En esta ocasión, y dentro del apartado señalado como De la métrica celeste, epítome de versificación española, incluimos esta entrada para mostrar el verso endecasílabo en sus diferentes variedades en nuestra lengua, y que se suma a los anteriores en relación a esta temática de gran interés para todos aquellos que gusten del buen hacer del verso en nuestra lengua.
EL VERSO HEPTASÍLABO
Antonio Quilis, en su ineludible Métrica Española[1], avisaba de la necesidad de la división del verso en nuestra lengua en versos de arte menor y de arte mayor, y todo en virtud de la tendencia fonética del español a emitir entre dos pausas un número de sílabas (grupo fónico)[2] que viene a variar alrededor de un mínimo de ocho sílabas y máximo de once,[3] por lo que el verso de siete viene a clasificarse como de arte menor. Se usa en muchas ocasiones combinado con versos endecasílabos, formando silvas y liras[4]
El verso de siete sílabas métricas exige acento obligado en sexta, y las diferentes variedades detectables en el resto del verso vendrán a derivar en las subsiguientes variedades del mismo. Verso de uso harto frecuente en el género denominado de las anacreónticas y de aquel destinado al canto. También se le reconoce como anacreóntico; endecha; septisílabo o redondilla menor.[5] Históricamente señalado como forma del dímetro yámbico, cuya ascendencia se detecta en la poesía hímnica latina,[6] en español, francés e italiano es uno de los versos más antiguos, en España se detecta ya en las jarchas de los siglos XI yXII, alcanzando su mayor corrección silábica en la Edad Media como hemistiquio del verso alejandrino (mester de clerecía, Gonzalo de Berceo). La importancia italiana del mismo señala la segunda época de mayor importancia en el uso del mismo, por ejemplo pie quebrado del endecasílabo italiano en la canción petrarquista y de forma autónoma en la poesía Anacreóntica. En la actualidad puede decirse que cuenta con un impulso formidable comparable al que tuviera en el periodo neoclásico.
En la variedades de heptasílabos distinguimos los siguientes: heptasílabo anapéstico (dactílico, según Navarro Tomás)[7], que lleva acentos en la tercera y la sexta sílabas:
Es la savia entrañable
3ª 6ª
Que madura los campos.[8]
3ª 6ª
Cien insectos alados
3ª 6ª
Van y vienen a un tiempo
3ª 6ª
Y os adulan y mecen
3ª 6ª
En sus plácidos juegos.[9]
3ª 6ª
…entre mirtos y violetas,
3ª 6ª
horizonte de pétalos
3ª 6ª
tu mirada proyecta.[10]
3ª 6ª
Variedad de heptasílabo mixto, con acentos en las sílabas primera, cuarta y sexta, propio de composiciones con ritmo muy variado:
Madre del alma mía
1ª 4ª 6ª
Qué viejecita eres,
1ª 4ª 6ª
Ya los ochenta años
1ª 4ª 6ª
Pesan sobre tus sienes[11]
1ª (4ª) 6ª
¡Pobre barquilla mía
1ª 4ª 6ª
Entre peñascos rota,[12]
(1ª) 4ª 1ª
El heptasílabo yámbico (trocaico, según Navarro Tomás) es una variedad de heptasílabo que se caracteriza en que porta los acentos en las sílabas pares, segunda, cuarta y sexta y se dice que se caracteriza por su especial fluidez.
Quedóse el penitente
2ª 6ª
Al borde de la roca,
2ª 6ª
Sentado, sin aliento,
2ª 6ª
Sin voz ni voluntad,[13]
2ª 6ª
Se denomina heptasílabo polirrítmico (Navarro Tomás), aquella variedad en la que aparecen versos heptasílabos de ritmo anapéstico (3ª y sexta sílabas), yámbico (en sílabas pares acentuadas) y mixto (con acentos en 1ª, 4ª y 6ª sílabas), siendo esta fórmula la de más frecuente aparición en las estrofas o poemas de siete sílabas.
De tus rubios cabellos
3ª 6ª
Dórida ingrata mía
1ª 4ª 6ª
Para el arco homicida[14]
3ª 6ª
En la imagen del tiempo
3ª 6ª
La eternidad refleja
4ª 6ª
Deshojada en instantes
4ª 6ª
Intacta tu azucena.[15]
2ª 6ª
Francisco Acuyo
Francisco Acuyo
[1] Quilis, A.: Métrica española, Ariel, Barcelona, 1991,
[2] Domínguez Caparrós, J.: Métrica española, Síntesis, Madrid, 1993.
[3] Quilis, A,: ver nota 1.
[4] Ibidem.
[5] Domínguez Caparrós, J.: Diccionario de métrica española, Alianza editorial, Madrid, 1999.
[6] Baehr, R.: Manual de versificación española, Gredos, Madrid, 1984.
[7] Navarro Tomás, T.: Métrica Española, Guadarrama, Madrid, 1978.
[8] García Lorca, Federico.
[9] Juan Meléndez Valdés
[10] Francisco Acuyo
[11] Salvador Rueda.
[12] Lope de Vega.
[13] José Zorrilla
[14] Gutierre de Cetina
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ResponderEliminarQué magnifica labor se está llevando a cabo en este blog. Me encanta acudir a él para solventar las dudas sobre métrica que se me plantean en no pocas ocasiones. Espero ver completada la tarea de ese epítome de versificación.
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