el mero divertimento por descubrir estos patrones lo que llevará al ingenio matemático a divagar o acertar en sus aproximaciones de una demostración verdadera, quedando en muchos casos este ingenio alejado de lo que entendemos como vida real y de utilidad práctica.

Todo este aparato de ingenio matemático me cautivó especialmente cuando se ha tratado de llevar al constructo de la obra de arte. Tratar de observar cómo las verdades lógicas, desde Euclides, en su argumentación esencial, accedían a las figuras y a los números que Platón entendía como verdades eternas.

El patrón artístico y la intuición matemática sobre las más diversas conjeturas, Francisco Acuyo
Siempre me pareció de gran interés la observación del genio matemático tratando de hacer casar aquella numerología y los patrones inferibles de ella, para establecer criterios éticos y estéticos sobre determinadas obras de arte. Más aún: establecer criterios de verdad objetivos a través de esta aproximación singular, acaso un paso más allá de la intención persuasiva aristotélica. Pero, ¿en verdad funciona fielmente la lógica de los axiomas básicos de los números en la construcción del artefacto, pongamos, poético?

Si el matemático es mucho más que un calculador, sino un hacedor de demostraciones, esto se constata en que aquel hace mucho más que ofrecerse como un mero computador que calcula y procesa datos, pues su tarea más creativa proviene de ese afán de demostración de la diversidad de patrones que pueden observarse o imaginarse en el ámbito de la naturaleza y de la lógica.

Todo parece indicar que la lógica del arte, pongamos poética, si seguimos el ejemplo anteriormente expuesto, comparte creativamente presupuestos matemáticos contables (acaso también demostrables), así nos lo hace saber el arte y ciencia métrica, en cuanto a la manera que pueden ser más o menos eufónicos y expresivos determinados versos,  siendo este valor de proporción y concordancia tan estimable que permanece reconocido en los tratados de métrica.

En cualquier caso, las observaciones matemáticas y numéricas sobre, decíamos, como ejemplo artístico, de un poema, son valoraciones importantes en tanto que ofrecen criterios de objetividad en un ámbito profundamente subjetivo. Acaso, en el dominio de la concordancia artística sea donde mejor se puede observar cómo se pone en evidencia que hay enunciados verdaderos (artísticos) que son indemostrables (Kurt Gödel), y donde se ponen de relieve mayormente los límites de las mismas matemáticas. No por esto, volviendo a las conclusiones del anterior post, el matemático ha de ir necesariamente a las colas del paro, en virtud de la capacidad de resolución y eficiencia de las máquinas de cómputo, acudiendo precisamente a la vertiente creativa que aquellas encierran y con la que tiene parentesco con las mismas artes.  

Sobre esto y otros asuntos de interés abundaremos en próximas entradas del blog Ancile.




Francisco Acuyo



El patrón artístico y la intuición matemática sobre las más diversas conjeturas, Francisco Acuyo



  Acuyo, F.: De la proporción en lo diverso, ob. cit.





martes, 19 de marzo de 2024

VERDAD Y CIENCIA, VERDAD Y BELLEZA TRAS EL INSTINTO ARTÍSTICO Y MATEMÁTICO

 De las cosas realmente positivas que podemos sustraer de la IA, es la invitación continua a la reflexión sobre aspectos que estaban acaso pasados de moda en el pensamiento moderno y posmoderno, la reflexión sobre la mente subjetiva, el poder creativo y la naturaleza de la conciencia, este post para la sección de Ciencia del blog Ancile, y bajo el título: Verdad y ciencia, verdad y belleza tras el instinto artístico y matemático, quiere incidir sobre ello.



VERDAD Y CIENCIA, VERDAD Y


BELLEZA TRAS EL INSTINTO MATEMÁTICO


Verdad y ciencia, verdad y belleza tras el instinto artístico y matemático. Francisco Acuyo



Cuando el matemático verdadero, trascendiendo las controversias del algoritmo y sus aplicaciones en la IA, bajo el sustrato matemático más o menos elemental que lo configura, sigue preocupándose por la búsqueda de verdades matemáticas profundas y sobre todo, tratando de dar un significado a estas mismas verdades, da un sentido. hondo a su reflexión. No obstante, dichos matemáticos no tienen más remedio que aceptar que la verificación de aquellas verdades resulta extremadamente difícil conforme se va haciendo más compleja la aspiración abstracta de aquellas.

Si bien es cierto que el músico concede en el ejercicio de su arte un proceso más o menos inadvertido de cálculo matemático, acaso no sabrá si es su arte el que produce la singular aritmética sonora de su música, o si será el propio orden y simetrías matemáticas las que están tras la estética resultante de su proceder creativo. Al poeta, bien pudiere sucederle algo parecido, sobre todo si tiene un conocimiento, al menos rudimentario, de las herramientas métricas que lleva a cabo en su ejercicio discursivo poético.

Verdad y ciencia, verdad y belleza tras el instinto artístico y matemático. Francisco Acuyo
Ahora bien, vista la estructura artística que produce números y es susceptible de contener patrones y simetrías varias, cabe preguntarse si la producción de dichos patrones es a su vez susceptible de reglas (en cierto modo algoritmos)  que, a posteriori pueden ser observadas y entendidas, o si bien estos son no tanto preceptivo sino pospceptivos, y es el objeto artístico el que las produce y porta de manera intuitiva e incluso inopinada.
La producción musical a través de un ordenador puede darnos una visión muy equívoca sobre el asunto de sí es primero la regla algorítmica, o si esta no es sino una derivada del proceso de creación consciente (o inconsciente) humano. Al menos en lo que a la poesía se refiere puedo hablar con conocimiento de causa y advertir que en modo alguno el verso o el producto final del poema, es en modo alguno el resultado de un seguimiento mecánico de una serie de reglas,  estrictamente dispuestas para la acotación contable de las mismas, sino que también la intervención de las cualidades de lo que constituye su discurso (relativas a lo que se percibe y se siente), son un factor fundamental y que van a incidir sobre el número mismo y las reglas que lo conforman. Es así que el número está estrictamente a disposición de aquellas cualidades que informan al creador del verso, y que este pretende hacer elocuentes y sobre todo expresivas. 

Si hacemos un ejercicio de observación a posteriori será cuando constatemos con calma la apariencia de efectividad del número en determinadas circunstancias en el constructo artístico, pongamos del verso o de la pieza musical. Pero, en realidad lo que en verdad hace bello y expresivo, incluso inteligible en un mayor grado de conciencia el discurso artístico, serán las cualidades, emociones, ideas, sentimientos, que hacen que el número y las reglas deducidas tenga la disposición tan peculiar que obtienen y que, en su apariencia cuantitativa, están enmarcadas en un trasfondo cualitativo del que son colegidas como producto artístico. Serán estas cualidades sentidas y sujetas a un proceso de conciencia, las que distingan en el fondo cualquier producto de cálculo algorítmico matemático, de una creación genuinamente artística, que está sometida a la introspección consciente (en la compleja panoplia que la constituye, que incluye lo que denominamos procesos inconscientes).

Veremos más adelante las consecuencias de esta observación y entendimiento de la obra de arte desde la observación matemática, será en próximas entradas de este blog Ancile.


Francisco Acuyo




Verdad y ciencia, verdad y belleza tras el instinto artístico y matemático. Francisco Acuyo